No permitas que nada te saque del camino

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Dios está con nosotros siempre, en todas las
circunstancias que enfrentamos diariamente
Por Otoniel Font
E
n Marcos 11 y Mateo 21, vemos que Jesús va camino a su entrada triunfal, le da hambre y ve una higuera que lo saca del camino con la ilusión de que hay frutos. Esperando que haya frutos, se da cuenta que no hay. Entonces, maldice a la higuera, diciendo: Nunca más nadie coma de ti. En el versículo 20, se nos relata que, pasando al otro día en la mañana, vieron que la higuera se había secado desde la raíz. 
            De la misma manera, tú debes erradicar todo aquello que te saque del camino. 
            Cuando vamos camino a nuestra entrada triunfal, a lo que Dios nos ha prometido, hay que tener mucho cuidado que no te llenes de ilusiones huecas y te desvíes de lo que Dios te ha prometido. Cuando esto suceda, y te des cuenta que te sacó del camino, debes hacer como Jesús: Sacarlo y erradicarlo desde la raíz. 

¿Está inmerso en una cautividad espiritual?

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No podemos permitir que el mundo de maldad
nos mantenga sumidos en la cautividad espiritual

Fernando Alexis Jiménez
Caminó. Lo hizo con desespero. No tenía sosiego. Aun cuando el sol caía sobre su rostro en las mañanas y a sus espaldas, cuando caía la tarde, y que muchas jornadas debió enfrentar torrenciales aguaceros, seguía su marcha. Recorrió más de trescientos kilómetros de regreso a casa. Allí lo esperaba Raquel, de quien se alejó tiempo atrás porque la vida a su lado era insoportable…

¿Qué lo llevó a tomar esa determinación? Su esposa confesó tiempo después, cuando se convirtió a Cristo, que logró el regreso de su esposo gracias a un conjuro. Lo hizo una bruja del barrio. La casa donde vivía la mujer, estaba arruinada y dentro, olía a mil infiernos, pero ella se había fijado el propósito de tener a Roberto a su lado nuevamente.

Dios esculpe en nuestras vidas figuras de gloria

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Si hacemos un alto en el camino
podremos experimentar cambio
con ayuda de Dios


Fernando Alexis Jiménez
M
iguel Ángel Bounarroti tomó el martillo y un cincel pequeño, contuvo un instante la respiración para medir el alcance e impacto de los golpes y, segundos después, picaba despacio pero con inigualable precisión sobre el mármol. Lo hizo una y muchas veces. Parecía que sobre su mente tenía proyectada la imagen de lo que, meses después se convertiría en La Piedad”, la escultura que representa a María sosteniendo en su regazo el cuerpo desmadejado del Señor Jesús tras su muerte en la cruz.

Una obra casi perfecta. El inicio de una nueva corriente artística que tomaría fuerza en el renacimiento que experimentó Roma en las artes y en la literatura.

El espectador se encontraba con formas precisas, casi humanas, que guardaban sorprendente similitud con los gestos de un ser transformado por el sufrimiento. Luego vendría “Miguel”, una figura imponente del guerrero israelita que abriría las puertas para otra obra, también magistral: “Moisés”.

Cuide de su familia en oración

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Estamos llamados a dar ejemplo a nuestra familia, en todo lo que hacemos...

Fernando Alexis Jiménez
Con frecuencia y aprovechando el descanso para tomar el almuerzo, voy a librerías cercanas. Es mi secreta afición: leer buenos libros. Una señora a mi lado consultaba algunos títulos. Viéndome revisar algunos textos, se atrevió a preguntarme: “¿Podría recomendarme algún libro sobre la familia. Deseo regalárselo a mi esposo, con motivo del cumpleaños…”.

Le mostré algunos ejemplares de autores cristianos, pero la ocasión sirvió para explicar que si bien es cierto hay textos muy edificantes, el mejor de todos es la Biblia. Le mencioné de qué manera en las Escrituras hallamos principios y valores que nos permiten edificar hogares sólidos.

¿Cómo permanecer en la Presencia de Dios?

