Identifica qué afecta tu vida de oración |
¿Por qué motivos debemos
orar? Una pregunta de suma
importancia. Si bien es cierto, en la Escritura encontramos que Dios conoce cuáles son nuestras
necesidades, no estamos exentos de ser específicos en nuestras oraciones.
Pueden ser por crecimiento espiritual, salud, provisión financiera, paz para
nuestro ser, la conversión de un familiar y que el Señor te revele cuál es Su
plan para tu vida, entre otras.
Comenzar
y terminar nuestra jornada, prendidos de la mano de Dios en oración, nos
asegura dar pasos de victoria, como nos enseñó Jesús el Señor con su ejemplo: “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la
barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la
multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó
la noche, estaba allí solo”(Mateo 14:22, 23).
¿Ha comprendido hasta el momento el significado de
la oración y su trascendencia para la vida espiritual? Ahora es probable que
tenga un interrogante: ¿Por qué motivos
debemos orar?
Aquí hay tres elementos que debes conocer. Se trata de
los tipos de oración:
1.- Oración general.- Cuando hablamos con
Dios y le referimos todo lo que concierne a nuestra vida, necesidades y peticiones
de ayuda por algo en particular. También puede estar orientada a expresar
gratitud a Aquél que todo lo puede.
2.- Oración de intercesión.- Cuando nuestras
oraciones son a favor de otras personas: por su conversión a Cristo Jesús, por
sanidad física, por provisión financiera etc.
3.- Oración de guerra espiritual.- Es el
tipo de oración que hacemos –entre otras cosas-- para que Dios nos fortalezca
cuando vienen tentaciones y asedios de parte de nuestro enemigo espiritual:
Satanás.
4.- Oración
de clamor.- Cuando nos humillamos delante del Señor para elevarle una
petición específica. Oramos intensamente hasta tanto vemos una respuesta. En
algunas ocasiones nuestras oraciones van acompañadas con ayuno.
¿Ha escuchado frases como: “A pesar de mis oraciones parece que Dios no me escucha”? Sin duda
que sí. En tales casos algunos factores pueden estar interfiriendo la oración. Se
preguntará: ¿por qué ocurre? Hay varios aspectos que describimos a
continuación.
1.- La falta de santidad.
2.- No perdonar a quienes nos provocan mal. La Biblia dice: “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu
ofrenda”(Mateo 5:23, 24).
3.- Una mala relación matrimonial tal como advierte el
apóstol: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con
ellas (la esposa) sabiamente, dando honra a la mujer como a vaso más frágil, y
como a coherederas de la gracia de vida, para que vuestra oraciones no tengan
estorbo” (1 Pedro 3:7).
4.- La vana repetición de palabras. Para que nuestras
oraciones sean eficaces, no es necesario abundar en palabras floridas, tratando
de impresionar a Dios: “Y orando, no
uséis de vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su
palabrería, serán oídos. No os hagáis, pues, semejante a ellos; porque vuestro
Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros se lo pidáis”(Mateo 6:7, 8).
Le invito a considerar de nuevo al autor y famoso
evangelista chino, Wachtman Nee: “… debemos orar. Pero las súplicas que
hacemos por las personas, eventos y demás asuntos son sólo la cáscara o la
estructura de la oración. La verdadera oración siempre va de acuerdo con las
Escrituras, y consiste en exhalar e inhalar ante Dios, haciendo que Él y
nosotros tengamos contacto… Ese es el sentido fundamental de la oración
revelada en la Biblia.”(Citado en el libro: “Un hombre de oración. LSM
editores. 2001. EE.UU. Pg. 15)
Es tiempo de evaluar
nuestra vida de oración, cómo andamos y, por supuesto, los correctivos que
debemos aplicar. Si aún no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador de su
vida, hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que no se arrepentirá…
© Fernando Alexis Jiménez
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