Es importante velar por nuestros hijos |
Lisa tiene 23 años. Terminó Administración
de Empresas, carrera que había anhelado desde su adolescencia. No obstante ir
las cosas bien, la joven mantenía un estado de tristeza permanente. “No le encuentro sentido a la vida”,
solía repetir. Esa actitud negativa explica por qué intentó quitarse la vida
tres veces en menos de un año. Atenderla mediante consejería permitió
establecer que la muchacha enfrentaba desde su más tierna infancia el rechazo
de sus padres, que le mantenían en un estado de desazón permanente.
Ronald Rohner, investigador de la Universidad de
Connecticut, asegura después de un estudio pormenorizado que “…el rechazo o la aceptación del padre hacia
su hijo influye en aspectos importantes de su personalidad. Los rechazados son
hostiles, negativos y tienen una idea pesimista de la vida. Los niños aceptados
son, por el contrario, estables e independientes.”(Revista Semana. Colombia. 16/06/2014. Edición
digital)
De acuerdo con los
especialistas, los padres no pueden eludir la enorme responsabilidad que les
asiste en la tarea de dar solidez y seguridad emocional a sus hijos. “Injustamente se culpa a las madres por este
tipo de comportamiento –inseguridad, frustración, vacío-- cuando son los padres
quienes determinan problemas de personalidad como estos”, precisa el
especialista.
¿Qué
hacer? Revisar cuál es nuestra actitud frente a los hijos. No son una carga,
son una bendición. Los hijos constituyen un aliciente para vivir, para fijarnos
metas, para luchar por nuevos propósitos cada día.
El
rey David enseñó al respecto: “Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de
su parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de
un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos! No
pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la
ciudad.”(Salmo 127:3-5. NTV)
Si
los hijos son un regalo que viene de Dios, no podemos ser irresponsables con
ellos y –por el contrario—velar por ellos, cuidarlos, prodigarles amor,
comprensión y motivación. Tenga presente que sus palabras como padre, marcarán
la vida de su hijo. Es algo que jamás podrá dejar de lado. Sus pequeños serán
como una sombra: pendientes de cuanto usted haga para hacer lo mismo. El ejemplo
que les brinde es fundamental.
Nuestra
influencia en los hijos es enorme
Con el paso de los años, el desempeño de los
esposos ha comenzado a tomar mayor fuerza y no se circunscribe únicamente a
proveer el sustento para la familia mientras que se la crianza quedaba en la
esfera específica de la madre. En muchos casos eran ellas quienes tenían sobre
sus hombros prodigarles cuidado, afecto, el desarrollo y la formación de los
chicos en principios y valores. El panorama hoy es distinto de lo que fuera
hace diez años y, tiempo atrás. Los progenitores están llamados a asumir un papel
protagónico en todo el proceso.
La
sicóloga, Vicky Phares, de la
Universidad de South Florida, explicó que: “Gracias
a una nueva línea investigativa en áreas de la psicología y la biología, se ha
descubierto que el papel del padre en la crianza de los hijos es tan relevante
como el de la madre. La influencia, claro está, puede ser positiva o negativa.
Por ejemplo, los papás sanos disminuyen el impacto negativo de una madre
depresiva en el niño. Al mismo tiempo, cuando un padre sufre de depresión, una condición
que es más común de lo imaginado, su hijo tendrá un riesgo aumentado de
padecerla de adulto.”(Revista Semana.
Colombia. 16/06/2014. Edición digital)
Cada papá tiene en su haber la responsabilidad de
orientar la formación de los hijos. Es una responsabilidad que no se puede
eludir y sobre la cual Dios enseñó: “Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y
hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu
mano, y serán por insignias entre tus ojos.”(Deuteronomio
6:6-8. Biblia de Las Américas)
La influencia que ejercen los padres es muy grande, y
como tal, se de tener en cuenta. “Los padres
son importantes en la vida de los hijos de muchas maneras que los académicos y
los expertos en crianza han subestimado”, asegura Paul Raeburn, un autor de textos
científicos quien compiló las evidencias en el libro “Do Fathers Matter”. Está comprobado por
estudios genéticos que “Estar al lado de
los papás afecta su estado mental, la felicidad y el éxito en la vida”,
dice el escritor.
El propio Lamb encontró en uno de los estudios más relevantes que los padres, más que las madres, promovían en los hijos la capacidad de explorar y asumir retos. “Jugar, patanear y retar a los niños son características emblemáticas de esa relación entre ellos y sus hijos en todas las edades”, agrega Raeburn. El juego rudo y la tolerancia hacia el riesgo les dan destrezas diferentes de las que brindan las madres.
El propio Lamb encontró en uno de los estudios más relevantes que los padres, más que las madres, promovían en los hijos la capacidad de explorar y asumir retos. “Jugar, patanear y retar a los niños son características emblemáticas de esa relación entre ellos y sus hijos en todas las edades”, agrega Raeburn. El juego rudo y la tolerancia hacia el riesgo les dan destrezas diferentes de las que brindan las madres.
