Rinda su vida hoy a Dios... No se arrepentirá... |
Lectura Bíblica: Romanos 8:26, 27; Marcos 1:35; Salmo 6:31;
Le invitamos para
que medite cuidadosamente en el texto escogido para iniciar la jornada de hoy:
“Además, el Espíritu Santo nos
ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios
que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos
que no pueden expresarse con palabras. Y el Padre, quien conoce cada corazón,
sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los
creyentes, en armonía con la voluntad de Dios.”(Romanos 8:26, 27. NTV)
Un momento para reflexionar:
Hace pocos días
leí un libro que—lo confieso—me llamó poderosamente la atención pero, además,
me movió los cimientos. Muy sencillo, a decir verdad, pero con dos
interrogantes que todavía me tienen inquieto: ¿Sabe usted orar?¿Se ha preguntado por qué sus oraciones no son
eficaces?
El autor, de
quien prefiero guardar reserva, dio en el punto. Creo que usted, ahora mismo,
quedará igual de intranquilo con los dos cuestionamientos.
¿A qué se debe
esto? A que pasamos poco tiempo en oración o tal vez, si oramos, divagamos en
palabras y no vamos al asunto central, el que nos motiva a doblar rodilla. Y si
acaso oramos, seguimos guardando en el corazón un profundo vacío. Tal vez no
actuamos movidos por la fe sino por la desesperación. Un laberinto sin salida,
sin duda.
En uno de sus
célebres sermones de la década de los setenta, el famoso evangelista Billy
Graham dijo: “La oración es una
conversación de ida y vuelta. Hablamos con Dios, y Él habla con nosotros. Como
cristianos tenemos un Padre celestial que escucha y contesta nuestras
oraciones… Jesús lo dijo: “Todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo
recibiréis…”(Mateo 21.12) No hay hombre o mujer cuya vida haya sido de valor
positivo en la iglesia y en el Reino de Dios que no haya sido una persona de
oración. Es mal negocio argumentar que estamos demasiado ocupados y no orar. Un
cristiano que no ora es un cristiano impotente. Jesús nuestro amado Salvador
pasó muchas horas en oración. A veces estuvo toda la noche en la cumbre de una
colina, en comunión con Dios el Padre. Y si él sentía la necesidad de orar,
¡Cuánto más precisamos usted y yo de la oración!”(Citado por Joan Winmill
Browm, en “Día a día con Billy Graham”. Editorial Mundo Hispano. EE.UU. 2008)
Siempre resulta
bien hacer un alto en el camino y preguntarnos cómo anda nuestra vida de
oración. Como cristianos y más si ocupamos una posición de liderazgo, reviste
particular importancia que pasemos tiempo en la Presencia de nuestro Hacedor.
Puntos de
Reflexión:
Tenga presente siempre este día rendimos nuestra vida a Dios en oración
cuando:
a.- Aprendemos del
Señor Jesús que iniciaba y terminaba sus extenuantes jornadas en oración (Mateo
14:23; Marcos 1:35, 6:12).
b.- Aprendemos de
hombres del Nuevo Testamento, como los
apóstoles Pablo y Judas, quienes insisten en la necesidad e importancia de orar
(1 Tesalonicenses 5:17; Romanos 8:26, 27; Judas 20)
c.- Comenzamos cada nuevo día apartando
unos minutos para Dios en oración (Marcos 1:35)
d.- Somos perseverantes en la Oración (1
Tesalonicenses 5:17)
Versículo clave:
“Oh Dios, tú eres mi Dios; de
todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en
esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.”(Salmo 63:1. NTV).
