Si buscamos, hallaremos soluciones a conflictos familiares

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Por Fernando Alexis Jiménez

U
n día cualquiera la mujer sentó con su esposo como de costumbre, para desayunar. Era un día hermoso. El sol brillaba en lo alto y el cielo azul anticipaba que sería un día hermoso. Él se quedó mirándola en silencio y tras tomarse un sorbo de café, le dijo: “Claudia, hay algo que deseo decirte desde hace mucho tiempo: Deseo separarme”. Ella sintió que el mundo se hundía bajo sus pies. “¿Qué daño te he causado?”, fue su pregunta inmediata, para recibir de él una respuesta lacónica: “Ya no te amo”. Cuatro palabras cargadas de resentimiento que le resultaron demoledoras y golpearon su corazón. Ese fue el comienzo de un proceso de separación que resultó traumático.

¿La decisión de acudir al divorcio se tomó de la noche a la mañana? Sin duda que no. Fue la concatenación de muchos incidentes que fueron menoscabando la relación hasta que el distanciamiento entre los dos dio lugar al divorcio emocional y concluyó con la separación de cuerpos. Ese fue el último nivel. Dos niños, fruto de la relación, comenzaron desde entonces a morar en un hogar disfuncional.
 
Dios no creó la familia para que esté inmersa en conflictos
Conviene tener en cuenta la siguiente advertencia de dos especialistas en relaciones de pareja: “A menos que el amor de pareja se mantenga fresco y se nutra, se desvanecerá como una vieja fotografía. El matrimonio es una relación dinámica de amor entre un hombre y una mujer y a cada instante esa relación se hace más profunda, o por el contrario, se estanca y decae. Y todos los matrimonios deteriorados señalan al menos un único camino, oscuro y desalentador, que puede terminar en el divorcio.”(Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonio a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. 2004. EE.UU. Pg. 18 )

Jamás olvide que una pareja de novios no experimenta el amor sino una fase de enamoramiento que puede prolongarse hasta un año después de contraer matrimonio. A partir de ese momento se comienza a afianzar el verdadero amor.

El apóstol Pablo escribió: “El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.”(1 Corintios 13:8. RVR 1960). Es una frase pequeña, es cierto, pero cargada con una profunda enseñanza que aplica a la relación matrimonial. Nada, ni la circunstancia más grave, puede ni debe llevarnos al divorcio.

Es importante que hagamos un alto en el camino y evaluemos si de verdad hemos asumido el compromiso de alimentar el amor cada nuevo día, edificando la relación de pareja, perdonando las ofensas y haciendo nuestro mejor esfuerzo para que se continúe dando solidez a la relación. Es cierto que lo ideal es que seamos correspondidos por nuestra pareja en este propósito; no obstante, quienes debemos dar el primer paso somos usted y yo. Hoy es el día para tomar la decisión.

Hacia la búsqueda de la armonía familiar

¿Qué hacer cuando el matrimonio atraviesa por una crisis que a primera vista luce profunda? Lo más importante: Desechar la idea del divorcio y darnos a la tarea de recuperar la relación. La sicóloga colombiana, Amelia Rodríguez, enfatiza en esta disposición de seguir luchando por la pareja: “Si percibe que la relación con su cónyuge ha ido perdiendo la magia, se ha ido deteriorando y cada vez se sienten más distantes, quizá sea el momento de hacer un alto en el camino para recuperarla… No permita que el sentimiento se marchite por una sensación de vacío y soledad.”(Amelia Rodríguez. “Enamore a su pareja”. Diario ADN. 06/06/2014. Pg. 22)

Lamentablemente infinidad de parejas acuden a la separación como la única salida a sus conflictos y desestiman la maravillosa experiencia de compartir la relación para edificación mutua pero también para el crecimiento de nuestros hijos, fruto del amor de la pareja.

