El día de la Gran Derrota de Satanás…

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El día de la Gran Derrota de Satanás…
Sólo Cristo, nuestro amado Señor, resultó
vencedor en la Cruz. El gran derrotado
fue el mundo de las tinieblas...
Fernando Alexis Jiménez
S
atanás iba de un lado a otro, visiblemente preocupado. Estaba tan de mal humor, que ni siquiera los demonios atrevían a acercarse, bien para hacerle alguna pregunta o para adularle. Todos sabían que el ambiente era pesado, tan pesado, que se podía palpar con las manos.
 El Adversario no perdía de vista los acontecimientos de Jerusalén. En un madero, tres hombres. En la mitad, alguien que –con la mirada vuelta al cielo—no cesaba de pedir perdón por sus verdugos y procurar fortaleza en Dios.
            Sí, el propio diablo estaba pendiente de aquella víctima. ¿Su nombre? Jesús, natural de Nazaret, que se llamaba Hijo de Dios. Y la angustia que atravesaba Satanás, era por lo que ocurriría después. LEER MÁS….

Vende pedazos de luna y asegura que no es estafador

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Vende pedazos de luna y asegura que no es estafador
Si atraviesa por un período de crisis, es tiempo
de volver nuestra mirada al Señor Jesús
para encontrar la salida del laberinto...
Fernando Alexis Jiménez
Dennis Hope se ha hecho rico vendiendo finca raíz. Asegura que su negocio es legítimo y que las propiedades son suyas. ¿Cómo ha venido amasando una fortuna? Vendiendo lotes en la luna, y para corroborar la transacción, les envía a sus clientes las Escrituras de su nueva propiedad.

--Cuando empecé, no me tomaban en serio. Hay quienes todavía no lo hacen. Pero mi negocio es legítimo y las propiedades son mías—explica este vendedor por la Internet.

Descargue el libro “Compañeros de Oración” de John Maxwell

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L
a oración es el puente que ayuda los pastores y laicos a trabajar efectivamente en el ministerio. Escribiendo con un estilo amistoso y con anécdotas de mucha ayuda práctica, el reconocido conferencista y autor internacional, John Maxwell describe como este método de apoyo ha funcionado una y otra vez en iglesias de todos tamaños. Lo encontrará en el libro “Compañeros de oración” suministra un plan completo para crear un ministerio de parejas de oración en su iglesia local. DESCARGA DEL LIBRO AHORA

Aprendiendo a descansar en Dios

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Dios no desea que nuestras vidas
estén sometidas a la tristeza y el dolor...
Él desea que descansemos en Él...


Fernando Alexis Jiménez
¿
Cuál es el común denominador de pastores, obreros y líderes que llegan al límite de sus fuerzas y dicen “Hasta aquí llegué”? Les asalta la frustración, la desolación y una extraña sensación de que Dios les dejó solos. “Pareciera que estoy predicando en un desierto”, me escribió alguien desde Guatemala. Es pastor a tiempo completo y predica seis días a la semana, dirige los devocionales, brinda aconsejamiento y, para completar, generalmente es quien ayuda a arreglar la iglesia.

El pobre hombre se había olvidado que era un instrumento en el Reino de Dios y que no era el eje alrededor del cual gravitaba el Reino de Dios. He ahí la gran diferencia.

Pero no se llame a engaño: él no es el único que atraviesa esa situación. Con más frecuencia de la que imagina, usted y yo caemos en la misma escena. Es con mucha regularidad que mi esposa Lucero debe llamarme al orden. “Debes descansar porque luego no querrás hacer nada”. Y tiene razón. Es tiempo de hacer un alto en el camino, dejar de escribir y dedicarme a leer un libro o ver una buena película.

¿Cómo conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas?

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Fernando Alexis Jiménez
L
lego en su auto a un cruce de caminos. Sólo había montañas alrededor. Miró el reloj. Faltaba aún hora y media para llegar a tiempo a la fiesta de cumpleaños donde lo esperaban. No obstante, estaba cerca. Los minutos pasaban y no veía transitar a ningún campesino. ¿Qué hacer? No encontraba una alternativa. El segundero corría velozmente sobre el tablero y detrás, las manecillas de las horas y los minutos parecían seguirle en una loca carrera hacia el anochecer. Por fin tomó una de las dos vías.

