El ayuno nos permite tener la intimidad que anhelamos con Dios |
Fernando
Alexis Jiménez
¿Se ha encontrado alguna vez en
una situación en la que—humanamente—no sabía qué decisión tomar? Es comparable
a encontrarse en un camino que, sorpresivamente se bifurca y no hay cerca de
nosotros que nos pueda indicar en qué dirección orientarnos. Todos alguna vez,
en un momento específico, hemos experimentado esta incertidumbre. Lo grave del
asunto es que, generalmente, siempre tomamos la decisión equivocada.
Nehemías, uno de los hombres de
mayor significación en la historia de Israel, se encontraba sirviendo en la
corte real –a muchos kilómetros de Jerusalén y bajo un gobierno distinto al de
su país--, cuando recibió la noticia de que la capital de su Nación se
encontraba en ruinas.
¿Qué hacer?¿Cómo abordar al rey
para asumir la tarea de reconstruir los muros?¿Cuál sería la estrategia para
derribar los obstáculos?¿Cómo financiar un proyecto de dimensiones tan grandes?
Ante esta situación, tomó la
mejor determinación: “Cuando oí
esto, me senté a llorar. De hecho, durante varios días estuve de duelo, ayuné y
oré al Dios del cielo…” (Nehemías 1:4. NTV)
Los momentos críticos de nuestra
existencia debemos someterlos en manos de Dios, y orar porque Él nos oriente, llevándonos
a tomar las decisiones apropiadas en el momento indicado.
Algo sobre lo que deseo llamar su
atención es que la oración y el ayuno, en un hombre o mujer que se caracterizan
por la búsqueda sincera de Dios, son herramientas fundamentales. ¿La razón?
El Señor Jesús nos llama a
vivenciar una espiritualidad de compromiso y consagración y tal consagración la
testimoniamos delante de Él cuando sometemos nuestra carne mediante el ayuno.
Aquí es importante anotar que el ayuno y la oración nos acercan al Padre, a Su
Presencia.
Tres tipos de ayuno
Nuestro Señor Jesucristo advirtió sobre la
importancia de hacer ayuno, oración e incluso ofrendar, pero delante del Señor
y no de los hombres para ser tenidos por muy espirituales: “¡Tengan
cuidado! No hagan sus buenas acciones en público para que los demás los
admiren, porque perderán la recompensa de su Padre, que está en el cielo. Yo, Jesús, les digo la verdad, no recibirán otra
recompensa más que esa.”(Mateo
6:1. NTV)
Ayunar no es no es únicamente
sacrificio o abstinencia, sino un tiempo de búsqueda del Señor. No está bien
que todos alrededor se enteren que estamos ayunando. Eso sería buscar la gloria
de los hombres. El ayuno es uno de los pasos en la búsqueda de intimidad con el
Señor, en el que sometamos los deseos de la carne a los deseos del Espíritu.
Cuando vamos a las Escrituras,
encontramos específicamente, tres tipos o formas de ayunar:
a.
Abstinencia de alimentos (Lucas 4:2)
b.
Abstinencia de alimentos y de líquidos (Esdras 10:6)
c.
Abstinencia de la relación sexual con la pareja, mediante mutuo consentimiento
mientras buscan de Dios (1 Corintios 7:3-6)
Por favor, tenga en cuenta que
ayunar—en cualquiera de sus variables—no debe ser mirado como un sacrificio
sino como una forma de sometimiento a Dios. Cabe aquí tener en cuenta la
apreciación del autor y conferencista internacional, Charles Stanley, quien
señala: “A lo largo de la Biblia Dios
guió a su pueblo a ayudar y orar. Y cada vez que el pueblo ayunaba y oraba.
Dios puso en acción su poder sobrenatural para hacer lo que fuera necesario con
el fin de satisfacer sus necesidades. Ya fuera provisión de sabiduría o la
derrota de un enemigo, Dios fue fiel en cumplir.”(Charles Stanley. “Trátelo con
oración”. Editorial Vida. EEUU. 1996. Pg. 38)
Dios ha respondido, y sin duda,
seguirá respondiendo a las oraciones de Su pueblo. Él reconoce cuando hay
disposición de corazón para buscarle, disposición que testimoniamos con el
ayuno.
Es tiempo de buscar a Dios en ayuno y oración |
¿Cuáles son nuestras motivaciones para ayunar?
Si tomamos como base el hecho de
que el ayuno encuentra complemento en la oración, y en muchos casos, en las
ofrendas (Cf. Mateo 6:1-18), es fundamental que tengamos muy claro el por qué
lo hacemos.