¿Se pueden hallar salidas a una crisis? Sin duda que sí. Los autores Gary y Barbara Rosberg nos ofrecen su perspectiva, enfatizando que todo parte de una disposición de corazón y actitud de cambio: “Saber cómo remediar un matrimonio deteriorado es algo que nos anima a mantenernos alerta pero que al mismo tiempo, nos llama a mantener viva esa llama de amor… ¿Las tensiones, demandas y desilusiones de la vida han creado un distanciamiento emocional entre tú y tu cónyuge?¿Sabes lo que debes hacer para superar esa brecha? Si no se deciden a crecer juntos, sin duda terminarán en separación. Aunque nunca consideren la posibilidad del divorcio, la ruta de un matrimonio decadente siempre será esa dirección.”(Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonio a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. 2004. EE.UU. Pg. 24 )

Desconocemos cuál sea la situación en su hogar, pero lo que sí podemos asegurarle es que hay salida para esa encrucijada y que esa salida es Jesucristo, quien recompone todas las cosas si le abrimos las puertas de nuestros corazones.

El enfriamiento del amor de pareja se torna evidente 

El amor no muere en la relación de la noche a la mañana. Ese enfriamiento, así muchos por orgullo no quieran admitirlo, no es espontáneo. Es un proceso. Comienza con el distanciamiento, con dejar morir los detalles, y se alimenta con la indiferencia. Dejamos de lado las expresiones de amor, comprensión, tolerancia, apoyo, perdón y el ofrecer tiempo de calidad a nuestra pareja y a los hijos.

Quizá al comienzo nos sintamos un poco mal ya que ese comportamiento es nuevo, pero con el paso del tiempo no solo parecerá normal sino que nos acostumbraremos y lo miraremos—con el paso de los días—como algo normal.

La esencia de nuestra naturaleza es el amor. Dios nos creó con la capacidad de amar. No en vano escribe el apóstol Pablo: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.”(1 Juan 4:8. RVR 1960)

Si muere el amor es porque lo permitimos ya que el fracturamiento en la relación de pareja va tomando fuerza progresivamente y tenemos la oportunidad de aplicar correctivos. Los autores Gary y Barbara Rosberg, señalan advierten: “Quizá has mirado a los ojos de tu cónyuge o de tus hijos y has descubierto que ya no están conectados. Es probable que te dieras cuenta de tu fracaso al tratar de conectarte de corazón a corazón con tu pareja, y descubres que no es posible y más aún: Reconoces que quizá es culpa tuya.” (Gary y Barbara Rosberg. “Matrimonio a prueba de divorcio”. Editorial Unilit. 2004. EE.UU. Pg. 19)
 
Con ayuda de Dios alcanzamos la armonía familiar
Es evidente que recién establecemos una relación de pareja, anhelamos que todo funcione a la perfección; no obstante con el paso del tiempo se experimenta un deterioro al que no prestamos atención.

Tenga presente que toda relación matrimonial experimenta altibajos, pero que lo grave es no resolverlos oportunamente ya que se puede estar separados emocional y físicamente aun cuando se comparta el mismo espacio, bajo el mismo techo. Con el paso de los días los cónyuges terminan convirtiéndose en dos extraños.

Ese hecho lleva a mantenernos atentos, evaluando cómo evoluciona el trato que se prodigan mutuamente, la forma como se expresan el amor y, si identificamos que algo anda mal, aplicar los correctivos necesarios. Por supuesto, es un paso que demanda compromiso, renuncia al orgullo y disposición a perseverar. ¡Su relación de pareja puede salvarse!

Piense: ¿En qué momento comenzó la crisis de familia?

En algún momento de su relación de pareja, pregúntese: ¿Me comunico con frecuencia con mi pareja?¿Guardo hacia mi cónyuge “secretos”?¿Perdono a mi esposo o esposa cuando me hiere con sus palabras o me resulta difícil perdonar?¿Disfruta la proximidad física, emocional y espiritual con su cónyuge? Estos son solo algunos interrogantes que nos ayudan a descubrir si nuestra relación matrimonial está deteriorándose.

Recuerde que el enfriamiento de la relación en muchas ocasiones comienza  desde el mismo momento en el que los componentes de la pareja deciden dejar la fase de noviazgo para pasar a un mayor nivel: el del compromiso matrimonial. Es entonces cuando terminan los elogios, cesan las celebraciones y las ocasiones de pasar tiempos juntos. En algunos casos afloran el mal carácter en alguno de los dos, la intolerancia y los choques.

