¿Estàs en Crisis? Es tiempo de buscar a Dios... |
Por Fernando Alexis Jiménez
Desconozco cuántas veces ha cometido errores por
decisiones equivocadas. En mi caso han sido muchas las veces que fallé al
inclinarme por un negocio, un viaje o simplemente una compra doméstica.
Minutos, horas o días después me arrepentí. ¡No había nada qué hacer!
Lo más probable es que a
todos nos ha ocurrido lo mismo. Nos dejamos guiar por amistades o quizá un
promotor comercial. Nos pintan un panorama alentador, que promete mucho.
Llegado el momento comprendemos la magnitud del equívoco.
Es esencial que no solo
anhelemos a nuestro Padre celestial como un rapto de emocionalismo, sino con un
corazón sincero, y que desarrollemos intimidad con Él emprendiendo cada día con
oración.
Nuestro Maestro Jesús no
tomaba decisiones sin antes consultarlas al Padre. Sus actuaciones estaban
rodeadas por oración, como lo leemos en Evangelio de Lucas: “Cierto día, poco tiempo después, Jesús subió a un monte
a orar y oró a Dios toda la noche.”(Lucas 6:12. NTV)
¿Por qué lo hizo? Porque
al día siguiente debía escoger a sus discípulos. Y Él oró sin medir el paso de
las horas. Intimidad con Dios. Permanencia en Él.
Un principio que
aprendemos para nuestra vida práctica de fe, es orar antes de decidir algo,
incluso aquello que nos parezca muy trivial.
Lo mejor que podemos
hacer como discípulos de Jesús el Señor, es comenzar nuestras actividades
diarias en oración, pero además, terminar las jornadas en búsqueda del rostro
de Dios.
Aun cuando estaba muy
cansado, nuestro Salvador lo hacía siempre. No había excusa. El evangelista
Mateo lo describe así: “Después de
despedir a la gente, subió a las colinas para orar a solas. Mientras estaba
allí solo, cayó la noche.” (Mateo 14:23. NTV)
¡Cuántas veces
pretextamos estar muy cansados para no orar! No le ha ocurrido a usted solamente.
A mí, al vecino, a todos. Y el hecho de tratarse de un comportamiento o hábito
común, no significa que sea bueno. Por el contrario, es equivocado y nos lleva
a errores, por con Dios iniciamos el día y con él, debe terminar.
Sólo cuando aplicamos
modificaciones a nuestro esquema de oración, podemos expresar: “En paz
me acostaré y dormiré, porque solo tú, oh Señor, me mantendrás a salvo.”(Salmo
4:8. NTV)
No es asunto de si
queremos o no, sino de evaluar qué nos conviene. Y usted está llamado a tomar
decisiones radicales, que con ayuda de Dios, permanezcan en el tiempo.
Con frecuencia al dictar
conferencias me preguntan: ¿Cuánto tiempo debemos orar? Y mi respuesta es
invariablemente la misma: Todo cuanto más pueda.
El apóstol Pablo reafirma este principio cuando
enseña: “Nunca dejen de orar.”(1 Tesalonicenses
5:17.NTV)
Orar debe ser un
principio de vida que no se circunscribe a tiempo, sino más bien, a la
disposición de nuestro corazón. Orar siempre.
Le animamos para que
evalúe su vida de oración y, desde hoy, aplique modificaciones en la meta que
nos asiste de desarrollar intimidad con Dios… y si no ha recibido a Jesucristo,
hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que no se arrepentirá.
Léanos en www.bosquejosparasermones.com y www.guerraespiritual.org
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