Raeburn, además, encontró que la ausencia del papá
puede incidir en el bajo peso o en el parto prematuro de sus hijos. En la
adolescencia se ha demostrado que la presencia paterna protege a las niñas de
tener un desarrollo temprano, y por lo tanto retarda el inicio de las
relaciones sexuales y los embarazos en la juventud. Una posible explicación es
que las feromonas del padre afectan el comportamiento y la biología de las
hijas.
Otros expertos, como Sarah E. Hill, de la Christian
University of Texas, dicen que los padres afectan la manera como sus hijas
buscan sus parejas cuando son adultas. En sus estudios, Hill encontró que
aquellas que recuerdan un incidente en el cual los padres estuvieron poco
comprometidos con ellas durante la infancia tuvieron más comportamientos
sexuales riesgosos en su etapa adulta.
Está
probado además que los hijos terminan asumiendo comportamientos muy similares a
los de sus padres, reacciones que podrían parecer idénticas e, incluso, el
vocabulario.
La
Universidad de Carolina del Norte, demostró con
estudios que las mamás --que son quienes pasan más tiempo al lado de los
niños--, ajustan su lenguaje al de los pequeños, y les hablan en los mismos
términos de ellos. Mientras tanto, los progenitores, que están menos en
contacto con sus hijos por razones de ocupación laboral, les influencian con
nuevas palabras, lo que redunda en beneficios para ellos pues el
robustecimiento del vocabulario incide positivamente en su desempeño escolar.
Afirme la seguridad en sus hijos
El especialista Richard
Koestner, investigador de la Universidad de McGill, analizó a 75 hombres y mujeres en 1950 y
observó qué factores podrían haber incidido para que desarrollaran o no la
empatía.
Como usted recordará, empatía proviene de un término
griego que traduce emocionado, y
explica la capacidad de todo ser humano de percibir –desde sus emociones y
perspectivas—lo que podría estar sintiendo su prójimo. Hay quienes la describen
como una participación afectiva de una persona en la realidad de otra. Esta
palabra fue acuñada en 1909 por el sicólogo Edward B. Titchener.
Pues bien, para su sorpresa el sicólogo, Richard
Koestner, halló que el tiempo que los padres les habían dedicado en la niñez
marcaba una profunda diferencia. Ese tiempo dedicado a sus hijos les permitía
desarrollar relaciones más sólidas con otras personas, ser comprensivos y
tolerantes. Incluso, el tiempo invertido en los hijos era más importante que el
grado de afecto que les habían mostrado.
“Cuando los hombres se comprometen con el
cuidado de sus retoños, ya sea porque les leen de noche, los sacan de paseo o
les juegan, tienen menos problemas comportamentales en sus primeros años de
colegio, y en la adolescencia son menos dados a presentar actitudes
delincuenciales. Los adultos que tienen recuerdos felices de sus padres también
son más capaces de sobrellevar el estrés de la vida diaria.”, asegura
Koestner (Revista
Semana. Colombia. 16/06/2014. Edición digital)
Las
reflexiones alrededor de la crianza, el ejemplo
que necesitan, el tiempo que pasamos con los hijos, valores que les
compartimos y expresiones de amor y afecto y la forma como influyen en ellos,
deben llevarnos a reevaluar cómo anda la relación de familia. Quizá hay errores
en los que hemos incurrido. Si es así, es importante hacer un listado y—con
ayuda de Dios—comenzar a aplicar correctivos.
Tenga
presente que el primero y más grande paso para mantener una buena relación de
pareja y con los hijos, es permitiendo que Dios gobierne nuestras vidas y el
hogar. El rey David lo enseñó de la siguiente manera: “Si el Señor no
construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si
el Señor no
protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada. Es inútil que te
esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te
preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados. ” (Salmo 127:1, 2. NTV)
No
podemos esperar que sin invertir tiempo y amor en nuestra familia, logremos
cimentar una buena relación. Por el contrario, cuando les dedicamos lo mejor de
nuestra vida, encontramos que hemos sembrado en terreno fértil. Nuestros hijos
replicarán en su propia existencia, los patrones de un hogar estable, en el que
Dios tenga un lugar de relevancia, el primero.
Para terminar
Una ley inexorable de la vida es que todos los seres
humanos llegamos a un punto muy alto: la madurez, y a partir de ahí, el declive
hacia la vejez. En todo el proceso nos habremos casado y dado hijos a la sociedad. La pregunta, es ¿qué huellas
estamos dejando en nuestro cónyuge o en los hijos? Esa reflexión es muy
importante porque puede llevarnos a identificar errores, y con ayuda de Dios, a
corregirlos.
Les
invitamos a considerar hoy tres aspectos de suma importancia: el grado de influencia
que ejercen los padres en los hijos, de qué manera les ayudan a generar
confianza en sí mismo y cómo, su aporte en la formación de los chicos, es
fundamental para que desarrollen empatía.
Si Cristo Jesús no gobierna
en su corazón, hoy es el día para que le abra las puertas y le permita que
transforme su existencia y la de quienes usted ama en casa. ¡Decídase hoy por
Jesucristo!
Léanos en www.bosquejosparasermones.com y www.mensajerodelapalabra.com
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