Si buscamos, hallaremos soluciones a conflictos familiares

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Por Fernando Alexis Jiménez

U
n día cualquiera la mujer sentó con su esposo como de costumbre, para desayunar. Era un día hermoso. El sol brillaba en lo alto y el cielo azul anticipaba que sería un día hermoso. Él se quedó mirándola en silencio y tras tomarse un sorbo de café, le dijo: “Claudia, hay algo que deseo decirte desde hace mucho tiempo: Deseo separarme”. Ella sintió que el mundo se hundía bajo sus pies. “¿Qué daño te he causado?”, fue su pregunta inmediata, para recibir de él una respuesta lacónica: “Ya no te amo”. Cuatro palabras cargadas de resentimiento que le resultaron demoledoras y golpearon su corazón. Ese fue el comienzo de un proceso de separación que resultó traumático.

¿La decisión de acudir al divorcio se tomó de la noche a la mañana? Sin duda que no. Fue la concatenación de muchos incidentes que fueron menoscabando la relación hasta que el distanciamiento entre los dos dio lugar al divorcio emocional y concluyó con la separación de cuerpos. Ese fue el último nivel. Dos niños, fruto de la relación, comenzaron desde entonces a morar en un hogar disfuncional.
 
Dios no creó la familia para que esté inmersa en conflictos
Conviene tener en cuenta la siguiente advertencia de dos especialistas en relaciones de pareja: “A menos que el amor de pareja se mantenga fresco y se nutra, se desvanecerá como una vieja fotografía. El matrimonio es una relación dinámica de amor entre un hombre y una mujer y a cada instante esa relación se hace más profunda, o por el contrario, se estanca y decae. Y todos los matrimonios deteriorados señalan al menos un único camino, oscuro y desalentador, que puede terminar en el divorcio.”(Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonio a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. 2004. EE.UU. Pg. 18 )

Jamás olvide que una pareja de novios no experimenta el amor sino una fase de enamoramiento que puede prolongarse hasta un año después de contraer matrimonio. A partir de ese momento se comienza a afianzar el verdadero amor.

El apóstol Pablo escribió: “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.”(1 Corintios 13:8. RVR 1960). Es una frase pequeña, es cierto, pero cargada con una profunda enseñanza que aplica a la relación matrimonial. Nada, ni la circunstancia más grave, puede ni debe llevarnos al divorcio.

Es importante que hagamos un alto en el camino y evaluemos si de verdad hemos asumido el compromiso de alimentar el amor cada nuevo día, edificando la relación de pareja, perdonando las ofensas y haciendo nuestro mejor esfuerzo para que se continúe dando solidez a la relación. Es cierto que lo ideal es que seamos correspondidos por nuestra pareja en este propósito; no obstante, quienes debemos dar el primer paso somos usted y yo. Hoy es el día para tomar la decisión.

Hacia la búsqueda de la armonía familiar

¿Qué hacer cuando el matrimonio atraviesa por una crisis que a primera vista luce profunda? Lo más importante: Desechar la idea del divorcio y darnos a la tarea de recuperar la relación. La sicóloga colombiana, Amelia Rodríguez, enfatiza en esta disposición de seguir luchando por la pareja: “Si percibe que la relación con su cónyuge ha ido perdiendo la magia, se ha ido deteriorando y cada vez se sienten más distantes, quizá sea el momento de hacer un alto en el camino para recuperarla… No permita que el sentimiento se marchite por una sensación de vacío y soledad.”(Amelia Rodríguez. “Enamore a su pareja”. Diario ADN. 06/06/2014. Pg. 22)

Lamentablemente infinidad de parejas acuden a la separación como la única salida a sus conflictos y desestiman la maravillosa experiencia de compartir la relación para edificación mutua pero también para el crecimiento de nuestros hijos, fruto del amor de la pareja.

¿Se pueden hallar salidas a una crisis? Sin duda que sí. Los autores Gary y Barbara Rosberg nos ofrecen su perspectiva, enfatizando que todo parte de una disposición de corazón y actitud de cambio: “Saber cómo remediar un matrimonio deteriorado es algo que nos anima a mantenernos alerta pero que al mismo tiempo, nos llama a mantener viva esa llama de amor… ¿Las tensiones, demandas y desilusiones de la vida han creado un distanciamiento emocional entre tú y tu cónyuge?¿Sabes lo que debes hacer para superar esa brecha? Si no se deciden a crecer juntos, sin duda terminarán en separación. Aunque nunca consideren la posibilidad del divorcio, la ruta de un matrimonio decadente siempre será esa dirección.”(Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonio a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. 2004. EE.UU. Pg. 24 )

Desconocemos cuál sea la situación en su hogar, pero lo que sí podemos asegurarle es que hay salida para esa encrucijada y que esa salida es Jesucristo, quien recompone todas las cosas si le abrimos las puertas de nuestros corazones.