Lo desafortunado es que después de cuarenta y cinco minutos de acelerar y desacelerar el carro, comprobó que estaba equivocado. Y debió regresarse, bastante molesto por cierto.

Llegó tarde al cumpleaños. Todos le miraron con cara de molestia. A sus cincuenta y dos años era el padre de la homenajeada y le había esperado hasta último minuto.

Su excusa nadie la quiso aceptar, aunque era cierta:

--No sabía qué camino tomar—

Y al igual que él, todos nosotros nos hemos visto confrontados con esa disyuntiva. ¿A dónde ir? Ha ocurrido infinidad de veces cuando nos asalta la indecisión y nos preguntamos i aquella decisión por la que se inclina nuestro corazón está en consonancia con la voluntad de Dios.

Dios nos permite tomar decisiones
oportunas y adecuadas
si se lo pedimos, es decir, que
nos oriente...
Busque la voluntad de Dios

Al igual que usted he cometido sinnúmero de equivocaciones en esta vida. Pretendía hacer lo mejor pero terminó en fracaso. ¿La razón? Hice las cosas a mi manera, creyendo que era lo que Dios quería, y terminé echando todo a perder.

Si alguna vez experimentó una situación así, comprenderá la sensación de frustración que nos asalta, al punto de sentirnos incapaces para cualquier cosa.

¿Qué hacer? Buscar la voluntad del Señor. Él es quien nos guía para obrar de manera segura y lograr lo mejor de cada situación.

El rey David nos enseñó que el mejor camino es someter nuestros planes y proyectos en manos de Dios, como medio infalible para obtener la victoria: Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará.”(Salmo 37:5. Nueva Traducción Viviente)

Esta sola determinación, de modificar nuestro esquema de obrar y dejar que sea Dios quien nos oriente, nos llevará a la victoria siempre ya que sabremos, en todo momento y circunstancia, cuál es la voluntad de Aquél que todo lo puede.

Comparto con usted cinco principios de cómo conocer la voluntad de Dios:

1. Dios nos habla a través de revelación:

Sin duda todos queremos que las cosas salgan bien. Es un anhelo válido, sobretodo cuando estamos cansados de cometer tantos errores. ¿Es lo que desea? Pues bien, Dios lo hace y una de las tantas formas de manifestarnos cuál es Su voluntad, es mediante revelación.

Uno de los pasajes más específicos lo hallamos cuando el Señor Jesús preguntó a sus discípulos quién decía la gente que era Él. “Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos: —¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre? —Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen Jeremías o algún otro profeta. Entonces les preguntó: —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? Simón Pedro contestó: —Tú eres el Mesías,  el Hijo del Dios viviente.”(Mateo 16:14-16. Nueva Traducción Viviente)

Resulta curioso. Sus discípulos habían caminado de Su mano, pero no tenían mucha perspectiva de quién era en realidad Él. No obstante, Dios le mostro a Pedro quién era Jesús, de tal manera que fue enfático al responder: “Tú eres el Ungido, el Hijo de Dios” Y la expresión gozosa del Señor Jesús no se hizo esperar: “Jesús respondió:—Bendito eres, Simón hijo de Juan,   porque mi Padre que está en el cielo te lo ha revelado. No lo aprendiste de ningún ser humano. ”(Mateo 16:17. Nueva Traducción Viviente)

Nuestro amoroso Padre celestial nos revela muchas cosas; sin embargo debemos tener cuidado de no movernos en la dimensión de la subjetividad. Me refiero específicamente a no permitir que nos dominen las emociones porque si es el plano emocional el que prevalece, podemos cometer errores. Pida Dios revelación cuando desee conocer Su voluntad sobre algún aspecto en particular.

2. Dios nos habla cuando desarrollamos intimidad con Él

Resulta curioso pero infinidad de personas en todo el mundo desean lo mejor de Dios para sus vidas, pero no quieren pagar el precio. ¿A qué me refiero? A que no desarrollan intimidad con Él. Esperan que sea el Dios bombero, que responden cuando simplemente le piden algo.

Él desea manifestarse con poder en nuestra existencia, pero es claro que debemos pasar tiempo en Su Presencia. La oración es el camino.

