Los esposos están llamados a ayudar en casa |
Por
Fernando Alexis Jiménez
Hace veinte años parecía
inconcebible que el hombre estuviera hacienda aseo en casa y que la esposa
saliera a trabajar. Sin embargo, no solo el cambio de los tiempos sino las
fluctuaciones del mercado laboral, cambiaron el panorama. Hoy resulta normal. Y
las parejas lo asumen con naturalidad. Otro elementos que asumen como natural
es que los papás tomen tiempo para ayudar a los hijos en los quehaceres
escolares así como brindarles orientación.
Un estudio reciente de la Escuela de Negocios de la
Universidad de La Sabana, de Bogotá (Colombia) sobre la realidad económica en
los hogares señala que hoy día “…el
cuidado de los niños es la principal actividad que las mujeres realizan al
interior del hogar (98% lo hacen) independientemente de si están trabajando o
no. En contraste sólo el 12.59% de los hombres tienen a su cargo esta
responsabilidad.”(Diario ADN Colombia. 05/10/2014. Pg. 16). Pese a las
estadísticas, los especialistas coinciden que está aumentando el número de
esposos que, al pasar tiempo en casa, asumen compromiso con sus hijos.
Ahora, el mismo análisis señala que el 17.04% de las
mujeres están a cargo de la cocina al igual que la limpieza (10.37%) mientras
que las reparaciones están sobre los hombros del esposo (15.56%). No obstante
en este punto también el curso ha ido cambiando ya que el hombre está tomando
el delantal y ayudando en casa.
Algo que llama la atención es que este fenómeno de
compromiso con el hogar lo están asumiendo parejas jóvenes.
El apoyo mutuo en el hogar es muy importante. Las
Escrituras enseñan que: "Más valen
dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno
levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante! Si dos se
acuestan juntos, entrarán en calor; uno solo ¿cómo va a calentarse? Uno
solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no
se rompe fácilmente!" (Cantar de los Cantares 4: 9-12)
En muchos lugares puedo escuchar los testimonios de
esposos y esposas que unen esfuerzos y se complementan a la hora de hacer los
quehaceres domésticos. Ese solo paso, la decisión de aportar colaboración,
marca la diferencia. “Mi esposo es una
gran ayuda. Y siento que al ayudar en casa, está demostrando cuánto nos ama a
todos.”, comentó Ingrid Vanessa, una joven mujer en una reciente
conferencia para matrimonios.
Por supuesto dar ese paso hacia el cambio de actitudes en
cuanto a las tareas del hogar, demanda renuncia a nuestros viejos esquemas
machistas y de paso, abrir espacios para que Dios se mueva en la relación de
pareja. Lo que sí puedo asegurarle es que la época de hoy es distinta y demanda
que todos asuman—esposos, esposas e hijos—compromiso con el espacio que
habitan, donde comparten sueños, metas y esperanzas, alegrías pero también
tristeza.
Decídase hoy a emprender ese proceso de transformación
personal y familiar, y si no ha recibido a Jesucristo como Señor y Salvador, es
hora de que tome esa decisión. ¡No se arrepentirá!
© Fernando Alexis Jiménez – Léanos en www.selecciondeestudiosbiblicos.org
y www.guerraespiritual.org
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