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Es necesario desarrollar intimidad con Dios
Fernando Alexis Jiménez
E
ra un gobernante. Ocupado siempre. Unas veces atendiendo público, otras en reuniones de junta y, otra parte de su tiempo, definiendo estrategias de guerra. “Un ejecutivo moderno con una agenda atiborrada de compromisos”, diría alguien. ¡Ese fue el rey David!

Nadie puede negar que tuviera múltiples compromisos que debía atender cada día del año; sin embargo, el Dios al que amaba y servía, ocupaba el primer lugar en todo momento. Y aun cuando no le quedaban muchos espacios libres, sacaba tiempo—siempre—para buscar Su rostro y mantenerse en Su presencia. Desarrolló intimidad con el Padre celestial.

Cuidado con la posesión o influencia demoníaca

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Dios desea que seamos libres de ataduras


Fernando Alexis Jiménez
E
l servicio cristiano estaba muy concurrido. Simón, el diácono, calculó que habría 800 personas en el auditorio. El calor era insoportable y aunque estaban funcionando todos los ventiladores, la brisa artificial a duras penas cubría un segmento de los concurrentes. Pese a la incomodidad, la predicación mantenía absortos a todos.

--Padre, ordeno en el Nombre de Jesús que todo espíritu de maldad salga ahora mismo--, dijo el pastor desde la plataforma.

Esas pocas palabras desencadenaron una tormenta y en varios lugares se manifestaron personas afectadas por los demonios.

Concebidos por Dios para ser triunfadores

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Dios nos creó para ser triunfadores...


Fernando Alexis Jiménez
C
uando a Reinaldo Ojeda los médicos debieron amputarle la pierna izquierda a los seis meses de edad, familiares y amigos meneaban la cabeza con pesar y, muchos en voz baja, se atrevían a decir: “Lástima que un bebé tan lindo perdiera su extremidad”. Pero apenas él creció y tomó conciencia de su discapacidad, pudo decir que  nunca extrañó su pierna, ni siquiera para jugar al fútbol.

No le preocupó jamás el qué dirán sino salir adelante. Hoy es una estrella en varios países gracias a su habilidad en el baile, modalidad en la que ha ganado varios concursos.

Descargue el material del Taller “Construyendo familias sólidas con ayuda de Dios”

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Dios permite que edifiquemos familias sólidas,
con principios y valores

T
odos anhelamos que nuestras familias sean sólidas, en principios, valores y pautas para un goce pleno de la existencia. Dios no nos dio una familia para que se convierta en una carga sino en una poderosa herramienta para la realización personal en todas las áreas. Nuestro cónyuge es una bendición, y los hijos: un regalo de Dios.

¿Cómo lograrlo?¿Qué pautas bíblicas debemos tener en cuenta?¿Cuáles son los pasos que debemos dar? Estos y otros interrogantes tienen respuesta en el Seminario-Taller “Construyendo familias sólidas con ayuda de Dios” que usted podrá descargar ahora mismo para dictarlo en conferencias, retiros de familias, células o en la congregación, un domingo. DESCARGUE EL MATERIAL AQUÍ


 

¿Es posible alcanzar una vida plena?

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La oración es un camino hacia la vida plena,
porque nos comunica con Dios el Padre


Fernando Alexis Jiménez
S
olo cuando llegó a viejo, a las puertas de partir a la eternidad pero con la indeclinable decisión de seguir leyendo hasta que pudiera ver, Raúl pudo decirme una tarde --en su melancólica y solitaria habitación, en Santiago de Cali--, que había alcanzado madurez personal y espiritual.

--Ahora sí creo que puedo irme—dijo--. He aprendido a llevarme bien con Dios y con quienes me rodean—y acto seguido me mostró las fotografías recién tomadas de sus hijos y de sus nietos--: Por ejemplo, ya no peleo con ellos –los señaló en la gráfica—y con éste, el más pequeño de todos ¿lo ve?, he aprendido a comunicarme porque no niego que hasta hace un tiempo me impacientaban los niños--.