El enfriamiento del amor de pareja se torna evidente 

El amor no muere en la relación de la noche a la mañana. Ese enfriamiento, así muchos por orgullo no quieran admitirlo, no es espontáneo. Es un proceso. Comienza con el distanciamiento, con dejar morir los detalles, y se alimenta con la indiferencia. Dejamos de lado las expresiones de amor, comprensión, tolerancia, apoyo, perdón y el ofrecer tiempo de calidad a nuestra pareja y a los hijos.

Quizá al comienzo nos sintamos un poco mal ya que ese comportamiento es nuevo, pero con el paso del tiempo no solo parecerá normal sino que nos acostumbraremos y lo miraremos—con el paso de los días—como algo normal.

La esencia de nuestra naturaleza es el amor. Dios nos creó con la capacidad de amar. No en vano escribe el apóstol Pablo: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.”(1 Juan 4:8. RVR 1960)

Si muere el amor es porque lo permitimos ya que el fracturamiento en la relación de pareja va tomando fuerza progresivamente y tenemos la oportunidad de aplicar correctivos. Los autores Gary y Barbara Rosberg, señalan advierten: “Quizá has mirado a los ojos de tu cónyuge o de tus hijos y has descubierto que ya no están conectados. Es probable que te dieras cuenta de tu fracaso al tratar de conectarte de corazón a corazón con tu pareja, y descubres que no es posible y más aún: Reconoces que quizá es culpa tuya.” (Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonio a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. 2004. EE.UU. Pg. 19)
 
Con ayuda de Dios alcanzamos la armonía familiar
Es evidente que recién establecemos una relación de pareja, anhelamos que todo funcione a la perfección; no obstante con el paso del tiempo se experimenta un deterioro al que no prestamos atención.

Tenga presente que toda relación matrimonial experimenta altibajos, pero que lo grave es no resolverlos oportunamente ya que se puede estar separados emocional y físicamente aun cuando se comparta el mismo espacio, bajo el mismo techo. Con el paso de los días los cónyuges terminan convirtiéndose en dos extraños.

Ese hecho lleva a mantenernos atentos, evaluando cómo evoluciona el trato que se prodigan mutuamente, la forma como se expresan el amor y, si identificamos que algo anda mal, aplicar los correctivos necesarios. Por supuesto, es un paso que demanda compromiso, renuncia al orgullo y disposición a perseverar. ¡Su relación de pareja puede salvarse!

Piense: ¿En qué momento comenzó la crisis de familia?

En algún momento de su relación de pareja, pregúntese: ¿Me comunico con frecuencia con mi pareja?¿Guardo hacia mi cónyuge “secretos”?¿Perdono a mi esposo o esposa cuando me hiere con sus palabras o me resulta difícil perdonar?¿Disfruta la proximidad física, emocional y espiritual con su cónyuge? Estos son solo algunos interrogantes que nos ayudan a descubrir si nuestra relación matrimonial está deteriorándose.

Recuerde que el enfriamiento de la relación en muchas ocasiones comienza  desde el mismo momento en el que los componentes de la pareja deciden dejar la fase de noviazgo para pasar a un mayor nivel: el del compromiso matrimonial. Es entonces cuando terminan los elogios, cesan las celebraciones y las ocasiones de pasar tiempos juntos. En algunos casos afloran el mal carácter en alguno de los dos, la intolerancia y los choques.

