El propósito de Dios es que disfrutemos de limpieza espiritual... |
Fernando Alexis Jiménez
¿Es posible contaminarse física y espiritualmente? Por
supuesto que sí. Lo complejo del asunto son las consecuencias que se
desencadenan después. Los cristianos debemos ser conscientes de este problema,
porque de manera voluntaria o involuntaria podemos abrir puertas al mundo de
las tinieblas. Le invito que entendamos el asunto. Es fácil.
Los
seres humanos tenemos tres componentes esenciales. Dos son invisibles: el alma
y el espíritu, y un tercero, de carácter visible: nuestro cuerpo.
Ahora bien, luchamos con nuestra
inclinación pecaminosa. Es una batalla que libramos siempre. Por esa razón es
imperativo que nos sometamos al proceso de santificación,
que proviene del griego agios que traduce separado. ¿De qué?
Del pecado. Cuando pecamos, el cuerpo, alma y espíritu se ven afectados. Sufren
contaminación. Y el apóstol Pablo fue claro al advertir que el pecado produce
muerte (Cf. Romanos 6.23).
Una de las principales contaminaciones de
orden espiritual que afectan el cuerpo, es el pecado relacionado con la
inmoralidad, y específicamente, las relaciones sexuales ilícitas. Hay dos
pasajes que le invito a leer en la tranquilidad de su casa: el primero es 1
Samuel 21:4, 5 y el segundo, Romanos 1:24.
Comprendemos por la Biblia que la inmoralidad
sexual termina ejerciendo dominio, y lleva a la persona, no solamente a quedar
cegada sino también, a un proceso de estancamiento o revés en todos los
órdenes. El apóstol Pablo elevó una advertencia contundente sobre los peligros que
corremos y la forma como debemos rendir a Dios adoración: “Por
eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que
dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es
como se debe adorarlo.”(Romanos 12:1, Traducción en Lenguaje Actual).
Lograrlo es posible. Se fundamente en dos
cosas: la primera, decisión personal, y la segunda, sometimiento e intimidad
con Dios. Si obramos así, el Señor obra la santificación en nuestra existencia:
“Que Dios mismo,
el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu,
alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”(1
Tesalonicenses 5:23, Nueva Versión Internacional)
Un texto contundente que enfatiza la
necesidad de experimentar santificación en las tres dimensiones de nuestro ser:
espíritu, alma y cuerpo. Y además, que no es en nuestras fuerzas como lo
logramos, sino en las de Dios y también aprendemos que debe ser un proceso
constante.
No podemos olvidar que honramos a nuestro
Padre celestial con el cuerpo, y que el cuerpo mismo es templo donde Él mora: “¿Acaso no saben
que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han
recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados
por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.”(1 Corintios
6:19, 20, Nueva Versión Internacional)
Hay un imperativo para todos nosotros. Y es
menester movernos en la voluntad divina, tomados siempre de Su mano para no
caer ni experimentar reveses de ningún tipo.
Contaminación en nuestra alma
Muchísimas personas confunden alma con
espíritu. Tremendo error. El alma, para mayor claridad, es la parte consciente
nuestra. Y dicha alma, de acuerdo con las Escrituras, puede morir para siempre
en el infierno (Cf. Mateo 10:28; Marcos 8:36)
Es necesario recordar que nuestra alma le
pertenece a Dios, como lo enseña Ezequiel 18:4. Y se produce la muerte del alma
por la contaminación del pecado. Reflexione, tan solo por un instante, el
tremendo problema que se desencadena de los pensamientos que acarician la
maldad. La influencia que ejercen sobre nuestro comportamiento es insospechada
y terrible. Por ese motivo, comprendemos que al pensar mal, también se pecad y
esa inclinación que no corregimos a tiempo, nos lleva a la muerte.
Es importantísimo que le demos espacio a
Dios en nuestra vida para que Él nos limpie de toda contaminación.
Contaminación en el espíritu
El poder de Jesucristo nos hace libres de toda contaminación espiritual |
A diferencia de lo que piensan muchos,
nuestro espíritu se contamina, y no solamente hay quienes se solazan en su
maldad como lo anota Romanos 1:24: “Por eso Dios los entregó a los malos deseos
de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus
cuerpos los unos con los otros.”, sino que además, una
vez contaminado, el espíritu lleva a la destrucción a la persona: “Mi pueblo
consulta a su ídolo de madera, y ese
pedazo de palo le responde; su tendencia a prostituirse los descarría; se
prostituyen en abierto desafío a su Dios. ”(Oseas 4:12, Nueva Versión
Internacional; Cf. Hebreos 3:10)
Por ese motivo es imperativo que haya
limpieza en nuestro espíritu, alma y cuerpo (Cf. 2 Corintios 7:1).