En un pasaje clásico de las Escrituras lo dejó muy claro cuando dijo a Jeremías: pídeme y te daré a conocer secretos sorprendentes que no conoces acerca de lo que está por venir.”(Jeremías 33:3. Nueva Traducción Viviente)

Ese es el Dios de poder en el que hemos creído: Un Dios sobrenatural que nos revela lo más profundo cuando comenzamos a movernos en esa dimensión sobrenatural. ¿Cómo lo logramos? Cuando decidimos desarrollar intimidad con Él. Se revelará a nuestras vidas pero también nos revelará lo que necesitamos saber, inclusive Su voluntad.

3. Dios se revela a través de las circunstancias

Dentro de la variada gama de posibilidades que el Señor nos ofrece de conocer Su voluntad, se encuentran las circunstancias. Cuando pedimos que nos diga el camino a seguir, conforme a lo que Él desea, allana el camino y apareja las cargas—como decimos en Latinoamérica—para que no haya equívocos en las decisiones que adoptamos.

Un ejemplo lo ofrece la comisión que entregó Abraham a su siervo, de ir a tierra de sus ancestros a buscar esposa para su hijo Isaac. ¡Una tarea bastante dificultosa! Y así lo tenía claro el siervo. Por eso buscó el rostro de Dios en oración: “«Oh Señor, Dios de mi amo, Abraham —oró—. Te ruego que hoy me des éxito y muestres amor inagotable a mi amo, Abraham.  Aquí me encuentro junto a este manantial, y las jóvenes de la ciudad vienen a sacar agua. Mi petición es la siguiente: yo le diré a una de ellas: “Por favor, deme de beber de su cántaro”; si ella dice: “Sí, beba usted, ¡y también daré de beber a sus camellos!”, que sea ella la que has elegido como esposa para Isaac. De esa forma sabré que has mostrado amor inagotable a mi amo».”(Génesis 24:12-14. Nueva Traducción Viviente)

Las posibilidades de que una escena así se produjera, no eran muy viables; no obstante, cuando Dios está en el asunto, nos habla a través de las circunstancias.

Una joven hermosa, Rebeca, que estaba sacando agua de un pozo, cumplió con todas estas características porque no solo le ofreció agua de beber sino para abrevar a los camellos. ¿Dios fue fiel, como siempre!

Dice la Biblia que el siervo de Moisés agradeció a Dios por guiarle en el camino: “El hombre se inclinó hasta el suelo y adoró al Señor. —Alabado sea el Señor, Dios de mi amo, Abraham —dijo—. El Señor ha mostrado amor inagotable y fidelidad a mi amo, porque me ha guiado directamente a los parientes de mi señor.”(Génesis 24:26, 27. Nueva Traducción Viviente)

Aún hoy nuestro amoroso Padre celestial sigue hablando a través de las circunstancias. Lo que debemos es ser cuidadosos para no caer en uno de dos extremos: dejarnos arrastrar por la subjetividad de nuestras emociones, o presionar las cosas para aducir que Dios respondió.

Sin que forcemos las circunstancias, Dios nos mostrará el camino a seguir y traerá paz a nuestro corazón confirmando que es Su voz la que estamos escuchando.

4. Dios nos habla por señales

¿Recuerda a Gedeón? Un verdadero ícono de los luchadores del Reino. Un joven humilde, ocupado en su trabajo, que fue llamado a liberar al pueblo de Israel de quienes les oprimían. La misión que tenía delante de él no era fácil, y lo más curioso es que  ni siquiera Gedeón creía tener la capacidad para llevar a cabo la tarea.

Ese fue el motivo por el que pidió a Dios que le diera señales claras: “Después Gedeón le dijo a Dios: «Si de veras vas a usarme para rescatar a Israel como lo prometiste, demuéstramelo de la siguiente manera: esta noche pondré una lana de oveja en el suelo del campo de trillar; si por la mañana la lana está mojada con el rocío, pero el suelo está seco, entonces sabré que me ayudarás a rescatar a Israel como lo prometiste».  Y eso fue exactamente lo que sucedió. Cuando Gedeón se levantó temprano a la mañana siguiente, exprimió la lana y sacó un tazón lleno de agua. Luego Gedeón le dijo a Dios: «Por favor, no te enojes conmigo, pero deja que te haga otra petición. Permíteme usar la lana para una prueba más. Esta vez, que la lana se quede seca, mientras que el suelo alrededor esté mojado con el rocío».  Así que esa noche, Dios hizo lo que Gedeón le pidió. A la mañana siguiente, la lana estaba seca, pero el suelo estaba cubierto de rocío.”(Jueces 6:36-40. Nueva Traducción Viviente)

¡Dios respondió con poder! Dios lo hace para enseñarnos el camino. Ahora, por favor tenga en cuenta que no siempre debe ser así. Tenga presente que Él tiene muchas formas de atender nuestra solicitud por orientación para conocer Su voluntad.