Al abordar el asunto de cómo salvar el matrimonio, la sicóloga Amelia Rodríguez, señala: “El primer paso es identificar si la relación está atravesando por una crisis. No se preocupe, en algún momento todas las parejas la viven…. Sea detallista y tenga en cuenta que el amor se construye día a día, ya que es como una planta frágil que requiere de mimos y atenciones. El amor requiere de tiempo y dedicación por lo que usted debe demostrarle a la pareja lo mucho que significa para usted y aceptarla tal como es, con sus virtudes y defectos, sin intentar cambiarla.”(Amelia Rodríguez. “Enamore a su pareja”. Diario ADN. 06/06/2014. Pg. 22)

Nuestra actitud no debe ser de renuncia o de resignación frente a la familia. Por el contrario, debe ser de perseverancia. Hacer un alto en el camino, evaluar dónde tuvieron origen las diferencias y reemprender el camino, no en nuestras fuerzas sino con ayuda de Dios. Él nos asegura la victoria por encima de cualquier circunstancia, aun cuando todo haga pensar que la separación es inevitable.

No podríamos terminar si antes invitarles a tomar la mejor decisión que un ser humano puede asumir: Recibir a Jesús como Señor y Salvador. Le puedo asegurar que es el comienzo de una nueva vida, a nivel individual y familiar. Ábrale hoy las puertas de su corazón a Cristo Jesús. No se arrepentirá.

© Fernando Alexis Jiménez


Si nos arrepentimos de corazón, cambiaremos con la familia

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Si nos arrepentimos con sinceridad, verdaderamente cambiaremos con la familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Por muchos años Simón fue el borracho del pueblo. Se bebía el poco dinero que ganaba trabajando en los socavones de una mina y algunas veces—generalmente los domingos en la noche—llegaba a exigirle a su esposa que consiguiera dinero prestado para pagar deudas de juego que él había contraído en medio del alicoramiento.

No ande señalando errores de su familia

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No es buena idea andar criticando a nuestra familia...
Por Fernando Alexis Jiménez

¿Se ha encontrado alguna vez cuestionando a su cónyuge por errores que, con el tiempo, descubre usted mismo tiene? “Mi marido siempre se queja de que soy incumplida, que llego tarde; pero él mismo me ha dejado muchas veces esperándolo para cenar”, se quejaba una joven que pidió consejería. En su criterio, lo más doloroso era la sucesión de críticas que recibía de su cónyuge: “Generalmente no me dice palabras alentadoras”, decía.

La armonía familiar comienza cuando nos disponemos a cambiar

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Dios nos permite alcanzar armonía en la relación familiar
Fernando Alexis Jiménez

Rebeca vino a conocer realmente a Raúl, su esposo, cuando llevaban siete meses bajo el mismo techo. Y ocurrió por una discusión intrascendente. El hombre se llenó de furia, vociferó y se encerró en la habitación con un fuerte portazo. Pasó una semana antes que volviera a hablarle. Ese fue el momento en el que la joven se dio cuenta realmente con quién era que había contraído nupcias.

Dialogar, principio para fortalecer relaciones humanas

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Dios nos hace victoriosos cuando depositamos nuestra confianza en Él como familia
© Fernando Alexis Jiménez
Carlos cerró la puerta visiblemente disgustado. Iba de camino al trabajo, pero contrariado. Aquella discusión con su esposa le hizo pensar que hablaban idiomas diferentes. Es cierto, reaccionó con rabia; pero ella no colaboró mucho, porque también vociferó. Mientras conducía el autor se preguntaba: ¿Por qué otras personas pareciera que se entienden bien y nosotros cada diálogo que iniciamos termina en discusión?

Su familia merece que edifique sanas relaciones familiares

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El diálogo y la oración nos ayuda a construir familias sólidas
© Fernando Alexis Jiménez

Cuando Laura y Camilo eran novios, eran un dechado permanente de amor. Sus allegados en la Universidad se quejaban de sus constantes arrumacos y besuqueos, sin importarles quién estuviera cerca. Ella era muy cariñosa: Le abrazaba, rodeaba su cintura y le sonreía constantemente; él le regalaba rosas, esquelas amorosas y chocolates. Eran la pareja perfecta. Pero dos años después de casados, cuando su primer hijo, convirtieron el hogar en un infierno.

Es hora de mostrar el amor que siente por su familia

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Es tiempo de afianzar las relaciones interpersonales en familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Si hay un problema que se ha tornado común a los matrimonios, es que esposos y esposas se quejan de no recibir demostraciones de amor por parte de su pareja. “Ya no me quiera”, se lamentan ellas y, ellos—por su parte—consideran que en muchos casos las demostraciones afectivas son parte del pasado, que se quedaron en los recuerdos del noviazgo.

