Estamos llamados a satisfacer las necesidades básicas del cónyuge

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Cuando surgen dificultades, hay que dialogarlas en pareja con ayuda de Dios
Por Fernando Alexis Jiménez

Las ciudades encierran sus propias historias. Unas son dramáticas y otras ejemplarizantes en medio del enorme abanico de posibilidades que se ofrecen. Un caso que llamó poderosamente la atención en Colombia fue la de dos personas adultas, de casi 90 años. Esposos por más de 70 años. Pese a su avanzada edad, se cuidan amorosamente el uno al otro. “No podría concebir la vida sin mi esposa”, dijo él al tiempo que ella corresponde a su amor, brindándole los cuidados que están a su alcance. “Él ha sido muy especial conmigo durante todo este tiempo”, explicó la mujer.

Cuando procuramos satisfacer las necesidades del otro, dejando de lado el orgullo y el egoísmo, sentamos las bases para que la relación crezca.

El apóstol Pedro abordó el asunto, a grandes rasgos, cuando escribió a los creyentes del primer siglo: “De la misma manera, ustedes esposas, tienen que aceptar la autoridad de sus esposos. Entonces, aun cuando alguno de ellos se niegue a obedecer la Buena Noticia, la vida recta de ustedes les hablará sin palabras. Ellos serán ganados al observar la vida pura y la conducta respetuosa de ustedes. De la misma manera, ustedes maridos, tienen que honrar a sus esposas. Cada uno viva con su esposa y trátela con entendimiento. Ella podrá ser más débil, pero participa por igual del regalo de la nueva vida que Dios les ha dado. Trátenla como es debido, para que nada estorbe las oraciones de ustedes.”(1 Pedro 3:1-7. NTV)

Pensemos por un instante que tanto el hombre como la mujer somos distintos, en nuestra forma de pensar y de actuar. Pese a las diferencias, somos complementarios.

Le invito a considerar las seis necesidades básicas de las esposas: 1.- Intimidad. No entendida como sexo sino como proximidad, la sensación que reciben de protección por parte de su esposo. 2.- Franqueza y honestidad de su cónyuge. 3.- Comprensión. 4.- Reconciliación. Escuchar un “Reconozco mi error” de parte de su esposo cuando han fallado. 5.- Lealtad de sus esposos al compromiso conyugal. 6.- Estima y valoración del cónyuge.

Por su parte los esposos tienen las siguientes necesidades básicas: 1.- Logros. 2.- Sentir que protege a su esposa. 3.- Servir y a la vez dirigir a su familia. 4.- Valoración de su esposa. 5.- Relación de comprensión y amistad con la esposa. 6.- Sexualidad. Plenitud en la relación con su cónyuge.

La relación de pareja se fortalece cuando nos damos a la tarea de satisfacer las necesidades de nuestra pareja. Recuerde que constituyen un elemento fundamental para alimentar el amor entre los cónyuges y además, aseguran la continuidad en el entendimiento, las expresiones mutuas de amor y tener razones de vivir en pareja. Si no nos ocupamos uno del otro, lo más probable es que el matrimonio se torne monótono.


Si  no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Recuerde que cuando Cristo gobierna en casa, todas las cosas marchan bien comenzando por nuestra relación de pareja. Cristo debe reinar en nuestra vida y en nuestra familia. Decídase por Jesús el Señor. No se arrepentirá. 

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Sin amor no hay respeto, y sin respeto no hay amor

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El amor y el respeto mutuo van tomados de la mano
Por Fernando Alexis Jiménez

Jairo dejó de hablarle a su esposa con la misma ternura que apenas iniciaron la vida matrimonial, y las rosas de los días viernes, las esquelas en el perfil de las Redes Sociales que invariablemente le enviaba al comenzar semana y las llamadas amorosas, comenzaron a ser parte del pasado.

Marcela por su parte respondió a la indiferencia con una actitud displicente. Fue perdiendo progresivamente el anhelo de escuchar una llamada de su marido, y él se quejaba de que era un poco grosera. “Pienso que mi esposa ya no me respeta”, dijo.

