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Es tiempo de esperar en Dios (Semana de Consagración – Día 2)

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Es tiempo de aprender a esperar en Dios

Lectura Bíblica: Salmo 130:1-8


Le invitamos para que medite cuidadosamente en el texto escogido para iniciar la jornada de hoy:

Desde lo profundo de mi desesperación, oh Señor, clamo por tu ayuda. Escucha mi clamor, oh Señor. Presta atención a mi oración. Señor, si llevaras un registro de nuestros pecados, ¿quién, oh Señor, podría sobrevivir? Pero tú ofreces perdón, para que aprendamos a temerte. Yo cuento con el Señor; sí, cuento con él; en su palabra he puesto mi esperanza. Anhelo al Señor más que los centinelas el amanecer, sí, más de lo que los centinelas anhelan el amanecer. Oh Israel, espera en el Señor; porque en el Señor hay amor inagotable; su redención sobreabunda. Él mismo redimirá a Israel de toda clase de pecado.”(Salmo 130:1-8. NTV)

Un momento para reflexionar:

¿Le ha ocurrido que alguna vez fue a un establecimiento para pedir un cafecito, insistió para que lo atendiera una persona, cuando por fin le reciben el pedido sale y no regresa varios minutos después? Lo irónico es que justo cuando usted comienza a alejarse del lugar, con esa mezcla de frustración e indignación porque se quedó con el deseo de saborear el café, sale el dependiente y le grita: “Por favor, regrese; ya le servimos su pedido”.

¿Cuál es nuestro problema? No sabemos esperar. Como vivimos en la sociedad de la inmediatez, queremos que la respuesta se produzca apenas nos levantamos del lugar en el que estamos orando. Y olvidamos que Dios tiene un tiempo diferente del nuestro para escuchar y responder.

Confiar en Dios está ligado a la fe. Tener la firme convicción que Él hará algo especial, que obrará allí donde parece imposible que algo ocurra, tener la certeza que Él cambiará las circunstancias y que sus obras no tienen explicación lógica para la ciencia ni para nadie.

Dios sabe cómo obra en cada caso, y obra de una manera especial en cada uno de nosotros. Recuerde que aprender a esperar en el Señor nos permite avanzar hacia nuevos niveles y nos posibilita mantenernos firmes, sin preocuparnos por las circunstancias.

¿Estamos desalentados porque creemos que no habrá respuesta cuando pedimos algo a Dios? La Palabra es muy clara cuando nos enseña que si tan solo nos atrevemos a crecer, Él nos fortalece para ir más allá, para dar al máximo en nuestras capacidades y ver la respuesta en el momento oportuno (Isaías 40:31)

Puntos de Reflexión:

Tenga presente siempre este día que aprendemos a esperar en Dios cuando

a.- Tenemos claro que no debemos desesperarnos si la respuesta a nuestras peticiones no es inmediata (Salmo 39:5)
b.- Entendemos que el esperar forma parte del trato de Dios con cada uno de nosotros
c.- Si comenzamos a caminar con fe, aún sin saber el resto del plan, tal como ocurrió con los patriarcas de la antigüedad (Hebreos 6:12)

Versículo clave:

“Qué grande es la bondad que has reservado para los que te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección, y los bendices ante la mirada del mundo.”(Salmo 34:19)

Sermón para compartir en Comunidad:

Si usted es pastor, obrero o líder y desea compartir el Mensaje de Consagración en la comunidad de creyentes que tiene a cargo, utilice el siguiente Sermón:

Título: Aprendiendo a esperar en Dios

Lectura Bíblica: Salmo 130:1-8

Introducción:

Movernos hacia nuevos niveles espirituales es posible cuando desarrollamos dependencia y fe plena en Dios, y aprendemos a esperar en Él. Quizá se preguntará: ¿Por qué razón esperar en Dios está íntimamente ligado a desarrollar la fe? La respuesta es sencilla: Prendernos de la mano del Señor y creer que algo especial ocurrirá, forma parte de un proceso en el que renunciamos a la duda, nos despojamos de tanto racionalismo y comprendemos que el Supremo Hacedor tiene su propio tiempo para hacer las cosas. El problema radica en que generalmente no queremos esperar. No nos enseñaron a hacerlo. Queremos que todo sea ya, en el instante.