Abra su vida al cambio personal y espiritual

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Es tiempo de abrir los ojos a nuestra realidad y
ver cómo andamos

Por Fernando Alexis Jiménez

Llevaba once años sin ver. Ya hasta había olvidado los colores hermosos de un atardecer y la forma como, progresivamente, se iban conjugando matices de azul y amarillo cuando el sol despertaba perezoso en las mañanas. Once años de oscuridad. Lisa Reid se había acostumbrado a caminar con un perro guía y un bastón. “Era parte de mi día a día”, le dijo a sus conocidos.
            Sin embargo su historia cambió el día que tuvo un accidente al agacharse a besar a su mascota.  Se golpeó contra el borde de una mesa. Se tomó la cabeza, pero su sorpresa fue mayúscula al día siguiente abrió los ojos y ¡Veía! Un verdadero milagro.
            Lisa Reid es una mujer de Nueva Zelanda con un tumor que le apretaba el nervio óptico y eso la había convertido en una persona ciega. El incidente que cambió su historia ocurrió el 15 de noviembre del 2000.
"Nadie sabe qué pasó ni puede explicarlo", le dijo la mujer al Daily Mail. "Ver otra vez el mundo visualmente es un regalo", aseguró Reid.
            El 16 de noviembre del 2014 se cumplieron 14 años desde que Reid recuperó su vida y cada año que pasa, la Asociación de Nueva Zelanda para Ciegos recuerda su historia para poder recaudar fondos y poder crear concientización en la población en la Semana de la Ceguera.
            Uno de los más grandes regalos de Dios para nuestra vida, es la capacidad de ver. Perder la visión es algo traumático y nos priva de apreciar las maravillas de la creación, a las personas, al mundo que nos rodea.
            En alguna ocasión un hombre ciego por muchos años fue sanado por Jesús, el Señor. Los judíos inmediatamente cuestionaron el milagro. Recriminaron al invidente. Querían que le restara méritos al portento ocurrido en su vida. Leemos en las Escrituras: Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador.  Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo…”(Juan 9:24, 25. La Biblia de Las Américas)
            Un pasaje bíblico sencillo que nos lleva a recordar que el Dios en el que hemos creído, es un Dios de milagros, pero también nos lleva a reflexionar que es tiempo de abrir los ojos a la realidad que nos rodea. Evaluarnos y revisar cómo anda nuestra vida espiritual, familiar, el desenvolvimiento en el trabajo; qué errores cometemos que deben ser corregidos. Abrir los ojos para cambiar, para mejorar, para emprender una nueva vida. Hoy es el día para tomar esa decisión.
            Si aún no ha recibido al Señor Jesús, le invito para que lo haga. Puedo asegurarle que prendido de la mano del Señor Jesús emprenderá una nueva vida. Hágalo ahora. No se arrepentirá.

Léanos en www.guerraespiritual.org y www.bosquejosparasermones.com  

Esposos que colaboran en casa, un paso importante

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Los esposos están llamados a ayudar en casa

Por Fernando Alexis Jiménez
Hace veinte años parecía inconcebible que el hombre estuviera hacienda aseo en casa y que la esposa saliera a trabajar. Sin embargo, no solo el cambio de los tiempos sino las fluctuaciones del mercado laboral, cambiaron el panorama. Hoy resulta normal. Y las parejas lo asumen con naturalidad. Otro elementos que asumen como natural es que los papás tomen tiempo para ayudar a los hijos en los quehaceres escolares así como brindarles orientación.
           

Dios restaura una relación dañada y en crisis

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Dios restaura las relaciones en crisis

Por Fernando Alexis Jiménez
Esperó seis años. Seis largos años. Cada minuto le parecía una eternidad. Aunque está muy joven hoy, Grace Gelder. “No soporto la monotonía en la habitación.”, le dijo a sus amistades que le preguntaron por la insólita acción que emprendería días después. Una acción que incluso el diario londinense The Mirror, destacó en primera plana.
            ¿Qué hizo Grace que rompió todos los esquemas, la sacó del anonimato y la llevo a pasar a la historia? Ella decidió  casarse con ella misma luego de permanecer soltera por más de seis años. Es la primera mujer en muchísimos siglos que hace algo parecido en el Reino Unido.