¿Y el testimonio de vida?
Se preguntará, pero a todas éstas: “¿Qué tiene que ver este asunto de la
contaminación y la santificación, con mi testimonio de vida?”. A algo muy
elemental: Satanás pone tropiezo a nuestro desenvolvimiento, llevándonos al
pecado. Nos seduce y arrastra, para producir nuestra caída espiritual, y al
hacerlo, por supuesto, afecta el testimonio y vida cristiana en general.
En cierta ocasión el Señor Jesús advirtió
al autosuficiente Pedro: “»Simón, Simón,
mira que Satanás ha pedido zarandearlos a ustedes como si fueran trigo. Pero yo he orado por ti, para
que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus
hermanos.—Señor —respondió Pedro—, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la
cárcel como a la muerte.—Pedro, te digo que hoy mismo, antes de que cante el
gallo, tres veces negarás que me conoces.”(Lucas 22:31-34, Nueva Versión
Internacional)
Observe que el adversario espiritual está
pendiente, pero en procura de llevarnos a un revés espiritual. Lo único que nos
permite vencer, es la fe. Es la que nos lleva a permanecer firmes. Y avivamos
la fe, permaneciendo asidos de la mano del Señor Jesucristo.
¿En qué áreas afectamos nuestro testimonio de vida?
A nuestro amado Señor Jesús y la fe que profesamos en
Él lo negamos en cinco áreas que le invito a considerar:
1. En la vida personal
2. En la vida familiar, lo que incluye el
trato que les damos, el amor que les prodigamos y de qué manera les edificamos.
3. En el desenvolvimiento personal, en
elementos claves como la puntualidad, responsabilidad y compromiso.
4. En el desenvolvimiento eclesial. Es
probable que seamos líderes, pero no demos buen testimonio allí.
5. En las finanzas.
Hay un pasaje que le invito a considerar
referente al testimonio de vida y la forma como negamos a Cristo. Se encuentra
en Lucas 22:54-62:
“Prendieron entonces a Jesús
y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro los seguía de lejos. Pero luego, cuando encendieron
una fogata en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro se les unió. Una criada lo vio allí sentado
a la lumbre, lo miró detenidamente y dijo: —Éste estaba con él. Pero él lo negó. —Muchacha, yo no lo
conozco. Poco después lo vio otro y afirmó: —Tú también eres uno de ellos. —
¡No, hombre, no lo soy! —contestó Pedro.
Como una hora más tarde, otro lo acusó: —Seguro que éste estaba con él;
miren que es galileo. — ¡Hombre, no sé de qué estás hablando! —replicó Pedro.
En el mismo momento en que dijo eso, cantó el gallo. El Señor se volvió y miró
directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había
dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces.» Y saliendo de allí, lloró
amargamente.”
Observe como primer elemento, el
ingrediente para una caída espiritual: la autosuficiencia. Pedro lo evidenció
en su existencia. Advirtió que no negaría a Jesús y terminó haciéndolo. Tres
veces.
Pero es tiempo de arrepentirnos. Si lo
hacemos y volvemos la mirada al amado Salvador, Él nos fortalece para dar
solidez a nuestro testimonio de vida cristiana. ¡Es posible vencer y salir
airosos!
Recuerde siempre que el secreto estriba en
permanecer asidos de la mano de Jesucristo el amado Señor. Con Él, somos más
que vencedores (Filipenses 4.13)
©
Fernando Alexis Jiménez –
(0057)317-4913705
3 comentarios:
muy buena ensenanza debemos cuidar nuestra salvacion con temor y temblor como dijo el Apostol Pablo .
por que la tentacion es tan fuerte?? a pesar de que uno se resista creo que es inevitable caer, al principio me dolia mucho fallarle al señor, pero con el paso del tiempo me fue mas facil pecar cada vez mas y ya no sentir remordimiento, se hizo algo comun y normal en mi vida, ¿que me esta pasando? solo se que cada vez me alejo mas del señor estoy preocupado
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años
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