Es tiempo de vencer la tentación con ayuda de Dios |
Conforme vas avanzando en el conocimiento de Dios y Su
Palabra, aprenderás cosas nuevas que están relacionadas con tu crecimiento
personal y espiritual. La tentación es una de ellas.
¿Te resulta familiar el término? Sin duda que si. Es
una palabra muy pequeña que encierra un enorme significado. ¿Te has preguntado
alguna vez qué es la tentación y de qué manera afecta tu existencia?
Probablemente antes no habías reflexionado en el
asunto, pero ahora que estás caminando de la mano del Señor Jesucristo te ves
confrontado con el hecho de ser tentado y las funestas consecuencias que se
derivan de ceder...
¿Quién
genera la tentación?
La tentación proviene de nuestro enemigo espiritual,
Satanás. El primer registro que tenemos de alguien que fue tentado y sucumbió a
ella, lo encontramos en el libro del Génesis. Ocurrió cuando plantó a Adán y
Eva en el jardín de Edén. ¿Recuerdas el incidente?
En las Escrituras leemos que “Dios
el SEÑOR tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, y le dio este
mandato: <<Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol
del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas,
ciertamente morirás>>”(Génesis 2:15-17. NVI).
Era una clara prescripción del Señor para el bienestar
del género humano. ¿Recuerdas qué ocurrió? Satanás puso duda y codicia en
Eva. Él creó el escenario y la sedujo
con sutileza, como busca hacer hoy contigo. Las ocasiones de caer en maldad no
lucen aterradoras sino atrayentes. Y por esa razón puedes enfrentar la
indecisión, y si no estás firme, tomado de la mano del Señor Jesús, podrías
sucumbir.
Observa lo que se produjo después: “Pero la serpiente le dijo a la mujer:--¡No es cierto, no
van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán
los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal. La mujer vio
que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen aspecto y era
deseable para adquirir sabiduría, así que comió de su fruto y comió”(Génesis
3:4-6. NVI).
¿Te das cuenta? La Biblia es clara cuando advierte que la serpiente
era astuta. Y enredó en sus engaños a la mujer.
Caer trajo como consecuencia que todo el género humano
fuera contaminado con el pecado tal como lo explica el apóstol Pablo. “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo,
y por medio del pecado entró la muerte; fue así
como la muerte pasó a toda la humanidad , porque todos pecaron”(Romanos
5:12. NVI).
Estar sometidos a una vida
pecaminosa nos torna vulnerables e insensibles de tal manera que las caídas se
producen una y otra vez sin que, en muchos de los casos, tengamos conciencia de
que estamos errando.
Mantenerse en alerta
En la
Biblia encontrarás una advertencia que no debes pasar por
alto. La escribió el apóstol Pedro: “Practiquen el
dominio propio y manténgase alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente,
buscando a quien devorar”(1 Pedro 5:8. NVI).
¿Qué nos enseñan estas líneas? Que la batalla que
libras contra Satanás y sus asechanzas es permanente. Él no descansa en su
propósito de llevarnos a ti y a mi a un revés espiritual o una caída.
Hay personas para las cuales la tentación está
representada en poner freno a su lengua porque hablan de más; otros se sienten
atraídos por el consumo de alucinógenos y hay quienes consideran que no pueden
sustraerse al alcohol. Otro buen número de hombres y mujeres se ven tentados
–aunque no lo revelen públicamente—con sus apetitos sexuales. Tu tienes tus
propias batallas internas.
Si tratas de definir lo que es tentación podríamos
decir que es la atracción de cometer un acto imprudente o inmoral,
especialmente por una recompensa que se puede palpar o sentir. Cada día, cada
instante, nos vemos confrontados con la tentación. Es un hecho que no podemos
ocultar.
Llamados
a vencer
Somos vencedores. El Señor colocó en nosotros esa
condición. Tu naturaleza y la mía es diferente ahora. Leemos en la Palabra una recomendación
especial: “... no permitan ustedes que el pecado
reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan sus malos deseos”(Romanos 6:12).
Jamás olvides que nuestros deseos naturales nos fueron
dados por Dios y que son legítimos. ¿En qué momento entramos –entonces—en el
terreno de lo pecaminoso? Cuando tu y yo sobrepasamos los límites del amor que
Dios ha estipulado. La primera reacción en el momento de ser tentados es culpar
a otra persona o quizá tú lo atribuyes a defectos de tu personalidad; pero
¡Cuidado! Cada quien debe asumir responsabilidad por las decisiones que toma. Y
tú tienes la capacidad de decidir qué es bueno o qué es malo.
¿Sientes desfallecer ante la tentación? Busca a Dios
en procura de ayuda. El trae fortaleza a nuestro ser cuando sentimos que la
tentación rebasa nuestra fortaleza. Como lo dice el texto, tú puedes ir al
Padre celestial en procura de ayuda para vencer porque gracias a la obra del
Señor Jesús en la cruz tenemos entrada en Su presencia.
¿Qué
hacer?
La pregunta apenas natural que te estarán haciendo es,
¿qué hacer? En primera instancia entender que la tentación cuando nos seduce,
conduce al pecado y el pecado a la muerte, tal como lo señala el apóstol Pablo:
“Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.”(Romanos 6:23.
NVI).
Sin embargo vencer es posible. Si tú caminas tomado de
la mano del Señor Jesús, podrás sobreponerte a cualquier tropiezo. En la Palabra de Dios leemos
que: “... no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse
de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma
manera que nosotros, aunque sin pecado. Así que acerquémonos confiadamente al
trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude
en el momento que más la necesitemos.”(Hebreos 5:15, 16). Ánimo. ¡Tú puedes vencer...!
Léanos en www.mensajerodelapalabra.com y www.bosquejosparasermones.com
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