Los demonios se metieron hasta en la televisión

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La internet y la televisión son peligrosas por lo que
ven nuestros hijos, que puede abrir puertas al enemigo

Por Fernando Alexis Jiménez
Ricardo es un chico de 13 años, aficionado a las películas de terror, que terminó internado en una clínica siquiátrica de Buenos Aires, Argentina, para tratar un cuadro irregular de comportamiento. Se levantaba gritando en las noches. Veía imágenes fantasmagóricas que le robaban la paz.
            Se comprobó tiempo después, que era aficionado a ver películas de terror. Un especialista cristiano consultado atribuyó ese hábito como la puerta a través de la cual entraron demonios que procuraban dominar su mente y por tanto, su comportamiento.

Haga su mejor esfuerzo por edificar una familia sólida

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El diálogo es importante en la relación familiar

Por Fernando Alexis Jiménez
Como padres que procuramos fundamental una familia duradera, donde Dios gobierne y primen principios y valores, debemos asumir la disciplina de estudiar las Escrituras, aprender pautas de vida y orar.
            Es importante que diariamente tengamos un encuentro con el Señor, que procuremos escuchar Su Voz. También reviste especial significación tener acercamiento a las Escrituras, tomar apuntes de aquellos pasajes en los que Dios nos habla e interiorizar aquellos principios que enseñaremos a nuestros hijos. Es aconsejable desarrollar un plan sistemático de estudio de la Biblia.

Una familia que se fortalece tomada de la mano de Dios

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Dios fortalece la relación familiar...

Por Fernando Alexis Jiménez
Laura y Raúl estaban por separarse. “No hay salida para nuestra situación”, decía él. “Yo deseo que hagamos nuestro mejor esfuerzo por el hogar”, se lamentaba ella. Dos niños, uno de siete y otro de cinco años, estaban en medio. Ellos, como es apenas natural, reclamaban el derecho a un padre y una madre. Y lo hacían de forma sencilla: Cuando les veían peleándose, procuraban –abrazándolos—que dejaran de seguir discutiendo.
            Fue Laura quien tuvo un encuentro personal con el Señor Jesús. Y a partir de allí, comenzó cambios que terminaron ejerciendo una poderosa influencia en la relación de pareja. La situación mejoró. Y desde el instante en que el panorama se despejó, se fijaron la meta de edificar la relación de pareja y a los hijos, sobre sólidas bases.

Comprometidos a fortalecer y no a fracturar la relación familiar

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Dios nos concede unidad y armonía en familia

Por Fernando Alexis Jiménez
Las familias están atravesando en el mundo por una profunda crisis. Lo grave es que naciones históricamente identificadas como cristianas, y nos referimos a los Estados Unidos, están a la par de países como España, Francia, Alemania y Japón donde el cristianismo no constituye mayoría entre su población. Algo está pasando: Los cimientos han sido socavados y el desmoronamiento en la relación de pareja y en el esquema de comunicación padres-hijos, sigue enfrentando un peligroso distanciamiento. El panorama es aún mas preocupante en América Latina donde prevalece el machismo y el respeto a la mujer brilla—en la mayoría de los países—por su ausencia.

Orando y creyendo para que los milagros ocurran

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Orar y creer a Dios va de la mano

Por Fernando Alexis Jiménez
Si hay algo de lo que hablamos mucho, leemos muchos libros pero, a la postre, no nos resulta fácil definir, es de la fe. ¿Usted podría definirla? Si no es así, le damos unas pistas: Es posible siempre y cuando hayamos desarrollado intimidad con Dios.
            Una de las inclinaciones naturales nuestras es a creer sin racionalizar. Le pongo un ejemplo: Cuando usted toma el control remoto del televisor, ¿se pregunta caso si funcionará o no? Por supuesto que no. Usted simplemente obtura el botón indicado. Sabe que aparecerá la imagen. Esa es fe natural.

¿Realmente estamos amando a nuestra familia?

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¿Dedica tiempo a la familia?

Por Fernando Alexis Jiménez
Si algo le molestaba a Roberto, era la forma displicente como su esposa Patricia le respondía. Podía afirmar que esa situación había minado la relación de pareja. Incluso llegó a pensar en separarse. “El trato que me da es irrespetuoso”, solía repetir.
            Su decisión cambió cuando reconoció que había una familia que cuidar, unos hijos que proteger, y un futuro unidos que no se podía tirar por la borda.  En ese momento decisión asumir dos principios esenciales en su trato con Patricia: Tolerancia y perseverancia. Es cierto, ella era la causante de la mayoría de los conflictos intrafamilialres, pero desde ese día, decidió someter las situaciones complejas en manos de Dios procurando su ayuda. ¡Y la respuesta no se hizo esperar!            El panorama que lucía ensombrecido, se fue despejando y todo volvió a su curso, a la normalidad. Había armonía. Realmente estaba materializando lo que era amar a su familia.