Un estudio reciente realizado por una prestigiosa universidad norteamericana concluyó que sin amor no hay respeto. En esto coinciden con el apóstol Pablo cuando escribió a los creyentes de Éfeso: “Por eso les repito: cada hombre debe amar a su esposa como se ama a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido.”(Efesios 5:33. NTV)

Si el hombre expresa amor a su esposa, no solo con palabras sino con hechos, ella le retribuye con respeto que es justamente lo que todo esposo espera. Respeto hacia el marido es sujeción por amor, no por obligación. Por su parte, los esposos tienen un imperativo de las Escrituras: “Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios. Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable. De la misma manera, el marido debe amar a su esposa como ama a su propio cuerpo. Pues un hombre que ama a su esposa en realidad demuestra que se ama a sí mismo.”(Efesios 5:25-28. NTV)

Amamos a nuestras esposas porque es un sentimiento que no obligamos sino que alimentamos en lo más profundo de nuestro corazón.

Alguien que consideraba que ya no amaba a su esposa, fue a pedir consejo. El especialista le recomendó cada día identificar y valorar algo positivo de la mujer. “Hágalo al menos durante un mes”, le recomendó. Al término de ese tiempo él no quería ya el divorcio. “Jamás había valorado en su proporción la maravillosa esposa que tengo a mi lado”, aseguró entusiasmado.
Honrar, valorar y tratar bien a nuestro cónyuge son tres actitudes que van de la mano del amor y del respeto. Si amamos, respetamos.

Probablemente hasta el momento no hemos tomado el tiempo suficiente para evaluar cómo anda nuestra relación de pareja. Cuando lo hacemos invariablemente descubrimos que hay aspectos qué cambiar, y entrar a modificar nuestra forma de pensar y actuar nos conducirá a mejorar las relaciones.

No olvide que siempre hay tiempo para cambiar. Es un proceso que parte de una decisión. Nadie nos obliga. Y avanzamos en esa dirección porque Dios alimenta esa inclinación en nuestro corazón. ¡Hoy es el día para comenzar a cambiar!


Si  no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga. Recuerde que cuando Cristo gobierna en casa, todas las cosas marchan bien comenzando por nuestra relación de pareja. Cristo debe reinar en nuestra vida y en nuestra familia. Decídase por Jesús el Señor. No se arrepentirá.

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Cimente su relación de pareja con solidez

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El amor se acrecienta cuando dialogamos y buscamos soluciones a los problemas
Por Fernando Alexis Jiménez

¿Cuándo dejamos de entendernos?. Esta pregunta de tan solo cuatro palabras encierra el drama que viven infinidad de parejas en todo el mundo, abocadas a una crisis y la eventual separación. No encuentran otra opción que el divorcio. “Si proseguimos juntos, nos causaremos más daño”, es la frase que se escucha con frecuencia.

Quizá todos coinciden en que el amor es el principal fundamento de un hogar y particularmente en la relación de pareja; tienen razón hasta cierto punto, pero no se puede desconocer una realidad:  La relación tiende a deteriorarse con el paso del tiempo y particularmente, después de los cinco años de convivencia, pareciera que la llama de la pasión se acaba y a menos que hayan otros alicientes, lo más probable es que todos los matrimonios emproblemados decidan acogerse a la separación.

¿Hay salida al laberinto?¿Queda alguna sombra de esperanza? Sin duda que sí, en la medida en que dispongamos nuestro corazón para hacer una cuidadosa evaluación de cómo van las cosas en nuestra relación y nos dispongamos a aplicar cambios con ayuda de Dios.

Con sobrada razón hay sicólogos y terapeutas de familia que comparan el amor con una pequeña planta. “Si no la riegas termina por marchitarse”, suelen enfatizar. El error entonces gira alrededor de la concepción que tenemos en la relación de pareja. Creemos que al pactar el matrimonio la otra persona es de nuestra pertenencia.

El centro del asunto, sin embargo, es que el amor no es suficiente. Al gusto, la atracción, la admiración y las inclinaciones primarias cuando conocemos a alguien que nos atrae y con quien deseamos sostener una relación de pareja, deben sumarse otros elementos. Uno componente de suma importancia lo constituye la comunicación. A pesar de las diferencias de percepción e incluso, de la forma como expresamos el amor, es importante disponer nuestro corazón para llegar al entendimiento, a conciliar, a encontrar elementos comunes. El hombre tiende a ser más sucinto al hablar mientras que la mujer es más gestual y expresiva. Esas diferencias no podemos desconocerlas por ningún motivo. El tono de voz, por ejemplo, resulta muy importancia porque le imprime pasión o desatención a nuestras palabras.

Un segundo elemento de mucha significación lo representa la expresión adecuada, saber transmitir el amor, la comprensión y la disposición de ayuda mutua.

