No podemos quedarnos estancados en la relación familiar |
¿Ha escuchado hablar de Carl
Maxie Brashear? Probablemente no le suene conocido el nombre; no obstante,
marcó la historia de muchos norteamericanos. Se constituyó en el primer
afrodescendiente en convertirse en maestro de buceo de la marina
estadounidense. Nació en 1931. El 25 de febrero de 1948, cuando había pasado la
segregación que impedía el ingreso de personas de color a las fuerzas
militares, se enlistó en la fuerza naval. En 1956 se graduó como buzo y llegó a
ser instructor jefe. Debido a un accidente que lisió una de sus piernas,
decidió pedir la amputación de su extremidad con el fin de no tener
impedimentos para ejercer su profesión de buzo.
¿Y qué tal de Ludwig van Beethoven? De él sin duda que sí ha oído hablar o al menos
ha disfrutado alguna sde sus sinfonías. Nació el 16 de diciembre de 1770 en
Alemania y murió en Viena el 26 de marzo de 1872. Fue compositor, director de
orquesta y pianista. Sus composiciones ocupan un lugar privilegiado en la
música clásica y en el período del romanticismo.
No nació en medio de
grandes privilegios, por el contrario, su familia vivía en condiciones
modestas. Tenía ascendientes campesinos y granjeros. Su padre era
alcohólico Su madre permanecía enferma
buena parte del tiempo. A los siete años realizó su primer concierto. A los 30 años ya enfrentaba enormes
dificultades por su sordera. Llegó incluso a contemplar el suicidio. No
obstante y a pesar de lo que parecía una enorme dificultad, llegó a ser el
músico célebre que recuerda toda la historia.
Por
último la tercera historia. Se trata de uno de los hombres que ha alcanzado
multitudes con sus conferencistas cristianas de motivación. Sobre este hombre
no hay mucho que decir porque su vida misma es un ejemplo. Me refiero a Nick
Vujucic. Basta que entre a una Red Social, cualquiera, para que descubra lo
mucho que está influenciando en nuestra sociedad contemporánea.
¿Qué
tienen en común estas tres personas que marcaron huellas indelebles para la
vida de muchos otros? Sí, probablemente lo descubrieron ya: A pesar de las
enormes limitaciones que enfrentaron se sobrepusieron y llegaron a nuevos
niveles. No se conformaron con ser parte del promedio. Quisieron y, lo
lograron, ir donde otros no han llegado.
Igual
ocurre con los matrimonios. Podemos quedarnos circunscritos a lo que hacen los
demás, es decir, a formar parte del promedio, o avanzar hacia nuevas alturas.
Dios desea ayudarnos en el proceso, pero la decisión es nuestra.
Concebidos para vencer
Tenga
presente que fuimos concebidos por Dios para llegar a nuevas alturas, a ser
vencedores, a caminar en victoria. Para eso nos proveyó de dones y talentos. Al
abordar este particular, el autor y conferencista, Francisco Jamocó Ángel,
escribe: “El Dios que le permite al
águila tener iniciativa y ser tan recursiva, es el mismo Dios que nos ha creado con la suficiente capacidad
creativa para inventar nuevas cosas y diseñar soluciones. Los que se atreven a
creer están listos para crear. A cada persona el Señor le ha otorgado talentos
y dones sobrenaturales que constituyen su equipamiento para llevar a cabo una
iniciativa. Si usted dice que Dios es su Padre, Él le permitirá ser recursivo.
Él es nuestro Dios de los recursos, de la inventiva, de las ideas. Basta con
observar el proceso de creación del mundo para confirmarlo.”(Francisco Jamocó
Ángel. “Corazón de Águila”. Grupo Editorial Sión. 2013.
Colombia. Pg. 93)
Fíjese
una meta y avance a nuevas alturas, a la victoria. Dios le acompañará en el
proceso, como anunció a través de Job, el patriarca de la antigüedad: “Sin embargo el justo se
mantendrá en su camino, y el de manos limpias más y más se fortalecerá.”(Job
17:9. LBdlA). No nacimos para la derrota; dentro de nosotros hay
una potencialidad para ir lejos, para alcanzar grandes metas. En el paso a paso
hacia ese propósito, es fundamental que nos avancemos y procuremos de Dios su
orientación y fortaleza en todo momento, como escribió el rey David: “Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí,
espera al SEÑOR.”(Salmos 27:14. LBdlA)
Nunca
es tarde para desempolvar nuestros sueños, para reemprender el camino y avanzar
hacia la meta. Es posible cuando caminamos de la mano del Señor, quien ama los
sueña grandes y ama a los soñadores. ¡Hoy es el día para tomar la decisión!
Si
aún no le ha abierto las puertas de su corazón a Jesucristo, permítame decirle
que está perdiendo la oportunidad de emprender una nueva vida y la posibilidad
de dar pasos firmes hacia el crecimiento personal y espiritual. Este es el
momento, ahora, de decidirnos por Jesús, para recibirle como nuestro único y
suficiente Salvador.
Léanos www.mensajerodelapalabra.com y www.bosquejosparasermones.com
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