Inicie el maravilloso proceso de edificar familias sólidas

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Dios nos llama a experimentar crecimiento en nuestra vida de hogar
Si usted está vivamente interesado en fortalecer su relación de pareja y, de paso, ejercer una influencia transformadora sobre sus hijos, es importante que se formule dos preguntas que marcarán impacto en su vida: ¿Qué estoy invirtiendo en mi familia?, y la segunda: ¿Qué estoy dispuesto a sacrificar por mi familia?

Generalmente las personas esperan lo mejor de la vida—como si el mundo entero tuviera una deuda con ellas—y eso aplica al entorno familiar. Esperamos vivir sin conflictos, manteniendo unas buenas relaciones con el cónyuge y los hijos, pero a cambio no queremos dar nada. Creemos equivocadamente que mis familiares están en deuda conmigo—bien sea porque proveo, porque concino, porque mantengo todo en orden, porque doy las órdenes—y me deben prodigar amor, cuidados y respeto.

¡Cuidado con los engaños de Satanás!

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Cuando dependemos del Señor Jesús tenemos
asegurada la victoria contra el mundo de
las tinieblas
Fernando Alexis Jiménez
E
s una aldea de casas tristes que apenas sobreviven al paso del tiempo, y en medio de sus calles polvorientas, resisten la fuerza de gravedad que amenaza con derribarlas. Sus habitantes son amables y como parte de su cultura, no dejan que nadie pase por sus predios sin ofrecerle antes algo de tomar. Nos referimos a Zisiqiao, un caserío distante de la China que hasta hace veinte años era reconocido por la calidad de su pesca y agricultura. Hoy alcanza fama por tener criaderos con más de tres millones de serpientes.

Los pobladores crían culebras, entre ellas pitones, víboras y cobras.  Se estima que en el territorio hay un centenar de criaderos compuestos por guacales de manera que apilan uno tras otro.


Su familia le agradecerá si se decide a cambiar

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Dios desea que haya unidad en la relación de familia

Por Fernando Alexis Jiménez

Si hay una decisión que reviste importancia y que resulta trascendente porque termina ejerciendo influencia entre quienes nos rodean, es la decisión de emprender cambios internos—en nuestra forma de pensar y de actuar—pero también con nuestra familia. Dios nos ayuda en todo el proceso, pero es necesario que dispongamos nuestro corazón. Ese es el primer paso, el segundo, la Perseverancia. Llegar a la meta: Una familia transformada por el poder del Señor.

Cinco pasos para una oración de poder

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Por Fernando Alexis Jiménez
Si usted le pregunta a cualquier persona, de la religión que sea, si sabe lo que es orar, le responderá que sí. Si avanza un poco más y le interroga respecto a por qué y para qué orar, es probable que comience a tartamudear y si llega al último nivel y le sondea respecto a cuánto tiempo pasa orando, lo más probable es que le dirá que muy poco o nada. “Cuando me acuerdo”, fe lo que dijeron varias personas en una encuesta que realizamos hace pocos días.
La oración es una de las prácticas que más se menciona cuando alguien habla sobre espiritualidad. Lamentablemente es muy poco lo que se practica, y más cuando se trata del pueblo cristiano. Es más, usted, ¿pasa tiempo en oración?
                Leí una reflexión de Myles Munroe que comparto con usted: “La verdadera pregunta no es si la oración es válida o no, sino más bien, ¿entendemos el arte de orar y conocemos cómo funciona? Comencemos haciendo un viaje a la tierra de la duda, deshaciéndonos del escepticismo y activando el más maravilloso poder que todo ser humano pose: el poder para influir en la tierra desde el cielo por medio de la oración”(Myles Munroe. “Entendiendo el propósito y el poder de la oración”. 2013. Whitaker House editores. Pg. 10)

Simplemente instrumentos útiles en las manos de Dios

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Permita que Dios lo utilice como poderoso

instrumento en Sus manos...
Fernando Alexis Jiménez
¿
Sirve usted al Señor en la extensión del Reino? Maravilloso. Un gran privilegio. Pero ligado al primer interrogante, otro que sin duda le llevará a reflexionar: ¿Qué tipo de servidor de Cristo es usted? Lo planteo porque si hay algo está perjudicando enormemente la proclamación del evangelio, lo constituyen quienes—predicando a Cristo—dejan de lado a Cristo y son ellos quienes desean llamar la atención.

