Fernando Alexis Jiménez
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lego en su auto a un
cruce de caminos. Sólo había montañas alrededor. Miró el reloj. Faltaba aún
hora y media para llegar a tiempo a la fiesta de cumpleaños donde lo esperaban.
No obstante, estaba cerca. Los minutos pasaban y no veía transitar a ningún
campesino. ¿Qué hacer? No encontraba una alternativa. El segundero corría
velozmente sobre el tablero y detrás, las manecillas de las horas y los minutos
parecían seguirle en una loca carrera hacia el anochecer. Por fin tomó una de
las dos vías.
Lo desafortunado es que
después de cuarenta y cinco minutos de acelerar y desacelerar el carro,
comprobó que estaba equivocado. Y debió regresarse, bastante molesto por
cierto.
Llegó tarde al cumpleaños.
Todos le miraron con cara de molestia. A sus cincuenta y dos años era el padre
de la homenajeada y le había esperado hasta último minuto.
Su excusa nadie la quiso
aceptar, aunque era cierta:
--No sabía qué camino
tomar—
Y al igual que él, todos
nosotros nos hemos visto confrontados con esa disyuntiva. ¿A dónde ir? Ha
ocurrido infinidad de veces cuando nos asalta la indecisión y nos preguntamos i
aquella decisión por la que se inclina nuestro corazón está en consonancia con
la voluntad de Dios.
Dios nos permite tomar decisiones
oportunas y adecuadas
si se lo pedimos, es decir, que
nos oriente...
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Busque la voluntad de Dios
Al igual que usted he
cometido sinnúmero de equivocaciones en esta vida. Pretendía hacer lo mejor
pero terminó en fracaso. ¿La razón? Hice las cosas a mi manera, creyendo que
era lo que Dios quería, y terminé echando todo a perder.
Si alguna vez
experimentó una situación así, comprenderá la sensación de frustración que nos
asalta, al punto de sentirnos incapaces para cualquier cosa.
¿Qué hacer? Buscar la
voluntad del Señor. Él es quien nos guía para obrar de manera segura y lograr
lo mejor de cada situación.
El rey David nos enseñó
que el mejor camino es someter nuestros planes y proyectos en manos de Dios,
como medio infalible para obtener la victoria: “Entrega al Señor todo lo que
haces; confía en él, y él te ayudará.”(Salmo 37:5. Nueva Traducción Viviente)
Esta sola determinación,
de modificar nuestro esquema de obrar y dejar que sea Dios quien nos oriente,
nos llevará a la victoria siempre ya que sabremos, en todo momento y
circunstancia, cuál es la voluntad de Aquél que todo lo puede.
Comparto con usted cinco
principios de cómo conocer la voluntad de Dios:
1. Dios nos habla a través de revelación:
Sin duda todos queremos
que las cosas salgan bien. Es un anhelo válido, sobretodo cuando estamos
cansados de cometer tantos errores. ¿Es lo que desea? Pues bien, Dios lo hace y
una de las tantas formas de manifestarnos cuál es Su voluntad, es mediante
revelación.
Uno de los pasajes más
específicos lo hallamos cuando el Señor Jesús preguntó a sus discípulos quién
decía la gente que era Él. “Cuando Jesús llegó
a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? —Bueno
—contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen
Jeremías o algún otro profeta. Entonces les preguntó: —Y
ustedes, ¿quién dicen que soy? Simón Pedro contestó: —Tú eres el Mesías,
el Hijo del Dios viviente.”(Mateo 16:14-16. Nueva Traducción Viviente)
Resulta curioso. Sus
discípulos habían caminado de Su mano, pero no tenían mucha perspectiva de
quién era en realidad Él. No obstante, Dios le mostro a Pedro quién era Jesús,
de tal manera que fue enfático al responder: “Tú eres el Ungido, el Hijo de Dios” Y la expresión gozosa del Señor
Jesús no se hizo esperar: “Jesús respondió:—Bendito eres, Simón hijo de Juan, porque mi Padre que
está en el cielo te lo ha revelado. No lo aprendiste de ningún ser humano. ”(Mateo 16:17. Nueva Traducción
Viviente)
Nuestro amoroso Padre
celestial nos revela muchas cosas; sin embargo debemos tener cuidado de no
movernos en la dimensión de la subjetividad. Me refiero específicamente a no
permitir que nos dominen las emociones porque si es el plano emocional el que
prevalece, podemos cometer errores. Pida Dios revelación cuando desee conocer
Su voluntad sobre algún aspecto en particular.