Hay quienes al ayunar buscan
bajar kilos, lo que no es muy espiritual, como tampoco el hacerlo en la
congregación incluso por encima del horario que se fijó inicialmente, para que
todos aprecien nuestro alto grado de espiritualidad.
Le invito a considerar tres
preguntas cuando vaya a dedicar tiempo a ayunar:
a. ¿Por qué voy a ayunar? La respuesta está en sus manos. ¿Procuro intimidad con
Dios?¿Estoy tras un milagro?¿Lo hago por obligación o, por convicción? Póngase
la mano en el pecho para ser muy honesto al responder.
b. ¿Estoy ayunando para guardar las apariencias de espiritualidad? Infinidad de personas
son amigas de estar contándole a todos, que van a una jornada de ayuno. Esas
expresiones de espiritualidad les ayudan a tener reconocimiento entre otros
creyentes. No es, dicho de paso, lo mejor que deberían hacer. No honran a Dios,
se están honrando así mismos.
c. El ayuno sin búsqueda de Dios no es otra cosa que aguantar hambre. Leí hace pocos días en
una revista, que el ayuno era recomendado
para perder peso. Inmediatamente pensé que las personas veían esta práctica
espiritual más como una dieta que como un camino de búsqueda de intimidad con
el Señor.
Cuando vamos a las Escrituras,
encontramos registro sobre relatos de hombres de Dios quienes le buscaron en
ayuno y oración en momentos específicos, muchos de los cuales demandaban
respuestas del Señor a necesidades o crisis (Éxodo 34:28; Salmo 69:10; 2
Crómicas 20:3; Daniel 9:3; Lucas 4:1, 2; Hechos 13:2, 3)
Cito nuevamente al autor y
conferencista internacional, Charles Stanley, cuando anota: “Orar, dar y ayunar son actos personales de
adoración, y por lo tanto, se debe hacer en secreto. Debemos hacerlo por amor a
Dios, no porque anhelamos la alabanza del mundo. Si hacemos esas cosas por la
alabanza del mundo, entonces esa es la única bendición que
recibiremos.”(Charles Stanley. “Trátelo con oración”. Editorial Vida. EEUU.
1996. Pg. 37)
No olvide que mediante el ayuno
sometemos nuestros apetitos al Espíritu Santo. Ayunar nos permite entregar a
Dios nuestros temores e incertidumbres y, además, hace posible encontrar
respuesta divina a nuestros interrogantes e inquietudes (Nehemías 1:4)
Dios responde al ayuno
Resulta interesante buscar los
registros bíblicos cuando se alude al ayuno por parte de hombres y mujeres que
procuraban conocer Su voluntad. El primero y más significativo hecho, es el
tiempo que nuestro amado Salvador Jesucristo se apartó al desierto. Dice el
Evangelio que nuestro Señor “…fue tentado por el
diablo durante cuarenta días. Jesús no comió nada en todo ese tiempo y comenzó
a tener mucha hambre.” (Lucas 4:2. NTV) El buscar del Padre celestial en ayuno y
oración, fortaleció a Jesús nuestro Redentor, en esos momentos críticos.
También buscó el rostro del
Supremo Hacedor, el escriba Esdras, en un momento crucial para Israel: “Luego Esdras se retiró
de la parte delantera del templo de Dios y fue a la habitación de Johanán, hijo
de Eliasib. Pasó la noche allí sin comer ni beber nada. Seguía en duelo
a causa de la infidelidad de los que habían regresado del destierro.”(Esdras
10:6. NTV) ¡Dios no se hizo esperar, y respondió a ese tiempo especial de búsqueda!
Por último y en medio de los
múltiples registros Escriturales que hay sobre el ayuno y la oración, me
permito citar a los apóstoles. Procuraban la guía de Dios para contribuir a la
extensión del Reino. “Cierto día,
mientras estos hombres adoraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo:
«Consagren a Bernabé y a Saulo para el trabajo especial al cual los he
llamado». Así que, después de
pasar más tiempo en ayuno y oración, les impusieron las manos y los enviaron.”(Hechos
13:2, 3. NTV)
Estoy firmemente convencido que,
si en medio de una situación particular busca al Señor en ayuno y oración,
encontrará respuestas. Es un camino
especial, que toca el corazón de Dios porque nos humillamos en Su Presencia. Él
nos lleva a nuevos niveles, cuando procuramos respuesta a nuestros
interrogantes, a un milagro que pedimos, a la necesidad de crecimiento personal
y espiritual o cualquiera otra motivación de orden espiritual.
Si tiene alguna inquietud, por
favor, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913705
© Fernando Alexis Jiménez
1 comentarios:
estoy de acuerdo con todo el contenido, es importante ayunar para estar mas cerca del señor...
Publicar un comentario