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Tocó a la puerta sonriente…, pero estaba muerta

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¿Está disfrutando realmente de la vida?


Fernando Alexis Jiménez
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egresó a casa sonriente aunque demacrada, con pasos lentos  como los de quien no quiere llegar a ninguna parte; nadie podía creerlo porque Brenda Heist estaba muerta…

Su historia comenzó una mañana de 2002. Como de costumbre, Heist sacó la cena del congelador, planchó algo de ropa y llevó a la escuela a sus dos hijos, una niña de 8 años y un niño de 12. Fue a última actividad más conocida. Minutos después se fue tras un grupo de personas sin hogar que estaban viajando hacia Florida.

Producto de la desesperación, dijeron algunos. Otros aseguraron que una mal manejada vocación de hippie. A todos les dolió mucho. La apreciaban. En cambio para ella era una etapa difícil ya que se estaba divorciando de su esposo, sin mayos espaviento. Lo grave es que el Estado le había notificado que no recibiría subsidio de vivienda.


Inicialmente investigaron al marido por sospecha de asesinato, pero los detectives terminaron por exonerarlo.

Lee Heist, su marido, emprendió su búsqueda; una labor incesante. Tras años después, dándose por vencido, pidió a un Tribunal en el Condado de Lancaster, Pensylvania, que declarara oficialmente muerta a Brenda. Las autoridades respondieron positivamente a su pedido porque para que alguien sea declarado muerto en ausencia, esa persona deber haber abandonado su vida y sus responsabilidades durante un largo periodo de tiempo. 

¿Comprende ahora porque sus familiares no podían creerlo tras verla, a sus 54 años, y saber que ante el Estado y el mundo está muerta, pero todo parece indicar que sigue viva?

La mujer le explicó a las autoridades que durante años durmió en la calle y que se alimentaba de lo que encontraba en la basura. Compartió la vida con indígenas. Ahora quiere remprender una vida en familia.

¿Cuántos muertos hay a su alrededor?

Piense que todos vivimos con personas que están muertas. Por favor, no frunza el ceño. Es real. Hombres y mujeres que ríen, pero dentro experimentan una profunda crisis. Cuando llegan sus noches, desearían morir; por eso le digo: están muertas aun cuando viven.

--Por momentos he querido quitarme la vida. Llego a casa y las deudas, que pesan sobre mi, me hacen pensar en el suicidio--, me dijo un acaudalado hombre de negocios con quien hablé hace pocos días.

Su historia es la de muchas personas que están desesperadas, que no encuentran salida a su laberinto.

Ahora, un común denominador entre quienes desean morir de una vez, es que abandonaron a Dios, o tal vez nunca se han relacionado con él. Y lo más grave que le puede ocurrir a un ser humano es desprenderse de Su Creador, porque se esfuma toda esperanza y la única tabla de salvación se pierde en el horizonte.

--Hay días que no duermo, y apenas logro conciliar el sueño, suena el despertador. No quisiera ir a trabajar, pero debo hacerlo. Mi vida es un infierno aquí en la tierra--, me dijo una ejecutiva de ventas en la ciudad. Está pensando seriamente separarse de su esposo y, literalmente no cruza palabra con sus hijos adolescentes. No se hablan.

Hay esperanza todavía

Es probable que usted comparta algo en común con las personas que acabo de referirle, que dicho de paso, son reales y viven en nuestro mundo hoy, pero espiritual y anímicamente están muertas.

Job, uno de los patriarcas de la antigüedad, cuando creyó que todo había terminado, que le abandonaron sus amigos y la enfermedad que padecía amenazaba con llevárselo a la tumba, tuvo fuerzas para escribir: “Pero en cuanto a mí, sé que mi Redentor vive, y un día por fin estará sobre la tierra. Y después que mi cuerpo se haya descompuesto, ¡todavía en mi cuerpo veré a Dios! Yo mismo lo veré; así es, lo veré con mis propios ojos. ¡Este pensamiento me llena de asombro!”(Job 19:25-27. Nueva Traducción Viviente)

El propósito de Dios: que vivamos a plenitud
Reconoció que no todo estaba perdido. Aún había esperanza. Es la misma invitación que le hago ahora: Piense que todo puede ir mejor. Usted no está solo aun cuando se vea rodeado de silencio en su habitación. ¡Dios está a su lado y desea ofrecerle una nueva oportunidad. Él no le obligará a abrirle la puerta. Desea que usted misma la abra.

Si se decide a vivir, tenga la plena certeza que este puede ser el comienzo de una nueva existencia. Si le abre las puertas de su corazón a Jesucristo, podrá emprender ese maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual que tanto ha anhelado.

¿Y qué si mi vida ha sido un desastre?

Una apesadumbrada mujer a quien visité en el hospital después de intentar quitarse la vida dos veces, me dijo: “Mi vida es un desastre; he sido infiel a mi marido, he usado marihuana, no soy leal a mis amistades, trato mal a mi marido y no soporto a mis hijos. No merezco vivir…”

Es cierto, tomó algunos minutos explicarle, y disposición de su parte para comprender el mensaje, pero terminó por reconocer que Dios la ama y tiene maravillosos planes para ella.

El Señor Jesús lo explicó en sencillos términos: “Entonces Jesús les contó la siguiente historia: «Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre?  Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa.  Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida”.  De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!”(Lucas 15:3-7. Nueva Traducción Viviente)

Dios desea que haga un alto en el camino. Reflexione: ¿A dónde ha ido su vida? Es el primer y más grande paso. Es esencial, para que pueda valorar lo que el Señor tiene deparado para usted.

La autora norteamericana, Regina Brett, tras una vida de crisis, un día decidió detenerse y evaluar su existencia: “El día de mi cumpleaños número 45, me quedé en casa reflexionado sobre lo que la vida me había enseñado. Mi alma abrió una compuerta y las ideas comenzaron a fluir. Mi pluma simplemente capturó las ideas y plasmó las ideas en el papel. Yo las pasé a la computadora y las convertí en una columna sobre 45 lecciones que la vida me ha enseñado. Mi editor las odio, y también su editor. Yo les pedí de todas maneas que las publicaran en el diario norteamericano Plain Deaer. Y los lectores del periódico, en Cleveland, las amaron…” (Regina Brett. “Dios nunca parpadea. Editorial Planeta. Colombia. 2012. Pg. 18)

Todo parte de hacer un alto en el camino; el segundo paso es reconocer que tal vez nos encontramos en un laberinto sin salida, y que nuestras fuerzas llegaron al límite. El tercer y más revolucionario paso, es pedirle a Jesucristo el Señor que venga y ponga orden en nuestra existencia. Y Él que está a la puerta, esperando su llamado, no tarde en entrar. ¡Es algo maravilloso y transformador! Dios hará la mejor parte en su vida.

Desconozco cuál sea su situación, pero lo que sí puedo decirle es que Dios puede marcar la diferencia en su existencia. Dejar impresa en su existencia, una marca indeleble que define una frontera entre un antes y un después de conocer a Cristo. ¡Hoy es el día para emprender una nueva vida! No siga sumido en la muerte física y espiritual. Jesús el Señor le llama y le espera con los brazos abiertos.

Si tiene alguna inquietud, por favor, no dude en escribirme a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarme al (0057) 317-4913705.
                                          
© Fernando Alexis Jiménez

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