5. Dios nos habla por las Escrituras

Otra forma como Dios nos revela Su voluntad es a través de las Escrituras. En cierta ocasión líderes religiosos que cuestionaban la divinidad de Jesús, se acercaron para interrogarle. Y la respuesta que les dio rompió todos los esquemas.

Las Escrituras relatan que el Maestro les recordó que era Dios quien daba testimonio de Él, y a continuación reclamó que no tuvieran la Palabra en sus corazones, razón por la que no podían ver lo que era evidente. Y instruyó además: Ustedes estudian las Escrituras a fondo porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me señalan a mí!  Sin embargo, ustedes se niegan a venir a mí para recibir esa vida.”(Juan 5:37-40. Nueva Traducción Viviente)

Dios nos muestra Su voluntad en la Biblia. Puede ser cuando hacemos el Devocional en la mañana, o en la lectura sistemática de las Escrituras, cuando vamos al servicio en la Iglesia o posiblemente al leer un libro que tiene referencias bíblicas. En lo que no podemos caer es en la bibliomancia, práctica que lleva a muchas personas a abrir las Escrituras en cualquier página y señalar con el dedo en un versículo y decir: “Esto es lo que Dios quiere”. El Señor nos revela Su voluntad en la Palabra y nos traerá paz, para confirmarnos que es Él quien habla.

Buscando continuamente Su voluntad

Si queremos evitar tantos errores, en los que incurrimos por obrar movidos por nuestras emociones, lo más aconsejable es buscar la voluntad de Dios en todo momento. Es una determinación que nos lleva a la victoria.

A propósito de voluntad del Señor para su vida: ¿Ya recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Permítale que entre en su corazón y transforme todo su ser. Puedo asegurarle que no se arrepentirá porque prendidos de la mano del Señor Jesús emprendemos el maravilloso camino de crecimiento personal y espiritual que tanto hemos anhelado.

Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com  o llamarnos al (0057) 317-4913705

© Fernando Alexis Jiménez


Video-conferencia “El poder de la oración” con Joyce Meyer

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C
omo sin duda usted es de los convencidos—al igual que yo—que la oración transforma las circunstancias, libera el poder de Dios y es el fundamento para quienes ministramos liberación espiritual, no se puede perder la video-conferencia “El poder de la oración”, con Joyce Meyer. En 28 minutos de enseñanza aprenderá muchos aspectos valiosos respecto al por qué y cómo orar. DESCARGUE EL VIDEO…

Señor comenzó a obrar en mí de una manera especial…

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Si tan solo nos atrevemos a creer,
Dios se manifiestará con
poder. Orar, creer y actuar, la ruta
para movernos en la dimensión
sobrenatural


Fernando Alexis Jiménez
E
l médico miró con detenimiento las placas radiográficas. Arrugó el ceño, se acomodó los lentes y se acercó a la lámpara para observar con mayor detenimiento.  Estaba preocupado. Carraspeó mientras repasaba mentalmente las palabras que utilizaría para mitigar el impacto de un anuncio desagradable:

--Luis, lamento decirlo pero células cancerosas han invadido el sesenta por ciento de su próstata; ¿cuánto lleva sin practicarse este examen—interrogó.

--A mis 62 años es la primera vez que pido este examen—admitió Luis Magín Álvarez, director de las Sociedades Bíblicas Unidas en Venezuela--. Para serle sincero, doctor, no creí que fuera necesario--.