Fue una conversación rápida, azarosa, de esas que jamás deseamos tener porque nos embarga la íntima convicción de que aquellas pueden ser las últimas palabras que cruzamos con nuestro interlocutor. Y así fue. Un mes y una semana después, Raúl inició ese viaje largo, tranquilo y eterno que algún día emprenderemos usted y yo.

Y aunque lamenté no haber estado en sus últimos momentos, o al menos durante las exequias, me invade la tranquilidad de saber que Raúl llegó a ese estado de equilibrio en el que encontramos sentido a la existencia...

¿Usted disfruta de una vida plena?

Alcanzar la plenitud en la vida ha sido por años una de las preocupaciones de todo ser humano. Es una inquietud que asalta a quienes están cansados de tener tropiezos con todo el mundo, de mantener unas relaciones deterioradas con su prójimo, y de enfrentar un vacío espiritual que nada puede colmar.

Esta es quizá su situación. Por momentos desearía salir caminando sin rumbo fijo. Siente que las cosas no funcionan bien. El matrimonio es un caos, su lugar de trabajo un infierno, pero lo más alarmante: usted experimenta un desasosiego permanente. No le permite vivir en paz.

¿Cuántas veces ha añorado despertar una mañana y llenarse de alegría con el sol que golpea su ventana, de entusiasmo con el saludo amable de quienes le rodean, y de optimismo con el buen desarrollo de sus actividades cotidianas?

¿Se da cuenta que se trata de una aspiración válida? Nos asiste a todos los seres humanos...

¿Dónde encontrar esa plenitud?

El apóstol Pedro, tras revisar los textos antiguos acudió a unos cuantos versículos de los Salmos y plasmó su respuesta en la primera carta que dirige a los creyentes de Asia y regiones vecinas. El plantea: En efecto, "el que quiera amar la vida y pasar días felices, guarde su lengua del mal y sus labios de proferir engaños.”(1 Pedro 3.10. Nueva Versión Internacional).

La perspectiva que tiene es clara: se requiere de cambiar nuestras actitudes en las relaciones que mantenemos con el prójimo. Y el primer paso es desechar la maldad y la mentira. Esas dos inclinaciones son sumamente perjudiciales, pero a la vez, muy sutiles para tomar fuerza en nuestro comportamiento.

Al respecto es importante que revisemos hasta qué punto engañar y diseminar maldad se han constituido en hábitos que incorporamos a nuestro diario vivir. Con ayuda de Dios—en sus fuerzas y no en las nuestras—es necesario vencer esa inclinación.

Es esencial que busquemos a Dios
en procura de paz interior... Dios lo hará...
La radicalidad en nuestras decisiones

Con demasiada frecuencia nos debatimos entre la disposición de cambiar y la tendencia a seguir haciendo lo mismo que hasta hoy, así nos haya traído desilusiones y desavenencias. Sabemos que nuestro comportamiento no el más indicado, sin embargo, seguimos ahí, como atados al sillón, sin poder movernos a uno u otro lado.

En circunstancias así cobra vigencia la exhortación de Pedro cuando escribe: Apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala.”(1 Pedro 3:11. Nueva Versión Internacional).

Apartarse amerita una decisión. Y cuando usted y yo tomamos una determinación, si es para el bienestar, debemos ser radicales. Las ambivalencias no llevan más que al fracaso y a la frustración.

Dios es quien nos otorga las fuerzas necesarias para permanecer firmes en esa decisión de cambio.

Dios respalda el anhelo de transformación

Alguien me decía: “Deseo cambiar, pero sí que es difícil”. Y me identifico con esa persona. Es difícil cuando nos proponemos esas modificaciones en los hábitos y actitudes fundamentados en las buenas intenciones o las capacidades que nos asisten en todos los órdenes. En condiciones así, siempre tropezaremos con una pared difícil de superar.

Para responder al interrogante de ¿Qué hacer? El apóstol Pedro escribe: Porque el Señor mira con buenos ojos a los justos y sus oídos están atentos a sus oraciones, pero mira con indignación a los que hacen el mal." (1 Pedro 3:12. Nueva Versión Internacional).