2. Dios nos habla cuando desarrollamos intimidad con Él
Resulta curioso pero
infinidad de personas en todo el mundo desean lo mejor de Dios para sus vidas,
pero no quieren pagar el precio. ¿A qué me refiero? A que no desarrollan
intimidad con Él. Esperan que sea el Dios bombero, que responden cuando
simplemente le piden algo.
Él desea manifestarse
con poder en nuestra existencia, pero es claro que debemos pasar tiempo en Su
Presencia. La oración es el camino.
En un pasaje clásico de
las Escrituras lo dejó muy claro cuando dijo a Jeremías: “…pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no
conoces acerca de lo que está por venir.”(Jeremías 33:3. Nueva Traducción
Viviente)
Ese es el Dios de poder
en el que hemos creído: Un Dios sobrenatural que nos revela lo más profundo
cuando comenzamos a movernos en esa dimensión sobrenatural. ¿Cómo lo logramos?
Cuando decidimos desarrollar intimidad con Él. Se revelará a nuestras vidas
pero también nos revelará lo que necesitamos saber, inclusive Su voluntad.
3. Dios se revela a través de las circunstancias
Dentro de la variada
gama de posibilidades que el Señor nos ofrece de conocer Su voluntad, se encuentran
las circunstancias. Cuando pedimos que nos diga el camino a seguir, conforme a
lo que Él desea, allana el camino y apareja las cargas—como decimos en
Latinoamérica—para que no haya equívocos en las decisiones que adoptamos.
Un ejemplo lo ofrece la
comisión que entregó Abraham a su siervo, de ir a tierra de sus ancestros a
buscar esposa para su hijo Isaac. ¡Una tarea bastante dificultosa! Y así lo
tenía claro el siervo. Por eso buscó el rostro de Dios en oración: “«Oh Señor, Dios de mi amo, Abraham —oró—.
Te ruego que hoy me des éxito y muestres amor inagotable a mi amo, Abraham. Aquí me
encuentro junto a este manantial, y las jóvenes de la ciudad vienen a sacar
agua. Mi petición es la siguiente: yo le diré a una de
ellas: “Por favor, deme de beber de su cántaro”; si ella dice: “Sí, beba usted,
¡y también daré de beber a sus camellos!”, que sea ella la que has elegido como
esposa para Isaac. De esa forma sabré que has mostrado amor inagotable a mi
amo».”(Génesis 24:12-14. Nueva Traducción Viviente)
Las posibilidades de que
una escena así se produjera, no eran muy viables; no obstante, cuando Dios está
en el asunto, nos habla a través de las circunstancias.
Una joven hermosa,
Rebeca, que estaba sacando agua de un pozo, cumplió con todas estas
características porque no solo le ofreció agua de beber sino para abrevar a los
camellos. ¿Dios fue fiel, como siempre!
Dice la Biblia que el
siervo de Moisés agradeció a Dios por guiarle en el camino: “El hombre se inclinó hasta el suelo y adoró al Señor. —Alabado
sea el Señor,
Dios de mi amo, Abraham —dijo—. El Señor ha mostrado amor inagotable y
fidelidad a mi amo, porque me ha guiado directamente a los parientes de mi
señor. ”(Génesis 24:26, 27. Nueva Traducción Viviente)
Aún hoy nuestro amoroso
Padre celestial sigue hablando a través de las circunstancias. Lo que debemos
es ser cuidadosos para no caer en uno de dos extremos: dejarnos arrastrar por
la subjetividad de nuestras emociones, o presionar
las cosas para aducir que Dios respondió.
