Dios restaura las relaciones en crisis |
Por
Fernando Alexis Jiménez
Esperó seis años. Seis
largos años. Cada minuto le parecía una eternidad. Aunque está muy joven hoy, Grace Gelder. “No soporto la
monotonía en la habitación.”, le dijo a sus amistades que le preguntaron
por la insólita acción que emprendería días después. Una acción que incluso el
diario londinense The Mirror, destacó en primera plana.
¿Qué hizo Grace que rompió todos los esquemas, la sacó
del anonimato y la llevo a pasar a la historia? Ella decidió casarse con ella misma luego de permanecer
soltera por más de seis años. Es la primera mujer en muchísimos siglos que hace
algo parecido en el Reino Unido.
Lo más llamativo de la historia es que la hoy señora Gelder, realizó todo el ritual nupcial: la propuesta, la pedida de mano
y una boda a la que invitó a 50 personas, incluyendo a su familia y amigos.
¿Qué
la motivó? Su idea toma como base la canción de Björk
“Isobel”, que habla sobre una chica que se casa consigo misma. La “propuesta de matrimonio” la
realizó en noviembre pasado y la boda tuvo lugar en Londres en marzo.
El fotógrafo del extraño evento aseguró que la mujer pasó
seis años soltera y que durante ese tiempo creó una íntima relación con ella
misma, lo que le parecía bastante difícil de hacer con alguien más.
Grace, como cualquier otra novia, compró un vestido, un
anillo de compromiso, escribió sus votos e inclusive dio el primer beso de
esposas a un espejo. A pesar de que la boda no tiene acreditación legal, Grace
asegura que está feliz porque ya no es una soltera más.
La historia me llamó poderosamente la atención como sin
duda le ocurrirá a usted. No deja de sorprender que alguien haga algo
semejante. Pero la soledad, la falta de una compañía en nuestra vida, lleva a
los seres humanos a obrar así o quizá de otra manera mucho más sorprendente.
¿Por qué decimos contraer matrimonio? Porque deseamos
superar la soledad y encontrar una persona con quien compartir sueños, anhelos,
propuestas y un futuro. Luego vienen los hijos y la historia termina
ampliándose. No somos uno ni dos—con nuestro cónyuge—sino el inicio de una
familia que puede extenderse por generaciones.
Ahora, ¿qué ocurre si nuestra
relación de pareja está en crisis? Buscar a Dios. Él nos ayuda cuando clamamos
por nuestro hogar. Las Escrituras nos comparten un mensaje esperanzador. El
profeta Isaías escribe: “No recordéis
las cosas anteriores ni consideréis las cosas del pasado.
He aquí, hago algo nuevo, ahora acontece; ¿no lo percibís? Aun en los desiertos
haré camino y ríos
en el yermo.”(Isaías 43:18, 19. La Biblia de
Las Américas)
Bajo ninguna circunstancia podemos
permitir que la relación familiar entre en crisis sin hacer lo más mínimo para
impedirlo. Es necesario actuar, dar pasos concretos, y uno de ellos es orar a
Dios en busca de soluciones para los problemas y esperar el momento oportuno
para dialogar, procurar el diálogo y la reconciliación y comprometer nuestros
esfuerzos para sanar las heridas abiertas en nuestro hogar,
La decisión debe tomarla hoy, ahora
mismo. No está solo. Jesucristo le ayuda a lograrlo. Si no ha recibido a Jesús
como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que no se
arrepentirá.
© Fernando Alexis Jiménez – Léanos en www.selecciondeestudiosbiblicos.org
y www.guerraespiritual.org
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