Dios conoce sus luchas. El conoce la batalla que libra en esa disposición de avanzar en el crecimiento personal y espiritual. Y como lo leemos en el texto: “... sus oídos están atentos a sus oraciones... ”.

Nada determina que usted no pueda cambiar. Por el contrario, todo apunta a que puede avanzar en ese propósito. Si lo hacemos, como si escaláramos una montaña, ascenderemos en ese propósito de alcanzar placidez en la vida.

¿Pudo darse cuenta? El asunto está en ese crecimiento que se produce cuando mejoramos las relaciones con Dios y con quienes nos rodean. Es el punto de equilibrio. El estado hacia el que debemos llegar y al que, sin duda, llegaremos con la ayuda de nuestro amado Señor Jesucristo.

Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirme ahora mismo a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al (0057) 317-4913705

© Fernando Alexis Jiménez

Piense diferente, viva más

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Dios espera que disfrutemos
la vida plenamente...
Fernando Alexis Jiménez
U
n estudio realizado por especialistas de la University College London (UCL) reveló que las personas con mejor actitud, inclinadas a ver la vida de manera diferente, no sólo disfrutan más la existencia sino que viven más tiempo. En conjunto se considera que tienen 35% menos de morir jóvenes.  Los investigadores tomaron los datos a analizar del English Longitudinal Study of Ageing, en el que se hizo un seguimiento a más de 11.000 personas de 50 años o más desde el año 2002.

En 2004, se recogieron muestras de saliva de alrededor de 4.700 de estos individuos en cuatro ocasiones durante el mismo día, al tiempo que se evaluaban sus sentimientos de felicidad, nerviosismo, preocupación, ansiedad, alegría y miedo.  De las 924 personas de este grupo que informaron tener los sentimientos menos positivos, el 7,3% de ellas murió en algún momento de los cinco años posteriores. Entre las personas con los sentimientos más positivos, ese porcentaje fue de la mitad: un 3,6% había muerto un lustro después.

Cuando estos porcentajes se ajustaron para tener en consideración otros factores influyentes en la mortalidad, como la edad, el sexo, la riqueza, la educación o la salud, entre otros, el riesgo de muerte en los cinco años siguientes fue un 35% más bajo en el caso de las personas más felices

¿Qué pensamientos anidan en su corazón?

Es necesario renovar nuestra forma de pensar, porque tiene directa incidencia en nuestra forma de actuar. Pensamos diferente, obramos diferente. Los amargados enferman con mayor frecuencia que las personas que son positivas, llenas de fe, en su forma de pensar. ¿Qué relación con el entusiasmo? Sencillo: si nuestra actitud cambia, nuestras expectativas de vida son más y mayores al tiempo que ejercemos influyendo en la vida de otras personas.

Al respecto el autor y conferencista internacional, Norman Vincent Peale, escribió: “Muchos está ya de vuelta, y han descubierto que el entusiasmo espiritual se suma a la verdadera vitalidad de la vida. Una razón para esta nueva forma de pensar que ha invadido a la nación entera es que nos hallamos inmersos en una auténtica revolución, que ha de apor4tar enormes beneficios de libertad, esperanza y bienestar a millones que, por desgracia, llegaron a pensar que lo único que podían conocer era el mundo negativo y descorazonado al que le había acostumbrado durante tanto tiempo.”(Norman Vincent Peale. “Hacia el éxito por el entusiasmo”)

El apóstol Pablo escribió: Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”(1 Tesalonicenses 5:16-18)

Observe detenidamente el texto. Nos deja claro que ser hombres y mujeres de fe, con una actitud positiva, no depende de Dios sino de nosotros. Es un proceso en el que debemos tomar parte activa, disponer nuestro corazón, dejar que el Señor tome en sus manos todo aquello que nos roba la paz interior. Hoy es el día para tomar una decisión, la de ser felices, con ayuda de Dios.