Sin que forcemos las
circunstancias, Dios nos mostrará el camino a seguir y traerá paz a nuestro
corazón confirmando que es Su voz la que estamos escuchando.
4. Dios nos habla por señales
¿Recuerda a Gedeón? Un
verdadero ícono de los luchadores del Reino. Un joven humilde, ocupado en su
trabajo, que fue llamado a liberar al pueblo de Israel de quienes les oprimían.
La misión que tenía delante de él no era fácil, y lo más curioso es que ni siquiera Gedeón creía tener la capacidad
para llevar a cabo la tarea.
Ese fue el motivo por el
que pidió a Dios que le diera señales claras: “Después
Gedeón le dijo a Dios: «Si de veras vas a usarme para rescatar a Israel como lo
prometiste, demuéstramelo de la siguiente manera: esta
noche pondré una lana de oveja en el suelo del campo de trillar; si por la
mañana la lana está mojada con el rocío, pero el suelo está seco, entonces
sabré que me ayudarás a rescatar a Israel como lo prometiste». Y eso fue
exactamente lo que sucedió. Cuando Gedeón se levantó temprano a la mañana
siguiente, exprimió la lana y sacó un tazón lleno de agua. Luego
Gedeón le dijo a Dios: «Por favor, no te enojes conmigo, pero deja que te haga
otra petición. Permíteme usar la lana para una prueba más. Esta vez, que la
lana se quede seca, mientras que el suelo alrededor esté mojado con el rocío». Así que esa
noche, Dios hizo lo que Gedeón le pidió. A la mañana siguiente, la lana estaba
seca, pero el suelo estaba cubierto de rocío.”(Jueces 6:36-40. Nueva Traducción
Viviente)
¡Dios
respondió con poder! Dios lo hace para enseñarnos el camino. Ahora, por favor
tenga en cuenta que no siempre debe ser así. Tenga presente que Él tiene muchas
formas de atender nuestra solicitud por orientación para conocer Su voluntad.
5. Dios nos habla por las Escrituras
Otra forma
como Dios nos revela Su voluntad es a través de las Escrituras. En cierta
ocasión líderes religiosos que cuestionaban la divinidad de Jesús, se acercaron
para interrogarle. Y la respuesta que les dio rompió todos los esquemas.
Las
Escrituras relatan que el Maestro les recordó que era Dios quien daba
testimonio de Él, y a continuación reclamó que no tuvieran la Palabra en sus
corazones, razón por la que no podían ver lo que era evidente. Y instruyó
además: “Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque
piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí! Sin embargo, ustedes se niegan a venir a mí para recibir esa vida.”(Juan
5:37-40. Nueva Traducción Viviente)
Dios nos
muestra Su voluntad en la Biblia. Puede ser cuando hacemos el Devocional en la
mañana, o en la lectura sistemática de las Escrituras, cuando vamos al servicio
en la Iglesia o posiblemente al leer un libro que tiene referencias bíblicas.
En lo que no podemos caer es en la bibliomancia, práctica que lleva a muchas
personas a abrir las Escrituras en cualquier página y señalar con el dedo en un
versículo y decir: “Esto es lo que Dios
quiere”. El Señor nos revela Su voluntad en la Palabra y nos traerá paz,
para confirmarnos que es Él quien habla.
Buscando continuamente Su voluntad
Si queremos
evitar tantos errores, en los que incurrimos por obrar movidos por nuestras
emociones, lo más aconsejable es buscar la voluntad de Dios en todo momento. Es
una determinación que nos lleva a la victoria.
A propósito
de voluntad del Señor para su vida: ¿Ya recibió a Jesucristo como su Señor y
Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Permítale que entre en su corazón y
transforme todo su ser. Puedo asegurarle que no se arrepentirá porque prendidos
de la mano del Señor Jesús emprendemos el maravilloso camino de crecimiento
personal y espiritual que tanto hemos anhelado.
Si tiene
alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al (0057) 317-4913705
© Fernando Alexis Jiménez
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