I.- Si aprendemos a esperar en Dios nos elevaremos a nuevos niveles

1.- Cuando somos impacientes, Dios trata con nosotros y nos enseña que debemos esperar

2.- Cuando aprendemos a esperar en Dios, reconocemos que Él es soberano y tiene el control de todas las cosas.

3.- Dios responderá a nuestro clamor. Esa es la razón por la que debemos aprender a esperar en Él como lo hizo Jacob (Génesis 49:18)

4.- En muchas ocasiones esperar en Dios nos tomará toda la vida (Salmo 119:166)
            a.- Esperar en Dios implica ser fieles a los mandamientos
            b.- Esperar en Dios implica aprender en cada etapa

II.- Si esperamos en Dios, Él no permitirá que quedemos avergonzados

1.- Como padres debemos enseñar a nuestros hijos a esperar en Dios (Salmo 22:4)

2.- Quien aprende a esperar en Dios no queda avergonzado (Salmo 22:5)
            a.- Dios responde en el momento oportuno
            b.- La respuesta de Dios es la que necesitamos aunque sea diferente de aquello       que esperamos
            c.- Dios siempre tiene la última palabra

3.- Cuando esperamos en Dios, Su respuesta nos lleva a encontrar soluciones (Salmo 25:3)

4.- Debemos aprender de quienes por fe y mediante la perseverancia en Dios, alcanzaron nuevos niveles (Hebreos 6:12)

III.- Esperar en Dios nos permite dejar la derrota y avanzar hacia la victoria

1.- Confiar en nuestras fuerzas o en las prome4sas de la mundanalidad nos lleva al fracaso (Salmo 31:6)

2.- Esperar en Dios demanda que nos fortalezcamos para seguir avanzando hacia la meta, a la victoria en todas las áreas de nuestra vida (Salmo 31:24)

3.- Esperar en Dios está ligado al trato de Dios con nosotros, con nuestro carácter
            a.- Nos prepara para llegar a nuevos niveles
            b.- Esperar en Dios nos lleva a ver de qué manera lo imposible se torna posible.

4.- Cuando desarrollamos fe en Dios, aprendemos a esperar en Él (Salmo 40:1)

5.- Es necesario evaluar cuál es nuestra actitud cuando Dios no responde de inmediato (Salmo 39:7)

Conclusión:

Cuando oramos o pedimos algo a Dios y no apreciamos una respuesta inmediata, nos inclinamos a desistir. Olvidamos que el Señor Jesús enseñó la importancia de perseverar hasta obtener la respuesta (Lucas 18:1) No es que el panorama esté ensombrecido cuando no hay respuestas inmediatas, es que sencillamente no hemos aprendido a esperar. Si nos mantenemos firmes e insistimos, orando, sin desmayar, puedo asegurarle que llegará a nuevos niveles. Esa decisión forma parte de la consagración a la que estamos llamados por el Señor.

Lectura para el Mediodía: Isaías 40:30, 31

Lectura para la Noche: Hebreos 11

Terminamos la actividad en oración:

“Amado Dios y Padre, como familia te damos gracias porque es por tu infinita misericordia que nos ayudas a experimentar crecimiento cada día. Reconocemos en cada paso de nuestras vidas, que estamos aprendiendo. Siempre habrá algo nuevo que aprender en nuestra relación de pareja y con los hijos. Te damos gracias porque nos enseñas a comunicarnos y permites que corrijamos los errores que hasta hoy hemos cometido. En tus manos quedamos. Amén”

Nota Importante:

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