Deje que Dios transforme sus pensamientos

Los pensamientos nos llevan a la victoria o al fracaso. De ahí que Dios nos recomendara guardar nuestra forma de pensar (Proverbios 4:23). Lo hizo porque Él más que nadie comprende que es en la forma como pensamos que se centra lo que generalmente sirve de cimiento para lo que hacemos. Pensamos en derrota, obtendremos derrota; pensamos en victoria, con fe en Dios, y obtendremos victoria.

Quien siembra cizaña es nuestro Adversario espiritual, es Satanás. La autora y conferencista internacional, Joyce Meyer, enseña que “…los problemas de mucha gente tienen sus raíces en patrones de pensamiento que en realidad producen los problemas que agobian sus vidas. Satanás ofrece ideas torcidas a todo el mundo, pero no tenemos que aceptar sus insidias.”(Joyce Meyer. “El campo de batalla de la mente”. Editorial Unilit. 1995. EE.UU. Pg. 10)

¿Le ha ocurrido alguna vez que le asaltaron pensamientos hacia pecar, o quizá, sin que alguien le haya hecho algo, deseó vengarse? Tras el escenario está nuestro enemigo espiritual. Nos envía dardos de fuego, procurando que tergiversemos nuestra forma de pensar adecuada. Sabe que si logra influenciar nuestra mente, tendrá dominio sobre nuestras acciones.

Es aquí donde cobra particular importancia lo que enseñó el apóstol Pablo respecto a la necesidad de renovar nuestros esquemas de pensamiento: “No os amoldéis al mundo actual, sino sed transformados mediante la renovación de vuestra mente. Así podréis comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”(Romanos 12:2) 

La autora y conferencista Joyce Meyer anota que “Es de vital importancia que nuestros pensamientos concuerden con los pensamientos de Dios. Es un proceso que—por supuesto—tomará tiempo y estudio, pero debemos comprometernos.”(Joyce Meyer. “El campo de batalla de la mente”. Editorial Unilit. 1995. EE.UU. Pg. 10)

Dios nos llama a vivir en victoria. Podemos lograrlo en la medida que le permitimos al Señor obrar en todo nuestro ser, comenzando con la forma como pensamos. Recuerde, si dejamos que Dios nos transforme, Él lo hará comenzando por la forma como pensamos y nos dará la sabiduría para anidar pensamientos positivos, edificantes (Filipenses 4:8)

En adelante y con ayuda del Señor Jesús, no permita que lo embarguen pensamientos de rencor, odio, venganza, frustración o derrota. En Cristo somos más que vencedores y debemos pensar y actuar como tales (Filipenses 4:13). Hoy es el día para emprender esa nueva vida que siempre ha anhelado…

Tengo una pregunta final: ¿Vive Cristo Jesús en su corazón? Es esencial que usted le abra las puertas de su corazón. Tomados de la mano del Señor Jesús emprendemos el camino hacia el crecimiento personal y espiritual que tanto anhelamos.

Si tiene alguna inquietud, por favor no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al (0057) 317-4913705

© Fernando Alexis Jiménez


Perseverar en oración para que los milagros ocurran

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Si algo espera Dios es que perseveremos
hasta que los milagros se produzcan...


Fernando Alexis Jiménez      
C
on frecuencia me escriben con un interrogante: ¿Hasta cuándo debo orar por un milagro? Y la respuesta invariable, como se lo escribí a Nancy Antoy, de ciudad de México, es “Hasta que el milagro ocurra”.

Ella tiene una hija de veintidós años, con cáncer. Pasa días y noches enteras en el hospital donde la chica recibe tratamiento. En alguna oportunidad los especialistas le dijeron que no siguiera anidando esperanzas, que la enfermedad había causado daños irreversibles. Ella seguía clamando…

Desde hoy el ALTAR FAMILIAR diario

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Desde hoy el ALTAR FAMILIAR diario
Un espacio para toda
la familia...

