Podemos pasar de la derrota a la victoria |
Fernando
Alexis Jiménez
José Leep arroja la pelota un
metro adelante de él, impulsa su silla de ruedas con las manos y la recupera;
lo cercan sus contrincantes, choca y se cae de lado. Se levanta, apoyado con la
mano derecha, sin mucho esfuerzo –la silla parece una extensión de su cuerpo– y
logra escabullirse. En 20 segundos llega al otro lado de la cancha. Lanza.
Encesta. La tribuna se levanta, aplaude, grita. Ocurrió en el partido entre
Colombia y Argentina durante la Copa América de Baloncesto sobre Silla de
Ruedas realizado en Bogotá durante el 2013 que congregó a120 deportistas de 10
países
José
Leep, de 30 años, es el armador de la selección colombiana, una de las
estrellas. Nació en zona rural de Ocaña (Norte de Santander), donde hace 25
años perdió ambas piernas al quedar atrapado en una avalancha de tierra. Toda
su familia murió en ese accidente y él fue adoptado por una pareja
estadounidense. Años más tarde sus nuevos padres lo vincularon a una escuela
deportiva donde aprendió a nadar y, luego, a jugar baloncesto.
También
cuenta orgulloso que jugó en torneos en Estados Unidos y que hace seis años fue
reclutado por un club de España, y que vino a Colombia porque fue convocado
para que reforzara el equipo de su país.
“El deporte me ha ayudado a cumplir sueños y
me ha dado la posibilidad de viajar por el mundo, de sentirme útil y
competitivo”, afirma Leep. Hace dos años, en Guadalajara (México),
Colombia le ganó a Canadá 69-58, con los mismos jugadores.
Leep,
aunque acaba de perder con su equipo, se sabe un hombre afortunado. “Tuve una familia que me dio amor y me apoyó,
y hoy mi discapacidad no es un problema: es una oportunidad”, dice y
lamenta que muchas personas, de su condición, se queden postradas en una cama o
una silla de ruedas porque nadie los ayuda. Nadie cree que pueden ser útiles y
quedan destinados a ser un estorbo.
Otra
celebridad es Rodney Hawkins, un negro de 2 metros de estatura que nació en la
isla de Providencia, que jugó en Piratas (en Bogotá), que hacía carrera para
llegar a la NBA (Asociación Nacional de Basquetbol de Estados Unidos) y quien
perdió su pierna izquierda al ser arrollado por un conductor borracho. Iba en
una moto con un amigo, en San Andrés, y el borracho –cuenta– ni siquiera paró a
ayudarlo.
Eso
ocurrió el 5 de febrero del 2005. “La
vida se me derrumbó, pero gracias a Dios estoy vivo y tengo una segunda
oportunidad para seguir haciendo lo que me gusta: jugar baloncesto”, dice.
Quien nos hace triunfadores es Dios mismo |
Triunfadores en medio de la adversidad
Las historias de los triunfadores
en medio de la adversidad son muchas. Todas tienen un común denominador. Ellos,
a pesar de su discapacidad física, no se resignaron a ser categorizados como
perdedores. Dieron pasos sólidos, con
fe, esperanza y perseverancia, hacia el nivel de los ganadores.
El
afamado autor y conferencista, Robert T. Kiyosaki, lo describe en los
siguientes términos: “Todos tenemos a un
ganador y a un perdedor en nuestro interior. Eso me incluye, por supuesto.
Estos dos seres compiten para obtener un papel protagónico en nuestra vida.
Mucha gente “sólo pasa la vida” porque en lugar de buscar el éxito y el
bienestar, permiten que el lado perdedor en su interior, lo domine todo. No es
mi caso. Yo insisto en que la faceta de ganador tome el control en nuestra
vida.”(Robert T. Kiyosaki. “El negocio del siglo 21”. Editorial Aguilar.
Colombia. 2013. Pg. 91)
Nadie
tomará la decisión por nosotros. Somos usted y yo quienes debemos dar esos
pasos hacia la victoria por encima de las circunstancias.
La
razón más sólida para pasar de perdedores a triunfadores, es depender de Dios,
como escribe el salmista: “Fui recto para
con él, y me he guardado de mi maldad, por lo cual me ha recompensado Jehová
conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante de su
vista... Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios asaltaré muros.”(Salmo
18:23, 24, 29)
Dios
nos creó con las potencialidades para ser ganadores. Si caminamos de Su mano y
dependemos de Él, siempre llegaremos a nuevos niveles. Él nos asegura la
victoria en medio de todas las circunstancias. Basta que nos rindamos a Él.
Puedo asegurarle que si le rinde su vida, todo será diferente. Ábrale las
puertas de su corazón a Jesucristo, no se arrepentirá.
Si tiene alguna inquietud, no
dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al
(0057)317-4913705
© Fernando Alexis Jiménez
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