El apóstol Pablo utilizó un pasaje maravilloso para referirse al amor y a sus alcances: “El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia. La profecía, el hablar en idiomas desconocidos,  y el conocimiento especial se volverán inútiles. ¡Pero el amor durará para siempre!”(1 Corintios 13:4-8. NTV)

Le invito a leer el pasaje cuantas veces sea necesario. Hágalo con detenimiento. Descubrirá que entre las características especiales si amamos a nuestra pareja—para circunscribirnos específicamente al círculo conyugal--, encierra dos componentes de suma importancia: La paciencia y la bondad. Pero ligado a estos dos fundamentos está el hecho de que un amor auténtico no es celoso, orgulloso ni acude a la ofensa cuando se siente herido.

Quien ama, respeta la opinión de la pareja, no vive del pasado y llenos del rencor por el daño recibido. Persevera aun cuando haya circunstancias adversas—como por ejemplo las crisis—y decide proseguir. La relación de pareja resulta lo más importante.

¿Comprende todo lo que implica amar? Es la renunciación a nuestro ego, a la actitud de pretender que nuestra opinión prevalezca. A partir de ahí comprendemos que el amor tal como lo apreciamos usted y yo no es suficiente. Hay que alimentarlo día a día con perdón, comprensión, apoyo, tolerancia y estímulo, entre otros elementos.

Avanzar no es fácil, al menos no en nuestras fuerzas. Es necesario que Dios nos ayude. Podemos avanzar en este paso si permitimos que Jesús el Señor ocupe el primer lugar en la relación matrimonial. Es una decisión sabia de la que jamás nos arrepentiremos.

Hoy es el día oportuno para abrirle las puertas de nuestro corazón a Jesucristo. Podemos asegurarle que no se arrepentirá. Si Él mora en su vida y familia, todo irá bien. Ábrale el corazón a Jesucristo hoy.

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¿Cree que su vida llega al final cuando muera?

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¿Cree usted que hay vida después de la muerte?
Por Fernando Alexis Jiménez

¿Perdió alguna vez el sueño pensando qué ocurrirá con su vida después de concluir su ciclo de vida?¿Cuántas tazas con café se bebió reflexionando si usted iría a un estado superior, que algunos llaman vida eterna?¿Consultó alguna vez libros que hablan sobre la vida después de la vida? Puedo asegurarle que respondió si al menos a uno de los tres interrogantes. Y sin duda lo hizo afirmativamente porque vivir después de morir es un asunto que interesa a todos.

Acéptese tal como es para que los demás lo acepten

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¿Qué tan preocupado se mantiene usted de las Redes Sociales?
Por Fernando Alexis Jiménez

Sin duda se ha avanzado mucho desde la época de la vieja cámara Polaroid que tomaba fotos instantáneas, pasando por el magicubo que era un artilugio que se le instalaba para que disparara el flash y las imágenes no quedaran oscuras, hasta nuestros días cuando la moda es fotografiarse con el teléfono celular. Lo llaman selfie para, minutos después, colgar la imagen en las redes sociales.
Lo grave del asunto es que la práctica tiene dos componentes extremos: De un lado la persona obtiene reconocimiento pero, de otro, un comentario negativo que recibe puede convertirse en detonante para un estado de depresivo.

No permita que la infidelidad entre a su hogar

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La infidelidad destruye a su cónyuge y a sus hijos

Por Fernando Alexis Jiménez

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na de cada cinco personas en el mundo ha caído en infidelidad mientras que el 80% de quienes están casados, alguna vez contempló la fantasía de tener una relación extra marital. No se trata de especulaciones sino de conclusiones a las que llevaron dos estudios de las Universidades de Chapma, Orange y la Estatal de California (Estados Unidos) tras encuestas realizadas entre más de 60 mil personas.

Como hijos, Dios nos fortalece para seguir adelante

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Dios nos permite avanzar siempre, hacia la victoria

Fernando Alexis Jiménez
¿Error? Sí. Lo cometió de nuevo. Se dejó arrastrar por la ira. Reaccionó. Arrojó al suelo la taza con café. El líquido se derramó por el piso. Iba ganando espacio en dirección a la puerta de la calle. Él seguía furioso, acezando. Aun cuando se esforzaba, no salía de su estado. Si estuviera en sus manos, derribaba también la mesa. Lucía estaba en la cocina. Aterrada. Tenía en el regazo a su niño de diez años, que lloraba inquieto. “Cálmate, Rubén. Lo que te dije no es para tanto. Cálmate”, le insistía ella. Pasada una hora, estaba sumido en una profunda crisis. No quería pensar siquiera en volver a la iglesia. “Soy un caso perdido”, se repetía, arrepentido de reaccionar con furia.

