Dios desea que seamos libres de ataduras |
Fernando Alexis Jiménez
E
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l servicio cristiano estaba muy concurrido. Simón, el diácono, calculó
que habría 800 personas en el auditorio. El calor era insoportable y aunque
estaban funcionando todos los ventiladores, la brisa artificial a duras penas
cubría un segmento de los concurrentes. Pese a la incomodidad, la predicación
mantenía absortos a todos.
--Padre, ordeno en el Nombre de
Jesús que todo espíritu de maldad salga ahora mismo--, dijo el pastor desde
la plataforma.
Esas pocas palabras desencadenaron una tormenta y en varios lugares se
manifestaron personas afectadas por los demonios.
Simón y otras muchas personas no entendían por qué razón muchos de los
cristianos de muchos años de pronto convulsionaban la y cambiaban la voz.
--¿Cómo puede ocurrir esto?—le
comentó a su esposa aquella noche mientras tomaban la cena, visiblemente
preocupado.
Sin duda usted habrá escuchado o presenciado casos así. Y surgen muchas
preguntas, apenas natural: ¿Qué ocurre con el cristiano cuando está ante
ataques de los demonios que lo oprimen?¿Puede conservarse la liberación?¿Si
pecar, un cristiano puede ser oprimido por el mundo de las tinieblas?
Los
demonios al ataque
Aun cuando seamos cristianos, el enemigo está buscando a quién destruir
(Cf. 1 Pedro 5:8; Juan 10:10 a). Por ese motivo, no podemos descuidarnos.
Quizá usted me dirá: “Es imposible
que el Adversario espiritual cause daño a un creyente”. Es el argumento de
infinidad de personas que, una vez se convierten a Cristo, consideran tener a
disposición un seguro contra influencia demoníaca. ¡Tremendo error!
Al respecto, John Eckardt, reconocida autoridad en el tema de la guerra
espiritual, señala que: “Los demonios
pueden habitar en aquellas áreas particulares de la vida del cristiano y, sin
embargo, los demonios no pueden habitar dentro del espíritu del cristiano,
porque es donde Jesús y el Espíritu Santo habitan. Luego, cuando nosotros
decimos que un cristiano está poseído o demonizado, no decimos que un
cristiano puede tener demonios en su
espíritu, pero esa persona puede tener demonios en partes del ama y cuerpo
físico”( ¿Cómo ministrar liberación?. John Eckhardt. “¿Puede un cristiano tener
un demonio?”. Editorial Certeza. EE.UU. 2005. Pg. 34)
No olvide que los seres humanos nos componemos por tres partes claramente
definidas por el apóstol Pablo cuando escribió sobre espíritu, alma y cuerpo
(Cf. 1 Tesalonicenses 5:23)
El Señor Jesús aludió a la necesidad de no dejar que nuestro ser quede
sin protección una vez se produce la liberación de espíritus demoníacos: “Cuando un espíritu maligno sale de
una persona, va al desierto en busca de descanso, pero como no lo encuentra,
dice: “Volveré a la persona de la cual salí”.”(Lucas 11:24. Nueva Traducción
Viviente)
Si el cristiano persiste en pecar, está abriendo puertas al mundo de las
tinieblas. Él es muy astuto y no desperdicia oportunidad.
Conozco de personas que incluso están en el liderazgo, que reinciden en
consultar pornografía, mantener romances, han caído en adulterio o incluso, en
medio de la desesperación por alguna situación crítica, consultaron el
horóscopo, la carta astral o el tarot. ¡Abrieron puertas a Satanás y sus
secuaces! Y nuestro opositor, genera influencia, angustia y desasosiego en
quien incurre en esta situación.
Usted se preguntará, Y ¿qué de aquellos que sin pecar, se ven oprimidos
por el enemigo espiritual? Puede obedecer a traumas de la niñez o quizá
momentos que marcaron la vida de creyente y que, en el momento de la
conversión, no fueron atendidos. No se les ministró y siguen latentes, causando
problemas.