Pensemos por un instante en Juan el Bautista, en ese maravilloso relato que encontramos en Marcos 1:1-8. ¿Qué imagen tiene usted de Juan el Bautista?¿Que se trataba de un orador tremendo?¿Un líder de amplio reconocimiento que fue clave en el proceso de presentar el ministerio del Señor Jesús?¿Un líder que aprovechó su posición para lograr el reconocimiento de todas las personas? Definitivamente no.

El reto de orar a Dios

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Es tiempo de emprender la búsqueda de Dios en oración

Por Fernando Alexis Jiménez

Orar a Dios constituye un verdadero reto. Y le digo que un reto porque en una sociedad como la nuestra, carente de principios y valores, el que haya alguien convencido de la respuesta a su clamor, es difícil de encontrar.

Darle el primer lugar a Dios, la mejor decisión de la familia

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Dios debe reinar en nuestra familia, no hoy sino siempre
Por Fernando Alexis Jiménez

Lucía tuvo una discusión con su esposo. Una diferencia que pudo resolverse a tiempo. Fácilmente, de haber hecho un alto en el camino. No obstante, no supo cuándo detenerse. Las ofensas subieron de tono. Su esposo no respondió palabra. Simplemente salió, y nunca volvió. Los esfuerzos de la joven mujer por encontrarlo, resultaron infructuosos.

Edifique su familia a partir de principios y valores

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Nuestra responsabilidad: Velar por la familia,
por su bienestar

Por Fernando Alexis Jiménez

Cierta joven con la que hablé al término de una conferencia en la Universidad, me compartió su razón para no caer en la promiscuidad sexual como había acontecido con el resto de sus compañeros. “Mis padres me formaron en principios cristianos; por ese motivo tengo muy claro que no puedo ni debo ceder a mis deseos simplemente para obtener un placer momentáneo. Cuando decida la intimidad con alguien, ese alguien será mi esposo para siempre”, dijo.
                Puede que su posición no resultara muy popular en el campus universitario, pero puedo asegurarle que no solo le evitó muchos dolores de cabeza sino que se convierte en el primer paso para construir un matrimonio sólido.

Siga a la meta, no se detenga con su familia

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Dios nos permite el diálogo, la unidad y la armonía en familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Cuando me dirijo a grupos de personas en conferencias o cuando escribo sobre los fundamentos para edificar una familia sólida, el asunto despierta interés. No he visto jamás un esposo o una esposa que desestime el asunto. Hay muchas razones. Han descubierto que tras muchos años de convivencia, la relación enfrenta dificultades y, si no se toman decisiones oportunas, amenaza con un fraccionamiento hasta llegar al divorcio.
                La separación, a su vez, trae dolor a todos: A los cónyuges en primer lugar, y a los hijos que terminan condenados a criarse en un hogar sin padres.
                Nicole descubrió que su esposo la engañó en cierta ocasión que viajó fuera de la ciudad para asistir a un congreso. Algo doloroso para ella como mujer. Los momentos de desolación fueron muchos y, a primera vista, creía que la única solución era separarse. Su perspectiva de la vida cambió cuando comenzó a buscar a Dios y orar. Fue entonces que decidió darle una nueva oportunidad a su marido, quien dicho sea de paso, en efecto evidenció cambio.
                El autor y conferencista, Gary Rosberg, escribió: “Se necesita valor para restaurar y reconstruir una relación, sin importar de qué lado de la ofensa te encuentres. Se necesita paciencia, tiempo, confianza y, en algunas ocasiones, hasta lágrimas, antes de llegar a un arreglo.” (Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonios a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. EE.UU. 2005. Pg. 102)