Al abordar el asunto de cómo salvar el matrimonio, la sicóloga Amelia Rodríguez, señala: “El primer paso es identificar si la relación está atravesando por una crisis. No se preocupe, en algún momento todas las parejas la viven…. Sea detallista y tenga en cuenta que el amor se construye día a día, ya que es como una planta frágil que requiere de mimos y atenciones. El amor requiere de tiempo y dedicación por lo que usted debe demostrarle a la pareja lo mucho que significa para usted y aceptarla tal como es, con sus virtudes y defectos, sin intentar cambiarla.”(Amelia Rodríguez. “Enamore a su pareja”. Diario ADN. 06/06/2014. Pg. 22)

Nuestra actitud no debe ser de renuncia o de resignación frente a la familia. Por el contrario, debe ser de perseverancia. Hacer un alto en el camino, evaluar dónde tuvieron origen las diferencias y reemprender el camino, no en nuestras fuerzas sino con ayuda de Dios. Él nos asegura la victoria por encima de cualquier circunstancia, aun cuando todo haga pensar que la separación es inevitable.

No podríamos terminar si antes invitarles a tomar la mejor decisión que un ser humano puede asumir: Recibir a Jesús como Señor y Salvador. Le puedo asegurar que es el comienzo de una nueva vida, a nivel individual y familiar. Ábrale hoy las puertas de su corazón a Cristo Jesús. No se arrepentirá.

© Fernando Alexis Jiménez


Si nos arrepentimos de corazón, cambiaremos con la familia

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Si nos arrepentimos con sinceridad, verdaderamente cambiaremos con la familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Por muchos años Simón fue el borracho del pueblo. Se bebía el poco dinero que ganaba trabajando en los socavones de una mina y algunas veces—generalmente los domingos en la noche—llegaba a exigirle a su esposa que consiguiera dinero prestado para pagar deudas de juego que él había contraído en medio del alicoramiento.

No ande señalando errores de su familia

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No es buena idea andar criticando a nuestra familia...
Por Fernando Alexis Jiménez

¿Se ha encontrado alguna vez cuestionando a su cónyuge por errores que, con el tiempo, descubre usted mismo tiene? “Mi marido siempre se queja de que soy incumplida, que llego tarde; pero él mismo me ha dejado muchas veces esperándolo para cenar”, se quejaba una joven que pidió consejería. En su criterio, lo más doloroso era la sucesión de críticas que recibía de su cónyuge: “Generalmente no me dice palabras alentadoras”, decía.

La armonía familiar comienza cuando nos disponemos a cambiar

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Dios nos permite alcanzar armonía en la relación familiar
Fernando Alexis Jiménez

Rebeca vino a conocer realmente a Raúl, su esposo, cuando llevaban siete meses bajo el mismo techo. Y ocurrió por una discusión intrascendente. El hombre se llenó de furia, vociferó y se encerró en la habitación con un fuerte portazo. Pasó una semana antes que volviera a hablarle. Ese fue el momento en el que la joven se dio cuenta realmente con quién era que había contraído nupcias.

Dialogar, principio para fortalecer relaciones humanas

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Dios nos hace victoriosos cuando depositamos nuestra confianza en Él como familia
© Fernando Alexis Jiménez
Carlos cerró la puerta visiblemente disgustado. Iba de camino al trabajo, pero contrariado. Aquella discusión con su esposa le hizo pensar que hablaban idiomas diferentes. Es cierto, reaccionó con rabia; pero ella no colaboró mucho, porque también vociferó. Mientras conducía el autor se preguntaba: ¿Por qué otras personas pareciera que se entienden bien y nosotros cada diálogo que iniciamos termina en discusión?

