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La cremación de cuerpos, ¿es bíblica o qué implicaciones tiene?

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Descubra qué dice la Biblia respecto a la cremación, y
las implicaciones eternas que tiene esta práctica

Dolly Cáceres Suárez
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n día pasaba por el frente de un crematorio y comenté con mi esposo: “Al morir, deseo que mi cuerpo sea cremado; porque de qué sirve el cuerpo—lo material--. Lo importante es mi espíritu que ira con el Señor.”. El Señor me dijo: “¿Acaso no levante a mi pueblo de los huesos secos?” Vino entonces, a mi mente, la cita bíblica de Ezequiel 37 1-14 (léala por favor. No me quedó más que pedirle perdón a Dios porque no puedo decidir sobre lo que no he hecho, ni he comprado, solo Él es dueño de nosotros ya que nos hizo y nos compró con su sangre, es decir somos doblemente suyos.

            Comparto con ustedes este mensaje que Dios me ha encomendado y creo mi deber informar sobre la revelación que recibí respecto de la cremación.

Comprendiendo los alcances de la cremación
¿Qué es la cremación? La cremación es el procedimiento mediante el cual se incinera totalmente el cuerpo, hasta convertirlo en cenizas, lo que por supuesto implica la trituración de todos los huesos.

            Ahora, surge la pregunta: ¿Soy dueño de mi cuerpo, o mi cuerpo pertenece al Espíritu Santo desde que Jesús me salvó?

            La costumbre fue originada para honrar a los dioses de los pueblos paganos de la antigüedad, cuando éstos pasaban a sus hijos por el fuego en ceremonias rituales para honrar a Moloc y Baal. Esto se convierte en lo que hoy se conoce como: la cremación.

¿Quien era el dios Moloc?

Los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños, especialmente los bebés, por ser los seres más impregnados de materia, característica que los adultos perdían con el tiempo al desarrollar su espíritu.

            En los templos en los que se rendía culto a Moloch se encontraba una enorme estatua de bronce del dios la cual estaba hueca, y la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto. Dentro de la estatua se encendía un fuego que se alimentaba continuamente durante la ceremonia del sacrificio.

            En ocasiones los brazos estaban articulados, de manera que los niños que servían de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua, que por medio de unas cadenas se levantaban hasta la boca, introduciendo a la víctima dentro del vientre incandescente del dios.

            Durante el sacrificio, los sacerdotes del templo hacían sonar tambores, trompetas y címbalos, de manera que no oían los llantos de los niños. Asimismo a las familias de las víctimas les estaba prohibido llorar.

            Antes de que la estatua fuese llenada se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud.

Dios condena prácticas paganas

Dios condenó la práctica de la cremación clasificándola como una abominación, como lo enseñan las Escrituras: “También construían altares a Baal en el valle de Ben Hinón, para pasar por el fuego a sus hijos e hijas en sacrificio a Moloc, cosa detestable que yo no les había ordenado, y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo hacían pecar a Judá.” (Jeremías 32:35).

            Hay que enfatizar que esta era una costumbre abominable de la naciones que Jehová había arrojado de la presencia de Israel: ”Quemó también perfume en el valle de los hijos de Hinnom, y quemó sus hijos por fuego, conforme á las abominaciones de las gentes que Jehová había echado delante de los hijos de Israel.(2 Crónicas 28:3).

           
Estamos llamados a pasar la eternidad con el Señor Jesús
De acuerdo con Deuteronomio 18:10-12, Dios prohibió enfáticamente la práctica de la cremación.” No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.”

Dios nos guarda del fuego destructor

Es interesante saber como Dios protege a sus hijos del fuego destructor. Cuando Nabucodonosor ordenó que los varones de Dios: Sadrac, Mesac y Abed-nego, fueran arrojados en el horno del fuego con la intención de incinerarlos hasta convertirlos en cenizas, Dios no permitió que el fuego les hiciera daño (Daniel 3:1-27).

            El cuerpo de los hijos de Dios es tan importante para Dios que, aun después de muerto, Dios no permite que Satanás lo toque. Como prueba de esto lo tenemos lo que ocurrió cuando el diablo luchaba por llevarse el cuerpo de Moisés. El arcángel Miguel batalló contra el diablo para evitar que se lo llevara: “Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.” (Judas 1:9) Sin embargo, la Biblia no niega que la destrucción por fuego es una realidad.

            Pero, ¿alguna vez se ha preguntado para quiénes está reservado la destrucción por fuego? La Palabra de Dios nos indica que la destrucción del cuerpo por medio del fuego está únicamente reservada para el diablo y los hijos de perdición, prueba de esto lo encontramos en Apocalipsis 20:10 y Apocalipsis 21:8.

Hay diferencia entre polvo y ceniza

¿Por qué cree usted que Sodoma y Gomorra fueron destruidas con fuego? La abominación del pecado es intolerable para Dios. Las ciudades de Sodoma y Gomorra son un perfecto ejemplo de cómo Dios condena y castiga a los hijos de perdición destruyéndolos con fuego (Génesis 19-28).