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U
n día, desanimado y deprimido por carecer de claras directivas en su vida, Larry Lea acudió a Dios en oración buscando ayuda. Sintió que Dios lo dirigía a un pasaje muy familiar de las Escrituras: El Padrenuestro . Parecía que el Señor mismo le decía: “Ora estas palabras.”
            Asombrado de que se le pidiera que orara la oración mas conocida de todas, obedeció. Luego escuchó de nuevo la voz de Dios que le decía:         Repite la oración con lentitud
            El autor descubrió algo que cambio totalmente su vida y su ministerio, al usar cada frase del Padrenuestro como un peldaño en el bosquejo de la adoración. Su vida de oración paso del trabajo fatigoso al deleite por medio de la disciplina de la oración.
            Esta apasionante historia y los aspectos bíblicos que rodean la oración, están contenidos en el libro electrónico “¿Ni tan solo una hora?”, de un autor que quedará grabado en su mente: Larry Lea.


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Grandes metas son posibles en el poder de Dios

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Fernando Alexis Jiménez
N
o hay nada más maravilloso que ser instrumentos en manos de Dios. De Su mano poderosa emprendemos grandes metas. Él es nuestro ayudador; sin embargo, como siervos del Reino debemos estar preparados para enfrentar oposición. ¿Qué hacer? En primer lugar, tener conciencia de que no nos vamos a dejar robar la bendición de Dios, y en segundo lugar, llevar todo lo que nos preocupa al Señor en oración. Él es quien nos asegura la victoria siempre y en todo momento.

Es importante que, cuando servimos a Dios, cuando hay grandes sueños en nuestro corazón, cuando estamos comprometidos con la extensión del Reino, tengamos en cuenta tres elementos esenciales: el primero, es que las grandes metas se logran cuando hay unidad (Nehemías 3:1-12); el segundo,  trabajar para Dios obliga que estemos preparados para enfrentar oposición (4:1-5), y el tercero, Dios nos asegura la victoria frente a quienes se oponen a la obra del Reino (vv. 6-23)

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n cada página del libro electrónico con las MEDITACIONES DIARIAS de MARZO, encontrará usted diversos temas así como principios y valores que edificarán su vida. El material fue elaborado desde el Centro de Estudios Bíblicos por Fernando Alexis Jiménez y está a su disposición para que lo lea diariamente—comenzando las jornadas en victoria con fundamentos bíblicos—pero además, para que comparta las Meditaciones con tras personas, mediante correo electrónico. LEER MÁS…


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U
no de los hombres que ha marcado un hito histórico al ganar multitudes para Cristo, es Reihnard Bonnke. ¿Lo conoce? Ha estado extendiendo el Reino de Dios en África y en cada una de sus cruzadas, millares de hombres y mujeres rinden sus vidas al Salvador. ¿Cómo lo logró?¿Cuáles fueron sus herramientas?¿Fracasó en este proceso? Muchas preguntas que, sin duda, le están asaltando y que tienen respuesta en el libro electrónico “Evangelismo con fuego”.

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La verdadera oración comienza con un corazón dispuesto

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Cuando nos rendimos a Dios,
comienza el poder de Dios a moverse
en respuesta a nuestras oraciones...


Fernando Alexis Jiménez
E
s cierto que pasaba tiempo en oración. Lucía se esforzaba. Doblaba rodillas ante la presencia del Señor, hablaba y hablaba pero al paso de pocos minutos, parecía que no sabía qué más decir. Y cuando su clamor sobrepasaba los diez minutos, invariablemente concluía con la palabra “Amén” y se levantaba con una extraña sensación de vacío.

En la iglesia se sentía muy orgullosa de su espiritual. Había leído todos los libros que llegaban sobre oración e intercesión, y creía saber mucho del asunto. Y sin embargo, le molestaba aquella mujer que se hacía tres sillas detrás, que no hablaba muy bien el español, tenía una Biblia muy vieja y parecía tener algo especial. Algo inexplicable.

Ese hecho le llevó a un profundo auto-análisis y a preguntarle a Dios qué estaba pasando porque deseaba orar como Él quería que se hiciera…

Ayuno y oración conforme a la voluntad de Dios

La verdadera oración comienza con un corazón dispuesto

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Si tan solo vamos a la Presencia
de Dios, Él hará milagros en
nuestra vida...


Fernando Alexis Jiménez
E
s cierto que pasaba tiempo en oración. Lucía se esforzaba. Doblaba rodillas ante la presencia del Señor, hablaba y hablaba pero al paso de pocos minutos, parecía que no sabía qué más decir. Y cuando su clamor sobrepasaba los diez minutos, invariablemente concluía con la palabra “Amén” y se levantaba con una extraña sensación de vacío.