Su familia merece que edifique sanas relaciones familiares

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El diálogo y la oración nos ayuda a construir familias sólidas
© Fernando Alexis Jiménez

Cuando Laura y Camilo eran novios, eran un dechado permanente de amor. Sus allegados en la Universidad se quejaban de sus constantes arrumacos y besuqueos, sin importarles quién estuviera cerca. Ella era muy cariñosa: Le abrazaba, rodeaba su cintura y le sonreía constantemente; él le regalaba rosas, esquelas amorosas y chocolates. Eran la pareja perfecta. Pero dos años después de casados, cuando su primer hijo, convirtieron el hogar en un infierno.

Es hora de mostrar el amor que siente por su familia

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Es tiempo de afianzar las relaciones interpersonales en familia
Por Fernando Alexis Jiménez

Si hay un problema que se ha tornado común a los matrimonios, es que esposos y esposas se quejan de no recibir demostraciones de amor por parte de su pareja. “Ya no me quiera”, se lamentan ellas y, ellos—por su parte—consideran que en muchos casos las demostraciones afectivas son parte del pasado, que se quedaron en los recuerdos del noviazgo.

Abra su vida al cambio personal y espiritual

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Es tiempo de abrir los ojos a nuestra realidad y
ver cómo andamos

Por Fernando Alexis Jiménez

Llevaba once años sin ver. Ya hasta había olvidado los colores hermosos de un atardecer y la forma como, progresivamente, se iban conjugando matices de azul y amarillo cuando el sol despertaba perezoso en las mañanas. Once años de oscuridad. Lisa Reid se había acostumbrado a caminar con un perro guía y un bastón. “Era parte de mi día a día”, le dijo a sus conocidos.
            Sin embargo su historia cambió el día que tuvo un accidente al agacharse a besar a su mascota.  Se golpeó contra el borde de una mesa. Se tomó la cabeza, pero su sorpresa fue mayúscula al día siguiente abrió los ojos y ¡Veía! Un verdadero milagro.
            Lisa Reid es una mujer de Nueva Zelanda con un tumor que le apretaba el nervio óptico y eso la había convertido en una persona ciega. El incidente que cambió su historia ocurrió el 15 de noviembre del 2000.
"Nadie sabe qué pasó ni puede explicarlo", le dijo la mujer al Daily Mail. "Ver otra vez el mundo visualmente es un regalo", aseguró Reid.
            El 16 de noviembre del 2014 se cumplieron 14 años desde que Reid recuperó su vida y cada año que pasa, la Asociación de Nueva Zelanda para Ciegos recuerda su historia para poder recaudar fondos y poder crear concientización en la población en la Semana de la Ceguera.
            Uno de los más grandes regalos de Dios para nuestra vida, es la capacidad de ver. Perder la visión es algo traumático y nos priva de apreciar las maravillas de la creación, a las personas, al mundo que nos rodea.
            En alguna ocasión un hombre ciego por muchos años fue sanado por Jesús, el Señor. Los judíos inmediatamente cuestionaron el milagro. Recriminaron al invidente. Querían que le restara méritos al portento ocurrido en su vida. Leemos en las Escrituras: Por segunda vez llamaron al hombre que había sido ciego y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es un pecador.  Entonces él les contestó: Si es pecador, no lo sé; una cosa sé: que yo era ciego y ahora veo…”(Juan 9:24, 25. La Biblia de Las Américas)
            Un pasaje bíblico sencillo que nos lleva a recordar que el Dios en el que hemos creído, es un Dios de milagros, pero también nos lleva a reflexionar que es tiempo de abrir los ojos a la realidad que nos rodea. Evaluarnos y revisar cómo anda nuestra vida espiritual, familiar, el desenvolvimiento en el trabajo; qué errores cometemos que deben ser corregidos. Abrir los ojos para cambiar, para mejorar, para emprender una nueva vida. Hoy es el día para tomar esa decisión.
            Si aún no ha recibido al Señor Jesús, le invito para que lo haga. Puedo asegurarle que prendido de la mano del Señor Jesús emprenderá una nueva vida. Hágalo ahora. No se arrepentirá.

Léanos en www.guerraespiritual.org y www.bosquejosparasermones.com  
(C) Fernando Alexis Jiménez - Llàmenos (0057)317-4913705 - Escríbanos webestudiosbiblicos@gmail.com. Con la tecnología de Blogger.