Un nuevo servicio para usted y su familia. Se trata del ALTAR FAMILIAR, una serie de estudios que encontrará diariamente para que—reunidos padres e hijos—desarrollen intimidad con Dios mediante la Lectura de la Biblia y la oración. El formato es bastante sencillo y en él usted hallará siempre una meditación. En algunos casos, con ilustraciones de la vida real. Al término del estudio, encontrará una oración para realizar en familia. Estamos seguros que el ALTAR FAMILIAR se convertirá en una poderosa herramienta para el crecimiento personal y espiritual de todos los componentes del hogar. ¡A Cristo Jesús sea la gloria! Visitar ahora HACIENDO CLIC AQUÍ

Permanecer en la Presencia de Dios, secreto de la oración

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Dios desea que desarrollemos
una vida de intimidad con Él
mediante la oración...


Fernando Alexis Jiménez
S
i algo llevó a que Leticia renunciara a su disciplina de orar cada día, fue la sensación de que Dios no escuchaba su clamor y que no valía la pena seguir intentándolo. “Creo que el asunto de la oración no es para mí”, dijo. Y definitivamente no siguió sacando tiempo para buscar la Presencia de Dios; en cambio se dio a la tarea de encontrar libros que le refirieran cómo orar con eficacia…

¿Le ha ocurrido? Probablemente esté buscando un sinnúmero de títulos sobre cómo orar o tal vez, está a punto de abandonar la oración, ese punto maravilloso de contacto que tenemos con el Dios del universo, con el Padre amoroso que todo lo puede.

No creo que haya un guerrero de oración que no haya pasado por esta situación. El asunto es que nos damos por vencidos fácilmente. Es aquí donde cobra particular vigencia lo que enseña el autor y conferencista internacional, Weslet L. Duewel: “A menudo el misterio es grande en cuanto al lapso de tiempo necesario para la oración que prevalece. El secreto de la oración que prevalece consiste sencillamente en orar hasta que lelgue la respuesta. El espacio de tiempo es, finalmente, indiferente. Lo que cuenta es la respuesta de Dios. El espacio de tiempo necesario puede resultar a menudo desconcertante y puede llegar a ser una prueba de fe.”(Weslet L. Duewel. “La oración poderosa que prevalece”. Editorial Unilit. EE.UU. 1995. Pg. 16)

Oramos un día y pretendemos que el milagro se produzca ya. Y no en todos los casos ocurre así. Es cierto, hay momentos en los que una sola oración produce hechos maravillosos de parte del Señor, pero no es la regla sino la excepción.

Lo esencial para ser eficaces al orar, es permanecer en la Presencia del Señor. No es algo que se aprende en los libros sino que se vive a partir de desarrollar intimidad con Él.

¿Cómo permanecer en Su Presencia?

El secreto para permanecer en la Presencia de Dios es desarrollar intimidad con Él. Es la respuesta al interrogante que se formulaba el salmista y que, sin duda, es el mismo que le asalta a usted: “Señor, ¿quién puede adorar en tu santuario? ¿Quién puede entrar a tu presencia en tu monte santo?”(Salmo 15:1. Nueva Traducción Viviente)

No hay nada mejor que la certeza de que Dios está con nosotros, ahí mismo. Que es tan real –pero tan real—que basta extender la mano para sentirle con nosotros. Intimidad, Presencia, Permanencia: tres elementos esenciales para un guerrero de oración.

Comparto cuatro principios que le resultarán muy útiles, si desea estar en la Presencia del Señor siempre. Así le ahorro la lectura de muchos libros y de paso, le llevo a algo práctico:

1. Vida santa delante de Dios

Dios escucha a los justos. Sus oraciones siempre llegan a la Presencia del Padre. Es un principio que encontramos reafirmado en las Escrituras. El salmista lo explica con sencillas palabras  al responder quiénes permanecen en Él: “Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto, los que dicen la verdad con corazón sincero.”(Salmo 15:2. Nueva Traducción Viviente)

Llevamos una vida irreprensible en la medida en que renovamos nuestra forma de pensar y de actuar (Cf. Romanos 12:2) Desechamos la vieja vida con sus parámetros equivocados e incorporamos la Palabra en nuestra existencia. Si lo hacemos, podremos pensar y hacer lo correcto y anidar la verdad en nuestro ser. La transformación será evidente, pero más allá, consistente en el tiempo, es decir que permanecerá.