En la iglesia se sentía muy orgullosa de su espiritual. Había leído todos los libros que llegaban sobre oración e intercesión, y creía saber mucho del asunto. Y sin embargo, le molestaba aquella mujer que se hacía tres sillas detrás, que no hablaba muy bien el español, tenía una Biblia muy vieja y parecía tener algo especial. Algo inexplicable.

Ese hecho le llevó a un profundo auto-análisis y a preguntarle a Dios qué estaba pasando porque deseaba orar como Él quería que se hiciera…

Ayuno y oración conforme a la voluntad de Dios

Con frecuencia quienes desean alcanzar un alto grado de espiritualidad al margen de Dios, pretenden llevar una vida llena de ejercicios como oraciones específicas y ayunos de determinada manera y pretenden que las personas alrededor hagan lo mismo. ¿Es eso lo que Dios quiere, meramente señales externas? Sin duda que no. Nuestro amoroso Padre celestial espera que haya disposición de corazón pero también fidelidad a Él y sujeción para ser transformados.

El profeta Isaías escribió: “¡Háblale a mi pueblo Israel de sus pecados! Sin embargo, ¡se hacen los piadosos! Vienen al templo todos los días y parecen estar encantados de aprender todo sobre mí. Actúan como una nación justa que nunca abandonaría las leyes de su Dios. Me piden que actúe a su favor, fingiendo que quieren estar cerca de mí. “¡Hemos ayunado delante de ti! —dicen ellos—. ¿Por qué no te impresionamos? Hemos sido muy severos con nosotros mismos, y ni siquiera te das cuenta”. »¡Les diré por qué! —les contesto—. Es porque ayunan para complacerse a sí mismos. Aun mientras ayunan, oprimen a sus trabajadores. ¿De qué les sirve ayunar, si siguen con sus peleas y riñas? Con esta clase de ayuno, nunca lograrán nada conmigo. Ustedes se humillan al hacer penitencia por pura fórmula: inclinan la cabeza como cañas en el viento, se visten de tela áspera y se cubren de cenizas. ¿A eso le llaman ayunar? ¿Realmente creen que eso agrada al Señor? »¡No! Esta es la clase de ayuno que quiero: pongan en libertad a los que están encarcelados injustamente; alivien la carga de los que trabajan para ustedes. Dejen en libertad a los oprimidos y suelten las cadenas que atan a la gente. Compartan su comida con los hambrientos y den refugio a los que no tienen hogar; denles ropa a quienes la necesiten y no se escondan de parientes que precisen su ayuda.”(Isaías 58:1-7. Nueva Traducción Viviente)

Dios no necesita de hombres y mujeres que posan de espirituales sino de personas sinceras, que se humillan en Su Presencia, que se acercan a Él en procura de ser movidos a nuevos niveles de crecimiento. Sometimiento a la transformación, he ahí el centro del asunto.

Uno puede lucir muy consagrado exteriormente, pero si no hay transformación interna, no estaremos más que viviendo bajo auto-engaño.

Ahora piense en quienes ayudan como si fuera un martirio. Tremendo error. Debe ser un gozo, de lo contrario, usted no lo hará por convicción sino por obligación. ¡Eso no es lo que Dios quiere!

Consagración o religiosidad

¿Es usted un verdadero hombre o mujer de oración? Eso lo determina cómo está su corazón. Recuerde que hay quienes creen estar orando, pero lo que quizá hacen es repetir palabras sin fundamento alguno.

El autor cristiano, Edward McKendree Bounds escribió: “El hombre tiene el deber de orar, y se necesita un verdadero hombre para hacerlo. Se necesita un hombre piadoso para que se entregue enteramente a la oración. La oración llega muy lejos en su influencia y en los efectos de la gracia. Es un asunto intenso y profundo que se refiere a Dios y a sus planes y propósitos, y requiere una persona íntegra y sincera para hacerlo. No basta aquí con esfuerzos mediocres, ni en el corazón, el intelecto o el espíritu, pues éste es un asunto serio, importante, celestial. Hay que poner en él todo el ser, corazón, mente y espíritu, pues afecta poderosamente el carácter y el destino de los hombres”( Edward McKendree Bounds. “Los fundamentos de la oración. Editorial CLIE. España. 2008. Pg. 13)

Ser un hombre o mujer de oración demanda convicción que es el primer paso a la consagración. No basta mostrarnos súper espirituales, es necesario ser espirituales, que es bien distinto.