Ese hecho constituye una oportunidad de oro para el mundo de las
tinieblas que genera opresión. Nuevamente es a John Eckhardt a quien cito para
ayudar a dilucidar el tema:
“Personalmente no tengo tanto problema con la
palabra poseído como algunos cristianos lo tienen. De hecho, para mí la palabra demonizado suena
peor. Cuando miré la palabra poseído, una definición, simplemente significa
ocupado. Mi conclusión es que si un demonio ocupa tu talón, ocupa parte de ti.
Esto no significa que ocupa tu espíritu, alma y cuerpo. Si ocupa una pequeña
porción, tal como un órgano físico en tu cuerpo, o un espíritu de enfermedad,
luego hay parte de posesión en algún grado”(¿Cómo ministrar liberación?. John
Eckhardt. “¿Puede un cristiano tener un demonio?”. Editorial Certeza. EE.UU.
2005. Pg. 33)
Es necesario renunciar a toda puerta abierta al mundo del ocultismo antes
de conocer a Cristo. La persona debe ser consciente del peligro que corre y
proceder a la respectiva renuncia.
Mantenernos
en intimidad con Dios
Si usted fue liberado de posesión demoníaca, ahora en su condición de
cristiano debe permanecer asido de la mano de Dios. No se descuide.
El Señor Jesús enseñó que: “De modo que regresa y encuentra que su antigua casa está
barrida y en orden. Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más
malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa
persona queda peor que antes”(Lucas 11:25, 26. Nueva Traducción Viviente)
Recuerdo el caso del líder de jóvenes en una congregación a la que me
invitaron para dictar una conferencia sobre Guerra Espiritual. El chico relató
que antes de conocer a Cristo había practicado actos de inmoralidad. “Aun cuando camino con Cristo hoy día, las
tentaciones son muy fuertes”, relató.
Dios desea nuestra libertad plena y total... |
Es evidente que el enemigo espiritual querrá seguir poniendo tropiezo.
Por ese motivo, bajo ninguna circunstancia podemos descuidarnos; antes bien, es
aconsejable mantenernos unidos a Dios en oración y en la meditación de Su
Palabra. Nos asegura protección frente a los ataques reiterados de las
tinieblas y las tentaciones que pone a nuestro paso. Es cierto, no las podemos
evitar, pero fortalecidos en el Señor, podemos vencer.
Posesión o
influencia
Una persona que no tiene a Cristo Jesús en su vida, está expuesta a la
posesión demoníaca. No podemos olvidar que por estar distanciado de Dios, abre
puertas de múltiples maneras a lo oculto y en general, al mundo de las tinieblas.
En el caso del creyente, si abre puertas nuevamente, se desencadena una
opresión demoníaca. El enemigo toma ventaja. Primero inunda la mente con
pensamientos de maldad con el fin de ir ganando terreno. ¡No podemos
descuidarnos jamás!
El Señor Jesús nos delegó una tarea: recobrar esos territorios donde hoy
domina el enemigo espiritual y ministrar libertad a los cautivos: “Estas señales milagrosas acompañarán a los que
creen: expulsarán demonios en mi nombre y hablarán nuevos idiomas… ”(Marcos 16:17. Nueva Traducción Viviente)
No olvide que tenemos autoridad para echar fuera demonios. Es una tarea
que nos delegó Jesucristo, dándonos poder para ministrar. Además, el enemigo
espiritual está vencido.
A propósito: Hoy es el día oportuno para que
le abra las puertas de su corazón a Jesucristo. Puedo asegurarle que jamás se
arrepentirá. Él será quien transforme todo su ser. No deje pasar este momento y
recíbalo en su corazón como su único y suficiente Salvador.
Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a pastorfernandoalexis@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913705.
© Fernando Alexis Jiménez – Síganos en www.guerraespiritual.org
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