            Hay quienes mal interpretan Génesis 3:19, confundiendo el polvo con la ceniza. No confundamos el "polvo" de la tierra con la "ceniza".

            El polvo es producto de la tierra, mientras que la ceniza es producto de algo que fue carbonizado con el fuego. Dios dice: "Polvo eres y al polvo volverás" (Génesis 3:19). ¿No cree usted que si Dios hubiera querido cremar al hombre, hubiera sido más específico en decir: Ceniza eres y a la ceniza volverás?

            Hoy día, las ceremonias rituales de la cremación son practicadas por los países que han rechazado el evangelio de Cristo para adorar a los dioses falsos. Estos países son: la India, Sri Lanka, las Filipinas, Malasia, Indonesia, China, Japón, Corea del Norte, Corea del Sur, Tailandia, Camboya, y Vietnam. Ninguno de estos países le sirve al Dios de Abraham.

            Diariamente, en todos los países asiáticos se realizan cientos de ceremonias rituales, con danzas y procesiones en honor a los dioses asociados con el fuego. Para ofrecerles la cremación de sus seres queridos, se construyen gigantescas imágenes de sus ídolos. Dichas imágenes son colocadas frente al altar de la cremación para la celebración de los ritos.

            No se deje engañar por el diablo. Cuando un cristiano elige ser cremado, sabiendo de antelamo lo que dice la Palabra de Dios, no solo está honrando a los dioses paganos de la antigüedad, sino que está condenándose a perder su salvación eterna.

            Lo lamentable de la cremación es que no tiene marcha atrás. Es un pecado de lo cual no tendrá oportunidad de arrepentimiento. El que pidió ser cremado pese a conocer que Dios lo prohíbe, ha condenado su alma para siempre.

            Repetidas veces Dios prohibió a sus hijos la práctica pagana de pasar a sus hijos por fuego, dejando enfáticamente claro que la cremación es abominable para ÉL. Dios nos ha llamado a ser un pueblo santo (Deuteronomio 7:6), y como hijos obedientes estamos llamados a rechazar todo lo que tiene raíces en el paganismo de los dioses antiguos. Por el contrario, la Biblia nos revela la forma correcta de tratar el cuerpo después de la muerte. Ella nos habla de SEPULTURA. Esto se refiere a ser ENTERRADO bajo el nivel de la tierra.

He aquí algunas referencias sobre personajes de la Biblia que fueron SEPULTADOS: Sara- Génesis 23:19; Génesis 49:31; Abraham- Génesis 25:7-9; Isaac- Génesis 35:29; Rebeca- Génesis 49:31; Jacob- Génesis 47:28-30; Raquel- Génesis 48:7; José- Génesis 50:24-26; Josué 24:29-30; Sansón- Jueces 16:30-31; Samuel- 1 Samuel 25:1; Abner- 2 Samuel 3:32; David- 1 Reyes 2:10; Eliseo- 2 Reyes 13:20; Salomón- 2 Crónicas 9:31; Asa- 2 Crónicas 16:13-14; Josafat- 2 Crónicas 21:1; Uzías- 2 Crónicas 26:23; Jotám- 2 Crónicas 27:9; Acaz- 2 Crónicas 28:27; Ezequias- 2 Crónicas 32:33; Manasés- 2 Crónicas 33:20; Josías- 2 Crónicas 35:23-24; 22. Jesús- Juan 19:40 (en esta última referencia se especifica que el "sepultar" era una costumbre de los judíos)

            Hay que reconocer que la Palabra de Dios es enfáticamente clara. La Biblia nos enseña que el cuerpo debe ser SEPULTADO no CREMADO. En ninguna parte de las Sagradas Escrituras encontramos a Dios autorizando la incineración de los cuerpos humanos.

Toma tu decisión ahora, en el nombre del Señor. En tus manos está: Ser quemado en fuego una vez mueres, o acoger lo que enseña la Biblia: recibir la sepultura.

Si deseas escribirnos con alguna inquietud, puedes hacerlo al correo dollycaceres@gmail.com


© Pastora Dolly Cáceres Suarez – Website www.comunidadsantosapostoles.org  

3 comentarios:

Dolly caceres dijo...

si el creyente es decir quien a recibido a Cristo como su Señor y unico y suficiente salvador es salvo, pero en la palabra dice que la cremacion es abominacion y si a sabiendas de esto lo acepta se vera comprometido por desobediencia. esto no quiere decir que sabemos lo que pasara con el, pero si debemos tener cuidado y no tentar a Dios

Unknown dijo...

Leyendo detenidamente este hermoso artículo, aprendí algo nuevo y muy valioso, por tanto desistiré de la idea de mi cremación cuando fallezca. PERDÓN SEÑOR POR OFENDERTE.

Unknown dijo...

Buscando Hoy de la palabra de nuestro Señor, encuentro este mensaje que se ha filtrado en mi mente, sin saber por que (aunque ahora lo entiendo) nunca estuve de acuerdo en la cremacion, tuve varias dicusiones familiares respecto a este tema. Pero hoy le doy Gracias a Dios por abrirme los ojos a este entendimiento.
Gracias

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