Un ejemplo claro lo ofreció el Señor Jesús en la parábola del fariseo y el publicano, que encontramos en Lucas 18:9-14. Relata el texto que: “Luego Jesús contó la siguiente historia a algunos que tenían mucha confianza en su propia rectitud y despreciaban a los demás: «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos. El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración: “Te agradezco, Dios, que no soy un pecador como todos los demás. Pues no engaño, no peco y no cometo adulterio. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos! Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.”(Lucas 18:9-12. Nueva Traducción Viviente)

El religioso, por sus disciplinas espirituales y el conocimiento que tenía de las Escrituras, creía que era muy espiritual e incluso, se atrevía a mirar por encima del hombro a otras personas. ¡Cuidado con esa actitud! Usted se puede estar encaminando al fracaso espiritual.

¿Se agrada Dios de tal espiritualidad? Es evidente que no. Dios reclama humildad, sujeción, disposición de corazón.

Si clamamos creyendo, Dios responde
con poder a nuestras oraciones
Duele profundamente que haya quienes creen que sólo en su congregación hay salvación. Desestiman a otros siervos o siervas del Señor que le buscan con sinceridad. ¡Dios no viene por una denominación sino por una iglesia viva, entregada a Él, consagrada en Su Presencia!

El publicano, en cambio, más que espiritual, se sentía alguien necesitado de Dios y estaba dispuesto al mover del Señor, tal como continuó relatando el Señor Jesús: En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba, sino que golpeó su pecho en señal de dolor mientras decía: “Oh, Dios, ten compasión de mí, porque soy un pecador”.  Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados».”(Lucas 18:13, 14. Nueva Traducción Viviente)

Observe por favor al cobrador de impuestos o publicano. Ni siquiera levantaba la mirada. No se auto-justificaba. Simplemente estaba rendido a Dios. Esa es la disposición que debemos tener cuando oramos. Rendirnos a Él, en Su Presencia.

No todos reciben la plena aceptación

Es muy probable que a gran cantidad de los religiosos que ve a su lado—sí, los mismos que se congregan en las iglesias—no los veamos en la eternidad. ¿La razón? Su espiritualidad es externa, no interna; es lo que ven los demás, no lo que hay en el corazón. No basta con decir: “Paso mucho tiempo en oración”. Es necesario vivir esa oración. Entrega, disposición, consagración a Dios.

Escuchemos al Señor Jesús: No todo el que me llama: “¡Señor, Señor!” entrará en el reino del cielo. Solo entrarán aquellos que verdaderamente hacen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El día del juicio, muchos me dirán: “¡Señor, Señor! Profetizamos en tu nombre, expulsamos demonios en tu nombre e hicimos muchos milagros en tu nombre”. Pero yo les responderé: “Nunca los conocí. Aléjense de mí, ustedes, que violan las leyes de Dios”.”(Mateo 7:21-23. Nueva Traducción Viviente)

¿Se da cuenta? Es necesario que un distintivo identifique nuestra vida espiritual: hacer la voluntad de Dios. Es cierto, orar, pero en la voluntad del Señor. Es lo que marca la diferencia.

Haciendo una breve síntesis: No todos los que dicen estar en la Presencia de Dios, verdaderamente lo están. Puede que estén mostrando una espiritualidad superficial. Cuando estamos ante Él, debemos asumir una disposición plena, de hablarme pero también, de permitir que trate con nuestro ser. Y por último, hacer Su voluntad. Es entonces cuando nuestras oraciones tienen verdadero poder.

Le animo a orar. Considero que es uno de los ministerios más importantes de la Iglesia. Pero unido a esto, que viva a Cristo. Que su espiritualidad no se circunscriba a meras palabras, sino a una vivencia constante.

A propósito: ¿Ya recibió a Jesucristo como Señor y Salvador? Hoy es el día para que lo haga. Recuerde que tomados de Su mano poderosa emprendemos el maravilloso camino hacia el crecimiento personal y espiritual. Ábrale las puertas de su corazón.

Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirme a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarme al (0057) 317-4913705

© Fernando Alexis Jiménez


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