Acérquese más y más a Dios en oración

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Debemos desarrollar intimidad con Dios a través
de la oración

Con frecuencia olvidamos que en el ámbito espiritual tenemos a disposición tres fundamentos para la victoria: la oración, el estudio sistemático de la Biblia y la fidelidad en seguir al Señor Jesús. Ahora sin nos enfocamos específicamente en el tema de la oración, ¿Cuál es en sus propias palabras el significado de orar?¿Qué significa para usted y para su vida la oración?
            Es probable que tenga  las ideas preconcebidas que nos forjaron desde la iglesia tradicional a la que asistía, en la cual orar era una concatenación de frases, muchas veces sin mayor trascendencia para nosotros, conocidas como oraciones, novenas y letanías. Al respecto el Señor Jesús fue muy claro en señalar: “Y orando, no uséis de vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería, serán oídos. No os hagáis, pues, semejante a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que  vosotros se lo pidáis.”(Mateo 6:7, 8).

¿Qué es orar en el Espíritu?

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Dios desea que profundicemos en la oración

Fernando Alexis Jiménez
Cuando comenzamos a desarrollar intimidad con Dios, avanzamos significativamente en el proceso de orar y tener comunicación con Él. Es un nivel al que todos deseamos llegar. ¿Se logra rápidamente? El interrogante tiene dos respuestas: La primera que sí es posible, y la segunda, que esa posibilidad está ligada al grado de dependencia que desarrollamos de nuestro amado Padre celestial.
El apóstol Pablo, uno de los más grandes discipuladores y apóstoles de todos los tiempos, lo describe en la carta que dirige a los creyentes de Corinto: “¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.”( 1 Corintios 14:15 )
Observe cuidadosamente que hay dos componentes en esta instrucción: La primera, orar en el espíritu—que es un diálogo directo con Dios—y la segunda, que orar en ese grado de intimidad con el Señor no nos exime de ser conscientes de lo que decimos.

Decídase a dar lo mejor de usted por su familia

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Decídase a dar lo mejor de usted por su familia
Por Fernando Alexis Jiménez

¿Usted podría describir el día que se enamoró? Vamos, hágalo. ¿Estaba lleno de amargura y deseando que todo terminara y de pronto se encontró a alguien y sencillamente dijo: “Me tocó: Esta será en adelante mi pareja”? Sin duda que no. Lo más probable es que no recuerde ni la fecha ni el día, pero sí la fecha en la que conoció a la persona que hoy en su cónyuge. Un instante pudo convertirse en su existencia en algo maravilloso. ¿Lo recuerda, verdad? Generalmente a todos nos ocurre. No olvidamos ese instante. Nos marca para toda la vida.

Descubra cómo dominar sobre las emociones negativas

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No permita que lo gobiernen emociones negativas que destruyen su vida y a su familia

Por Fernando Alexis Jiménez

Ricardo se enojó tanto porque un guarda de tránsito le expidió un comparendo, que decidió agarrar el auto a puntapies. Estaba incontrolable. Incluso ofendió a los agentes pese a los ruegos de su esposa para que se calmara. Laura, en otro lugar de la ciudad, se llenó de ira con su marido porque no cortó el cesped del antejardín el fin de semana. Le gritó todo tipo de improperios. Incluso le dijo que se fuera de casa. Una hora después, cuanto retomó la calma, estaba llamándolo desesperada al teléfono celular para pedirle perdón.

Su familia es más importante que el trabajo o el éxito

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Por Fernando Alexis Jiménez

¿Servir a Dios de manera incansable, necesariamente puede hacerse aún a costa de la familia? Esta pregunta quizá pasó por nuestros pensamientos alguna vez. Recuerde a una bien intencionada mujer que sólo veía a su marido los fines de semana.

Palabras que edifican y que no destruyen

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Por Fernando Alexis Jiménez

Luis se enojó con su esposa. Por cualquier trivialidad. Discutieron. Él la ofendió. El resto del día los dos la pasaron muy mal. Él pasó más de una hora marcándole al celular, antes que ella respondiera. “No quiero hablar contigo porque me ofendiste esta mañana y te fuiste si decir nada, ni siquiera lo siento…”, se quejó ella.
(C) Fernando Alexis Jiménez - Llàmenos (0057)317-4913705 - Escríbanos webestudiosbiblicos@gmail.com. Con la tecnología de Blogger.