No permitas que nadie robe tu felicidad, la misma que Dios te ha dado |
Fernando Alexis Jiménez
Hay
un escritor, poeta y compositor brasilero que rompió los esquemas de su
generación. Se trata de Vinicius de Moraes (1913-1980), autor de uno de los
temas emblemáticos del folklore brasilero: “La
chica de Ipanema”. A él se atribuye la frase: “La felicidad es una cosa loca, pero delicada al mismo tiempo. Tiene flores
y amores de todos los colores, tiene nidos de pajaritos, todo eso y más; por
ser tan delicada, yo siempre la trato bien”.
Poesía, me dirá usted. Y estamos de
acuerdo. Pero a la par, la expresión de alguien que encontró armonía, paz y
gozo aun cuando no todo en la vida le resultó fácil. Y la historia de su vida
es la que lleva a que tenga fuerza su verso. “…por ser tan delicada, yo la trato bien”.
¿Con cuánta frecuencia permitimos
que los demás o tal vez las circunstancias, nos roben la paz interior y el
asomo de felicidad que estamos disfrutando en un nuevo día? Sin duda, con mucha
frecuencia. Terminamos diciendo: “Esto o
aquello me hizo infeliz”. Tremendo error, no son los obstáculos o los seres
humanos quienes nos roban la felicidad, somos nosotros—usted y yo—quienes
permitimos que nos roben el sosiego, la paz, las ganas de vivir y la alegría.
Nick Vujucic, el afamado motivador
cristiano, quien no encontró límites para la felicidad y la realización
personal a pesar de carecer de extremidades inferiores y superiores, escribe: “Necesitamos responsabilizarnos de nuestra
propia felicidad y el éxito. Puede ser que tus amigos y familiares cuiden de ti
en cuanto necesites, y eso lo debemos agradecer, pero debes seguir insistiendo
por ti mismo en cuanto a la felicidad. Entre más esfuerzo invertido, más
oportunidades crearás…” (Nick Vujucic. “Vida sin límites”. Editorial CEBG. 2013. Colombia. Pg. 63)
Usted es responsable de su felicidad
Piense por un instante que la
decisión de permitir que los demás o quizá los momentos difíciles roben su
felicidad, es suya y nada más que suya.
¿Recuerda al apóstol Pablo? Estaba
feliz, realizado, en su misión de extender las Buenas Nuevas de Salvación. Como
consecuencia de su labor decidida, lo encarcelaron junto con Silas, uno de sus
inmediatos colaboradores. Las Escrituras relatan que: "Después de haberles azotado mucho, los echaron en la
cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido
este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies
en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y
los presos los oían" (Hechos 16:23-26).
Por favor, lea con detenimiento el
texto. ¿Permitió Pablo que otras personas y las circunstancias, le robaran la
paz y la felicidad? En absoluto. Ese es uno de los tantos distintivos que le
colocan en lugar preponderante entre los líderes más influyentes de todos los
tiempos.
Qué tan distinto de nosotros, que
tenemos una discusión con nuestra pareja y pareciera que el mundo se vino a
tierra; o nos ocurre un incidente, por pequeño que sea, y ya queremos renunciar
a todo o a todos.
Que nada nos robe la felicidad, que
siempre proviene de Dios. Él es quien llena nuestro corazón de paz, gozo y
deseos de vivir. Nada ni nadie nos pueden sustraer aquello que nos regaló el
creador. Recuerde siempre: La decisión es suya y nada más que suya.
Tengo una pregunta para terminar:
¿ya recibió a Jesucristo como Señor y Salvador? Hoy es el día para que lo haga
porque prendidos de la mano del Señor Jesucristo emprendemos el maravilloso
camino hacia el crecimiento personal y espiritual. Ábrale hoy las puertas de su
corazón a Cristo. No se arrepentirá.
Léanos en www.mensajerodelapalabra.com y www.guerraespiritual.org
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