Dios nos ayuda a salvar el matrimonio

                Una vez decidimos con ayuda del Señor salvar nuestro matrimonio, el paso siguiente es—como lo hemos anotado—cimentar la relación de pareja y con los hijos sobre la solidez de los principios y valores cristianos. Y el tercer nivel hacia el cual debemos avanzar es la perseverancia. Jamás habremos terminado de trabajar en un hogar que, aspiramos, permanezca firme en el tiempo. Perseverancia, esa es la clave. 
                El apóstol Pablo escribió: No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo.  No, amados hermanos, no lo he logrado,*  pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús. Que todos los que son espiritualmente maduros estén de acuerdo en estas cosas. Si ustedes difieren en algún punto, estoy seguro de que Dios se lo hará entender;  pero debemos aferrarnos al avance que ya hemos logrado.”(Filipenses 3:12-16. NTV)
                Recuerde que el crecimiento, y en este caso aplicado a la relación familiar, es un proceso que se afianza si vamos tomados de la mano del Señor Jesús. Si Él gobierna en casa, puedo asegurarle que no hay nada que temer… Y si surgen problemas, con su divina ayuda podremos resolverlos.
                Tenga en cuenta que edificar una familia sólida parte de una decisión: Su decisión. Y esa determinación debe permanecer en el tiempo. Si al comienzo no apreciamos los resultados que esperábamos, seguimos adelante, sin desmayar, convencidos que nada podrá detenernos, que el Señor nos asegura la victoria en las batallas, que con el paso del tiempo veremos los resultados. No se desanime. Hoy es el día para dar el primer paso en esa dirección…
                Si no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que nuestro amado Salvador traerá cambio a su vida y a su familia…
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¡Tu familia es tu primer ministerio!

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Dios nos llama a ocuparnos de nuestra familia

Por Fernando Alexis Jiménez
¿Cómo es que un ministro cristiano cuya fortaleza de enseñanza es la oración, la intercesión y la guerra espiritual, termina orientando sus esfuerzos a escribir y predicar temas sobre la familia?
            Esta es una de las preguntas frecuentes que me formulan los lectores y amigos a través de las Redes sociales, correos electrónicos o al término de alguna conferencia.
            Pero darles una respuesta no es fácil porque llegar a ese punto obedeció a un largo trasegar espiritual que me llevó a experimentar crisis, períodos de desierto, etapas de auto evaluación, búsqueda de Dios hasta finalmente, redireccionar mi desenvolvimiento ministerial.

Es tiempo de identificar y corregir errores en familia

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Dios nos ayuda a encontrar armonía en las relaciones de familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Un esposo que ejerce un adecuado liderazgo familiar, genera seguridad en su cónyuge y sienta las bases para que—al crecer—sus hijos puedan hacer frente a la sociedad en la que les tocará desenvolverse y, al mismo tiempo, establecer sus propias familias. Es una cadena. Si lideramos una familia sólida, en la que haya expresiones de amor, comprensión, tolerancia, ayuda, perdón y fe, sin duda ese mismo esquema es el que replicarán nuestros hijos en sus propios hogares, y a su vez, el patrón de comportamiento hogareño que vivirán nuestros nietos.

Redefinamos el liderazgo en familia

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Con ayuda de Dios desarrollamos un adecuado liderazgo familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Hasta hace algunos años ninguna decisión se tomaba en algunos hogares, hasta tanto estuviera el esposo. La opinión del cónyuge y padre, se respetaba. Tenía validez. Todos valoraban sus orientaciones. Tenían conciencia que su mayor preocupación era el bienestar de todos, y por ese motivo, estaban atentos a qué pudiera sugerir respecto a asuntos específicos.

                Hoy el panorama ha ido cambiando progresivamente. Lamentablemente en muchos casos el esposo es al último al que se consulta. Las esposas han asumido esa posición de liderazgo, a lo que se suma otro ingrediente: Los hijos se inclinan hacia su progenitora y respetan sus opiniones, que asocian con equilibrio y en muchos casos con sabiduría.

Apliquemos sanos principios de liderazgo familiar

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Los sanos principios deben gobernar nuestra familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Si tomamos la decisión de redefinir el concepto de liderazgo familiar, es necesario aplicar principios que orienten al cónyuge y a los hijos, que les brinden seguridad, que les ofrezcan la certeza de que sus inquietudes serán escuchadas y que nuevos motivos de intranquilidad no solo serán escuchados sino también atendidas oportunamente.

                En familia todos se sirven mutuamente. Todos son valiosos. El apoyo de unos a otros reviste importancia. Todos hacen parte de un engranaje. Si falta uno, la maquinaria dejará de funcionar.

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