2. Medir el alcance de nuestras palabras

Lo que decimos es muy importante porque es con los labios que exaltamos a Dios, pero es con ellos que a veces pronunciamos palabras que hieren o destruyen a otras personas. Es importante, por tal motivo, que midamos el alcance de nuestras palabras. Ser muy cuidadosos. Él sabrá cómo obrar si tan solo dependemos de Él en aspectos tan esenciales como la forma de expresarnos.

El salmista aseguró que estarán en la Presencia de Dios siempre quienes “…Los que no se prestan al chisme ni le hacen daño a su vecino, ni hablan mal de sus amigos.”(Salmo 15:3. Nueva Traducción Viviente)

Ser prudentes, midiendo cada palabra. Es una forma de expresar la santidad de nuestra vida. Nos asegura que las oraciones serán eficaces. Recuerde que podemos saber de memoria toda la Escritura, pero si dañamos con las palabras, habremos borrado con el codo lo que escribimos con la mano.

3. Integridad en lo íntimo y el desenvolvimiento social

Recientemente asistí a una iglesia muy grande. Lo hice porque deseaba ser alimentado con la Palabra, y no siempre ser quien doy enseñanzas desde el púlpito. Iba junto a mi esposa, dispuestos a recibir un buen sermón dominical. Era tanta la gente que estaba seguro de pasar desapercibido.

--Pastor, el templo está lleno pero tenemos un sitio para ustedes; síganme por favor--, nos dijo un ujier al vernos.

Ese incidente me reafirmó algo que tengo presente y comparto con usted: Jamás sabemos quién nos conoce, de ahí que debemos evidenciar integridad donde quiera que vamos.

Y es uno de los requisitos que plantea el salmista para estar siempre en la Presencia del Señor: “Los que desprecian a los pecadores descarados, y honran a quienes siguen fielmente al Señor y mantienen su palabra aunque salgan perjudicados.”(Salmo 15:4. Nueva Traducción Viviente)

Es menester que evaluemos incluso con quiénes compartimos amistad. No significa que dejemos de hablar con la gente, sino que revisemos cuál es nuestro círculo de amistades y con ellos, y aún sin que estén con nosotros, observemos integridad.

4. Reafirmar nuestras palabras con los hechos

Con frecuencia se nos señala a los cristianos de ser muy buenos para predicar pero muy débiles al momento de ser coherentes con los hechos. Y probablemente tienen razón, ya que creo personalmente que un mal testimonio pone barreras para que las personas se conviertan a Cristo Jesús.

Por eso llama la atención con aquello que concluye el salmista: Los que prestan dinero sin cobrar intereses y no aceptan sobornos para mentir acerca de un inocente. Esa gente permanecerá firme para siempre.”(Salmo 15:5. Nueva Traducción Viviente)

La insensibilidad a las  necesidades del prójimo levanta barrera en nuestra relación con Dios. No podemos pretender ser eficaces en la oración si somos ajenos al dolor de los demás, y encima, no hacemos absolutamente nada para ayudar.

Es tiempo de dinamizar nuestra vida de oración y sólo será posible en la medida en que haya consagración al Señor, entrega, santidad, rendición. Todos podemos lograrlo, pero debe haber disposición de corazón ya que una cosa es buscar la Presencia de Dios y otra bien distinta, estar en la Presencia de Dios.

Y a propósito de Dios, ¿Ya le abrió las puertas de su corazón al Señor Jesús? Hoy es el día para que lo haga. Él desea entrar en su vida y obrar de manera especial. Basta que usted se rinda en Su Presencia y le permita que haga de usted una persona nueva. Decídase hoy por Cristo. Ábrale las puertas de su corazón.

Si tiene alguna inquietud, por favor no dude en escribirme a webestudiosbiblicos@gmail.com o llámenos al (0057) 317-4913705

© Fernando Alexis Jiménez


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