Sermón para compartir en Comunidad:
Si usted es pastor,
obrero o líder y desea compartir el Mensaje de Consagración en la comunidad de
creyentes que tiene a cargo, utilice el siguiente Sermón:
Título: La
importancia de la oración en la vida del cristiano
Base Bíblica: Lucas
11:1-13
Introducción:
El Señor Jesús nos enseñó la importancia de orar, desarrollando
intimidad con Dios. Él mismo nos compartió un modelo para orar que está
contenido en el Padre nuestro y que registran tres de los Evangelios. Cuando
procuramos la Presencia del Señor, Él nos revela Su voluntad y nos guía camino
a la victoria personal y espiritual. No podemos desconocer que el Señor Jesús
tenía como disciplina diaria la oración. Era parte de su estilo de vida. Hoy en
día vemos como infinidad de creyentes se dedican a orar pero cuando reciben
respuesta a sus peticiones, inmediatamente se olvidan del Dios que respondió a
su clamor.
I. El Señor Jesús enseñó con su propia búsqueda de Dios, la importancia
de orar (Lucas 4:1-4)
1. En
los discípulos del Señor Jesús había anhelo por aprender a orar (v. 1 b)
2. El
Señor Jesús enseñaba con su ejemplo la necesidad de orar (v. 1 b)
3. El
Señor Jesús enseñó que la oración se dirige al Padre celestial, dueño de todo
el poder (v. 2)
a. Glorificar a Dios
b. Reconocer la
grandeza de Dios
c. Pedir que
viniera Su Reino
4. El
Señor Jesús enseñó la necesidad de depender de Dios en oración (v. 4)
5. El
Señor Jesús nos enseñó la importancia de orar para pedir fortaleza de Dios para
perdonar y pedir perdón cuando ofendemos a alguien (v. 4)
II. El Señor Jesús nos enseñó que la oración debe ocupar un lugar muy
importante en nuestra vida
1. El
Señor Jesús oraba antes de comenzar su jornada (Marcos 1:35)
2. El
Señor Jesús oraba antes de tomar grandes decisiones (Lucas 6.12, 13)
3. El
Señor Jesús oraba cuando terminaba sus jornadas (Mateo 14:23)
III. El Señor Jesús nos enseñó que debemos orar por nuestra vida
personal, familiar y desenvolvimiento ministerial
1. El
Señor Jesús oraba para agradecer al Padre celestial (Marcos 8:6, 7)
2. El
Señor Jesús oraba cuando ministraba (Mateo 15:36)
3. El
Señor Jesús oraba para que ocurrieran milagros (Juan 11:41, 42)
4. El
Señor Jesús oraba en los tiempos de angustia (Juan 12:27, 28)
a. Glorificaba a
Dios
b. Reconocía el
poder y la voluntad de Dios
5. El
Señor Jesús se sometió a la voluntad de Dios (Lucas 23:46)
Conclusión:
Como el Señor Jesús, que es y seguirá siendo siempre nuestro Maestro,
que brinda enseñanza con el ejemplo, debemos comenzar y terminar las jornadas
en oración. Cuando leemos las Escrituras aprendemos que nuestro Salvador le
concedía particular importancia a la oración. De Él aprendemos que, por encima
de todo, orar es y debe ser en nosotros una necesidad. Jamás olvide que a orar
se aprende orando. Tenga presente además que la mejor manera de enseñar a
nuestra familia sobre la importancia de orar, es cuando nosotros mismos tenemos
ese principio, el de orar. Hoy es el día para comenzar.
Lectura para el Mediodía: Lucas 6.12; Marcos 1:35
Lectura para la Noche: Marcos 14:23; Salmo 4:8
Terminamos la actividad en oración:
“Señor Jesús, gracias
porque siempre respondes a nuestras oraciones. También admitimos que crecemos
en la medida en que caminamos tomados de tú mano, y eso es posible cuando
tomamos tiempo para orar. Tú estás atento a lo que te pedimos, porque tu deseo
es darnos siempre lo mejor. Permítenos cada día más que crezca la fe en nuestra
familia. Que padres e hijos crezcamos en el convencimiento de que nos oyes y
atiendes nuestras oraciones. Amén”
Nota Importante:
Si considera que
este Material resulta enriquecedor y
gratificante en la vida espiritual suya y que puede servirle a otras personas,
le invitamos a COMPARTIRLO. Basta que haga clic en compartir para que sus
seguidores en Facebook lo reciban
0 comentarios:
Publicar un comentario